Comentario Bíblico Adventista Deuteronomio 5
Comentario Bíblico Adventista
Deuteronomio Capítulo 5
1.
Los estatutos y decretos.
Las mismas palabras hebreas que aparecen en el cap. 4: 1.
2.
Hizo pacto.
Ver Exo. 19: 5-8; 24: 3-8.
3.
Nuestros padres.
Es decir, antepasados, para
referirse a Abrahán, Isaac, Jacob y los doce patriarcas. Los acuerdos entre Dios
y los "padres" eran de naturaleza personal. En el Sinaí, por primera vez en la
historia, Dios entró en un pacto con toda una nación. El sería su Rey, y ellos,
su pueblo.
4.
Cara a cara.
Los
israelitas estaban en la presencia inmediata de Dios; sin embargo no vieron
ninguna "figura" (Deut. 4: 12; ver también Exo. 20: 22).
5.
Entre Jehová y vosotros.
Moisés fue el mediador entre
Dios e Israel (Exo. 19: 10-12, 17, 21; Gál. 3: 19).
8.
Escultura.
Los conceptos humanos de la forma no pueden
aplicarse a Dios. Desmerece a Dios el representarlo en cualquier forma externa
(Juan 4: 24). Las representaciones materiales de Dios no pueden sino dar un
concepto distorsionado e imperfecto de su majestad y de su carácter infinito, y
por lo tanto rebajan a Dios. La única imagen terrena que puede, siquiera en
forma remota, llegar a parecerse a Dios, es el carácter humano transformado a la
semejanza divina (Gén. 1: 26, 27; Juan 3: 3; Rom. 8: 29; 2 Cor. 3: 18; Col. 3:
10).
10.
Los que me aman.
Sólo los
que aman a Dios podrán obedecerle . La obediencia que no proviene del corazón es
tan sólo un intento legalista por lograr justicia propia, mediante la cual el
hombre busca méritos ante Dios. A la vista del cielo eso no es obediencia en lo
más mínimo. Si falta el espíritu de obediencia, la letra o la forma externa no
tienen valor. Pero aquel que ama a Dios por sobre todas las cosas, encontrará su
mayor deleite en cooperar con él.
11.
En
vano.
Literalmente, "a la vanidad", lo que significa falsamente, con
hipocresía o en una forma común, sin razonar. La actitud del hombre hacia Dios
debe caracterizarse por la reverencia, debiendo ésta reflejarse en palabras y
acciones.
12.
El día de reposo.
Ver
com. Exo. 20: 8-11. El cuarto mandamiento tiene una base natural, que se remonta
a la creación (Gén. 2: 1-3); tiene también una base moral en la relación entre
Creador y criatura. El sábado tiene por propósito fundamental resguardar esa
relación. Así como la salud fisica exige un día de descanso semanal, también la
salud espiritual requiere la existencia del sábado a fin de ejercitar la mente y
el corazón en la búsqueda de Dios, para que "en alguna manera, palpando",
podamos hallarlo (Hech. 17: 27).
15.
Fuiste
siervo.
Toda acción de Dios en nuestro beneficio constituye una razón
por la cual debiéramos "recordar", es decir, reflexionar en cuanto a su amor y
cuidado benéfico, y reconocerlo y apreciarlo. Es propósito de Dios que en el día
sábado se deje de lado todo lo que interfiera con la comunión directa y personal
entre la criatura y su Creador. El sábado es el día en que tenemos el feliz
privilegio de conocer mejor a nuestro Padre celestial, puesto que conocer al
Dios verdadero es tener vida eterna (Juan 17: 3). Conocer a Dios es amarle (1
Juan 4: 8), es honrarle y apreciar las evidencias de su bondad paternal (Rom. 1:
21).
La liberación de los israelitas de Egipto constituía una razón
adicional para que ellos reverenciaran el sábado, pero las mismas palabras del
cuarto mandamiento señalan el origen del sábado en la creación (Exo. 20: 8-11)
como la razón de la orden de guardar el día de reposo y santificarlo. Debe
recordarse que la forma en que Dios pronunció los Diez Mandamientos en el Sinaí
es la que está registrada en Exo. 20, no la de Deut. 5. Como está implícito en
el nombre del libro, Deuteronomio es una recapitulación de las diversas leyes
transmitidas a Israel en el Sinaí, con explicaciones adicionales dadas por
Moisés para tratar de impresionar al pueblo con la importancia de observar
fielmente todo lo que se les había mandado. Si la mención de la liberación de
Egipto en relación con el cuarto mandamiento se entendiera como que limita la
observancia del sábado, en principio, únicamente a los que fueron liberados de
esa manera, es decir los israelitas según la carne, entonces los principios de
los Diez Mandamientos en su conjunto pertenecerían sólo a los judíos, porque
tanto en este pasaje (Deut. 5: 6), como en Exo. 20: 2, Dios presentó su ley
basándose en el hecho de que él los había sacado de la tierra de Egipto.
Así como el Israel literal fue liberado de la esclavitud de Egipto, el
pueblo de Dios hoy ha sido liberado de la esclavitud del pecado (Rom. 6: 16-18).
De esta manera el sábado llega a ser, para el cristiano, no sólo un monumento
recordativo de la creación, sino también de la nueva creación de la imagen de
Dios en su propio corazón y en su propia mente (ver com. Deut. 5: 8). Así el
sábado llega a ser una "señal" de santificación (Eze. 20:12); de redención tanto
como de creación.
16.
Honra.
Compárese con la instrucción del
apóstol Pablo dada en Efe. 6: 1-3 (ver también Exo. 20: 12). Sólo el niño que
aprende a honrar y respetar la autoridad de sus padres, podrá aprender a honrar
y reverenciar a Dios.
22.
Congregación.
Esta palabra se refiere a la reunión de un grupo de personas o de sus
representantes escogidos.
Dos tablas de piedra.
También se las
conoce como "tablas del pacto" (cap. 9: 9,11,15) y " "dos tablas del testimonio"
(Exo. 31: 18; 32: 15; 34: 29).
25.
¿Por qué
vamos a morir?
El pueblo había quedado debidamente impresionado por la
majestad de Dios, y se dio cuenta de que, como pecadores, no podían siquiera
vivir en su presencia. Al tener conciencia de su pecado, temieron por sus vidas.
Finalmente, los malvados escogerán morir antes que vivir en la presencia de Dios
(Apoc. 6: 15-17).
28.
Bien está todo lo que
han dicho.
El profundo terror que sintieron ante la manifestación del
poder y de la gloria de Dios era precisamente la actitud mental y de corazón que
Dios deseaba producir en ellos. Sólo cuando un hombre se humilla a la vista de
Dios, cuando se da cuenta de su total pecaminosidad e impotencia, en contraste
con la justicia y la omnipotencia de Dios, puede el Señor obrar en él y por
medio de él.
29.
Tal corazón.
O
"tal actitud mental". La vida no es más que la proyección de los pensamientos
del "corazón", o la mente; " "cual es su pensamiento en su corazón, tal es" el
hombre (Prov. 23: 7). Dios no se preocupa tanto de las acciones externas como de
los motivos que impulsan esas acciones. Si un hombre se propone en su "corazón"
cooperar con Dios, "si primero hay la voluntad dispuesta" (2 Cor. 8: 12), la
vida será transformada en la medida de ese propósito (Rom. 12: 2). La obediencia
que nace del corazón es la única verdadera obediencia; solamente esta obediencia
será aceptable a Dios.
30.
Volveos.
Un mandato dado en reconocimiento del pedido que hicieron de ser
librados de la presencia de Dios. Desde ese momento, Moisés debía ser el
mediador (vers. 5).
32.
No os apartéis.
Se espera de aquellos que entran en la relación del pacto que sirvan a
Dios con corazón indiviso, que no se "aparten" para seguir sus propias
inclinaciones (caps. 17: 11, 20; 28: 14).
33.
Tengáis largos días.
La bendición de Dios está
condicionada a la obediencia a sus preceptos, no por causa de un decreto
arbitrario, sino porque la cooperación con los principios eternos tiende
naturalmente a prolongar la vida. Más aún, la ocupación de la tierra prometida
tenía como condición su lealtad continua. Su derecho a la tierra de Canaán se
basaba exclusivamente en las estipulaciones del pacto. Si los israelitas
violaban sus requisitos, perderían su derecho a esa tierra.
COMENTARIOS DE ELENA G. DE WHITE
1-33 PP
312-318; TM 132
12 PR 135
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