Comentario Bíblico Adventista Levítico 19
Comentario Bíblico Adventista
Levítico Capítulo 19
2.
Santos seréis.
"Esta es la nota tónica del libro de Levítico. En todos sus capítulos se hace
resaltar la santidad. La razón por la que aquí se da esta orden es porque Dios
es santo. "
3.
A su madre y a su padre.
" En este pasaje el
orden que comúnmente se sigue en las Escrituras está invertido. Algunos piensan
que se trata de un accidente, que de alguna manera el orden de las palabras fue
traspuesto. Pero sin duda Dios lo quiso así. De ninguna manera disminuye la
dignidad y la posición del padre, pero hace resaltar el hecho de que las madres
no son olvidadas por Dios, ni debieran serlo por los hombres. "
" En
muchos hogares no se honra debidamente a la madre. Quizá no ocupa ella su debido
lugar, o no ejerce la influencia positiva y constructiva que debiera ejercer.
Tal vez rebaja su autoridad a la vista del niño diciéndole que cuando llegue el
padre, éste lo hará obedecer, perjudicando así al niño. La madre que
habitualmente evade su responsabilidad en la educación y disciplina de sus
hijos, debería buscar la causa de su fracaso y tomar las medidas necesarias para
corregir el error, El mandamiento dice: "Honra a tu padre y a tu madre" " (Exo.
20: 12).
Mis días de reposo guardaréis.
El cuarto y el quinto
mandamientos, aquí citados, son los dos mandamientos positivos de la ley. Los
dos inculcan reverencia y respeto por la autoridad.
Yo Jehová.
Esta afirmación es repetida varias veces en este capítulo (vers. 4, 10,
12, 14, 16, 18, 25, 28, 30, 31, 32, 34, 36, 37).
4.
No os volveréis a los ídolos.
El vers. 4 alude al
primero y al segundo mandamientos, sobre todo a este último. No es necesario que
nos postremos ante ídolos de madera y piedra para transgredir este mandamiento.
Cualquier cosa que se honre en el lugar de Dios, o que sea preferida antes que
él, constituye un ídolo, aunque sea sólo un asunto de la imaginación.
5.
Sacrificio de ofrenda de paz.
A
modo de énfasis, se repite aquí la instrucción dada en el cap. 7: 11-21. Como se
presentara en el comentario del cap. 17: 1-7, era más fácil abusar de las
ofrendas de paz que de las otras.
9.
Ni
espigarás tu tierra segada.
Dios siempre ha demostrado especial cuidado
por los pobres. A menudo la pobreza viene como resultado de la falta de
economía, previsión, diligencia o capacidad. En otros casos, es accidental e
inevitable. Cualquiera sea la causa, Dios se compadece de todos los necesitados
y ha comisionado a su pueblo para que los socorra según sus necesidades. Algunos
que no pueden trabajar necesitan recibir una ayuda directa y la usarán
sabiamente. Otros son capaces de trabajar y están dispuestos a hacerlo, y
debería dárseles esa oportunidad. No es fácil salir a espigar, y a veces los
resultados son escasos. Pero suele ser mejor proporcionar trabajo a los
necesitados que hacerles obsequios. Excepto en los casos de genuina necesidad,
el recibir algo sin dar nada perjudica la dignidad. El darle trabajo al
necesitado cumple varios propósitos, tanto para el que da como para el que
recibe. Ayuda al dador a promover un espíritu liberal, y a menudo es el
instrumento que Dios emplea para contestar las oraciones de los necesitados.
También es ayudado el que recibe, pues es inducido a agradecer a Dios y a
apreciar a los que le proporcionaron una oportunidad de ayudarse a sí mismo.
Esto tiende a crear un espíritu de hermandad.
11.
No hurtaréis.
El hurto y la falsificación están
emparentados. Este último pecado es a menudo necesario para ocultar el primero
(ver cap. 6: 2). Hay diversas maneras de robar y de mentir. También hay casos
dudosos, siendo éstos probablemente los más comunes. Dios desea que la verdad
more en lo íntimo de nuestro ser (Sal. 51: 6). Todo lo que tenga un dejo de
astucia o hipocresía es abominación para Dios (Efe. 4: 14; 1 Tim. 4: 2).
12.
No juraréis falsamente por mi nombre.
Por implicación, esto permite el juramento judicial. Aquí no se habla de
prestar juramento ante un tribunal, sino de jurar falsamente . Con toda
justicia, el perjurio se considera un crimen muy grave porque pervierte
Injusticia. Definidamente quebranta el tercer mandamiento y merece un severo
castigo (Mat. 5: 33-37).
13.
No oprimirás a
tu prójimo.
En el vers. 11, se prohibe dañar a alguien con astucia; aquí
se prohibe hacerlo con violencia o usando de una autoridad superior. Algunos
llegan a la conclusión de que si algo es legal, está permitido que el cristiano
lo haga. Una cosa puede ser permitida por ley, pero estar lejos de ser
conveniente (1 Cor. 6: 12; 10: 23). También puede ocurrir que la ley del país
declare legal cierta conducta que Dios no pueda aprobar. Dios no tiene en cuenta
las escapatorias legales.
El salario.
Los salarios deben pagarse
regularmente, como las deudas, cuando corresponde. Además de ser una falta de
honradez, el retener los salarios convenidos, faltar al pago de una deuda justa
o demorar el pago de las obligaciones en forma indebida, desagrada a Dios (Deut.
24: 14, 15). La estricta honradez requiere que una persona no contraiga ningún
compromiso ni acepte obligaciones a menos que tenga buena razón para creer que
puede cumplir con sus responsabilidades en ese sentido. Además el dejar pasar el
tiempo designado para pagar un compromiso sin hacer arreglos satisfactorios con
el acreedor, es un fraude de la peor clase, y presenta como irresponsable e
indigno de confianza a quien lo hace.
14.
Al sordo.
No hemos de maldecir al sordo porque no oye,
ni poner tropiezo al ciego porque no ve. Hacerlo es malo y cruel. " "Maldito el
que hiciere errar al ciego en el camino" " (Deut. 27: 18; cf. Job 29: 15). Los
que tienen impedimentos físicos merecen consideración especial. Al mismo tiempo,
ellos no deben aprovecharse de ese impedimento.
15.
Con justicia juzgarás.
El hacer "acepción de personas"
es cometer pecado (Sant. 2: 9). El artista ha representado correctamente a la
justicia al pintarla como una mujer que sostiene en su mano una balanza, con los
ojos vendados a fin de no dejarse influir por las personas o las cosas que están
ante ella.
16.
No andarás chismeando.
Es decir, propagar rumores dañinos, ya sea porque no son ciertos, o
porque perjudican a la persona implicada. Los rabinos enseñaban que eran tres
los pecados que quitarían al hombre de este mundo y lo privarían del mundo
futuro: idolatría, incesto, y homicidio, pero que la calumnia era peor que éstos
pues mataba a tres personas a la vez: al calumniador, al calumniado y al oyente.
Es más efectiva que una espada de doble filo.
No atentarás contra la
vida de tu prójimo.
Ya fuera directamente, o por dar falso testimonio
(Dan. 8: 25; 11: 14; 1 Crón. 2 1: l). Los judíos interpretan que este pasaje
significa que la persona que viera a otro en peligro, ya fuera de ahogarse, de
ser robada, o debido a fieras, tenía la obligación de prestarle ayuda. Si una
persona es testigo de un crimen o de una injusticia, está obligada a ayudar al
damnificado, ya sea personalmente, o por medio de testimonio ante el juez.
17.
No aborrecerás a tu hermano.
Es
posible odiar y despreciar a una persona sin dar de ello evidencias externas.
Sin embargo, el odio es pecado (1 Juan 2: 9-11). El que odia se daña a sí mismo
en primer lugar.
Razonarás con tu prójimo.
"Corrige a tu
prójimo" (BJ). Cristo dijo: "Si tu hermano pecare contra ti, repréndele" (Luc.
17: 3; ver también Mat. 18: 15-17). Pablo dice: " "A los que persisten en pecar,
repréndelos delante de todos" " (1 Tim. 5: 20); "repréndelos duramente" (Tito 1:
13); "reprende con toda autoridad" (Tito 2: 15). Las tres últimas afirmaciones
se refieren a la responsabilidad de los ministros, pero el consejo de Cristo en
Mat.18: 15-17 se aplica a todos. Es tan malo albergar odio en el corazón como
retener la corrección. Los rabinos enseñaban que aquel que no reprendía a un
ofensor compartía su pecado, y que le sería mejor que se echara en un horno
ardiente.
18.
No te vengarás.
Es
debilidad humana la de querer vengarse de aquel que nos hizo mal, pero la Biblia
no aprueba tal proceder. Dijo Pablo: " "No os venguéis vosotros mismos, amados
míos, sino dejad lugar a la ira de Dios" " (Rom. 12: 19). Es inútil albergar
rencor. A nadie le hace bien, y puede causarle mucho daño al que lo alberga.
Avinagra el carácter y desfigura la perspectiva de la vida.
Amarás a tu
prójimo.
En esta orden están comprendidos los seis últimos mandamientos
(Mat. 22: 40). Dijo Cristo: " "Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo y
aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos" " (Mat. 5:
43, 44).
Aun los críticos admiten que la declaración llamarás a tu
prójimo como a ti mismo" era una orden que estaba completamente fuera de lo
habitual en esa época de la historia del mundo. No es común en ninguna época. El
egoísmo prevalece hoy, como lo ha hecho en todos los tiempos, y siempre hay poco
amor por el prójimo cuando sus intereses entran en conflicto con los propios.
Generalmente, cada uno trata de buscar lo suyo. Si es posible hacerle bien al
prójimo sin perjudicarse uno mismo, se está dispuesto a hacerlo. En buena
medida, el amor por el prójimo no es sino interés propio bien entendido.
19.
Mezcla de semillas.
En el
principio Dios creó diferentes especies de animales y plantas. Nunca tuvo la
intención de que hubiese amalgamación de las diferentes clases en la que
quedaran todas confundidas. No es clara la orden en cuanto a la mezcla de lino y
lana, ni tampoco se la explica en otra parte de la Biblia. Posiblemente haya
tenido por propósito impresionar en la mente el principio aplicable a las cosas
vivas. La idea de mantener intactos los diversos "géneros" como Dios los creó,
es para el bien de todos.
20.
Si un hombre
yaciera.
En este caso la sierva está comprometida con un hombre pero no
ha sido aún rescatada. Por lo tanto, no es libre sino que es considerada
propiedad de la persona a quien sirve.
Ambos serán azotados.
Literalmente, "habrá una investigación". El vocablo hebreo biqqóreth ,
que aparece aquí, tiene la idea de una investigación realizada con el propósito
de determinar cuál sería el castigo adecuado para el crimen.
21.
El traerá.
Además del castigo que se
juzgara adecuado, el hombre debía presentar su ofrenda por la transgresión (ver
com. cap. 7:1). Con el castigo pagaba su deuda a la sociedad; con el sacrificio
quedaba reconciliado con Dios. No se esperaba que la mujer presentase tales
ofrendas.
23.
Consideraréis como
incircunciso.
Se consideraba que un árbol frutal no alcanzaba la madurez
hasta los cuatro años. Hasta entonces se lo consideraba "incircunciso". Es
decir, su fruto no debía comerse ni presentarse al Señor. Al cuarto año "todo su
fruto" era consagrado "en alabanzas a Jehová", y debía ser presentado a él.
26.
Sangre.
La sangre de cualquier
animal que se mataba para proporcionar alimento, debía ser drenada. Hasta hoy,
los judíos concienzudos observan esta regla y tienen, dentro de lo posible, sus
propios mataderos. En otros lugares, el rabino se hace presente en el matadero
en determinados momentos para comprobar que los animales se sacrifican de tal
forma que los judíos puedan comer su carne. La carne, drenada según la costumbre
judía, es apta para consumo de judíos y suele venderse bajo el nombre de
"kasher" o "kosher". Por regla general, los cristianos prestan poca atención a
esta ley higiénica, olvidando que únicamente con esta condición se permitió el
consumo de la carne (Gén. 9: 4). Se les impuso la misma restricción a los
cristianos gentiles (Hech. 15: 20, 29).
No seréis agoreros.
"No
practicaréis encantamientos" (BJ). Es probable que aquí se haga referencia a los
hechizos y amuletos, que aunque no eran de por sí inmorales ni licenciosos,
tendían a la superstición y la idolatría. Es impresionante encontrar que muchas
personas viven bajo la influencia de creencias supersticiosas. Aun diarios
respetables publican los horóscopos que predicen buena o mala fortuna. Los
hombres pretenden predecir el futuro por la posición de las estrellas y
aconsejar en cuanto a lo que debiera hacerse o dejarse de hacer en determinados
días. Los adivinos y médiums espiritistas, florecen por miles con diversos
nombres y métodos, y millones son engañados por ellos. Muchas personas llevan
amuletos de diversa índole en los bolsillos para que no les ocurra algo malo, o
clavan herraduras sobre las puertas; otros "tocan madera". Muchos no comienzan
ni realizan cierta tarea en viernes. Se considera que el número 13 trae "mala
suerte" y hay quienes no se atreven a moverse de la casa en martes 13. Muchos se
fijan en los malos agüeros, tales como los gatos negros. Algunos se niegan a
caminar debajo de una escalera por temor a lo que podría suceder, y otros
pretenden curar ciertas enfermedades arrojando un objeto detrás de la espalda en
una noche sin luna. En la antigüedad tales cosas se tomaban muy en serio, y
había peligro de que Israel se interesase por la magia de las naciones
circunvecinas.
27.
Ni dañaréis la punta de
vuestra barba.
"Ni cortes los bordes de tu barba" (BJ). Los judíos se
enorgullecían de sus barbas, considerándolas como una señal de virilidad y
dignidad. Se ha sugerido que una barba "dañada" indicaba que el que la llevaba
era devoto de algún dios pagano. Posiblemente la parte de la barba que se
recortaba era ofrecida a los dioses. El Señor prohibió a su pueblo que siguiera
esta costumbre pagana. Dentro de su contexto (vers. 26-28) esta restricción sólo
podía tener significado como resguardo frente a las costumbres religiosas de los
paganos. No puede hacerse ninguna aplicación sensata de esta orden a la
situación existente hoy.
28.
Rasguños en
vuestros cuerpos.
"No haréis incisiones en vuestra carne por los
muertos" (BJ). Diversos pueblos de la antigüedad se cortaban las carnes en
relación con los ritos ceremoniales celebrados en honor de los muertos. Aún hoy
algunos pueblos paganos siguen tales costumbres. Los miembros de ciertas tribus
de Nueva Guinea se cortan una falange del dedo en ocasión de la muerte de un
familiar.
Ni imprimiréis en vosotros señal alguna.
Quizá se
refiera a los tatuajes (BJ), costumbre que en sí no es inmoral, pero ciertamente
indigna del pueblo de Dios pues tiende a dañar la imagen del Creador.
29.
No contaminarás a tu hija.
Era
costumbre entre las naciones de la antigüedad, sobre todo entre los pobres,
vender a sus hijas, o algunas veces a sus esposas, como esclavas y prostitutas.
Por regla general, las mujeres no eran tenidas en muy alta estima.
30.
Mis días de reposo guardaréis.
"Guardad mis sábados" (BJ). Las dos órdenes de este versículo tienen que
ver con la reverencia. Algunas personas observan el sábado pero no muestran el
debido respeto por el santuario. Otros demuestran reverencia por el santuario,
pero no por el sábado. La verdadera religión exige la reverencia por ambos, pues
los dos son santos.
31.
Los encantadores.
De 'oboth , literalmente " "odres" , como en Job 32: 19. Aquí aparece
esta palabra por primera vez en la Biblia. El hecho de que se use esta palabra
para designar a los médiums espiritistas parece haberse debido al timbre de voz
que éstos usaban: una voz sonora, no natural, ni clara, como la que podía
producirse al hablar dentro de un "odre" o de algún otro receptáculo. La palabra
traducida "susurran" en Isa. 8: 19, significa también "murmurar", "cuchichear",
"retumbar". Puede también significar "meditar en voz alta", como si la persona
estuviese hablando sola en una voz baja que parece un suspiro (Sal. 143: 5). En
el mismo versículo el hebreo usa otro verbo para describir la forma de hablar
del adivino: tsafaf , palabra onomatopéyica usada para describir la forma de
hablar del médium. La BJ traduce: "Los adivinos que bisbisean y murmujean". En
Isa. 29: 4 tsafaf se traduce "susurrar" y en Isa. 38: 14 "quejar". La LXX
generalmente traduce la palabra 'oboth por eggastrimuthoí , "ventrílocuos", con
lo que indica que la voz se proyectaba desde el vientre en tonos graves y
sepulcrales. La ventriloquia se presta fácilmente para los fines de la magia.
'Oboth es una palabra femenina plural, que quizá sugiere que la mayoría
de los médiums eran mujeres. Se usa la palabra 'ob para designar al espíritu que
hablaba a través del médium. Según la enseñanza bíblica, el médium no era
poseído del espíritu, sino que lo poseía. La traducción literal de 1 Sam. 28: 7
sería: "Una mujer dueña de un espíritu" ('ob). Según Isa. 29: 4 la voz del
"fantasma" ('ob) salía de la tierra. La pitonisa de Endor vio a dioses que
subían "de la tierra" (1 Sam. 28: 13) y Saúl se inclinó con el "rostro a tierra"
para conversar con el espíritu que pretendía ser Samuel (vers. 14-19).
Los "terafines", ídolos o estatuas del AT (ver com. Gén. 31: 19),
parecen haber sido usados, al menos en algunas ocasiones, Y frecuentemente con
la ayuda de la ventriloquia, por los médiums en sus fingidas comunicaciones con
los muertos. En Zac. 10: 2 se dice que "los terafines han dado vanos oráculos"
cuando se les había hecho preguntas. Por lo menos en un caso la palabra
"terafín" se refiere a una estatua tan parecida a un ser humano que pudo engañar
a los mensajeros enviados por Saúl, de modo que creyeron que era David el que
estaba en la cama (1 Sam. 19: 12- 17). Un ventrílocuo podría fácilmente simular
una conversación con una imagen de manera tan realista como para convencer a los
supersticiosos de que estaban hablando los espíritus de los muertos. Sería tan
sólo natural que el diablo controlase las palabras de un médium espiritista para
que armonizaran con sus propósitos.
32.
Las
canas.
Esta orden amplia el quinto mandamiento. La reverencia y el
respeto son virtudes fundamentales. La irreverencia, la falta de respeto o de
preocupación por el anciano y sus necesidades siempre han sido pecados comunes.
Este es el día de la juventud. Ella constituye la esperanza del mundo y de la
iglesia. Pero esto no quiere decir que deban dejarse de lado a los hombres de
mayor edad y experiencia y desoír su consejo.
De tu Dios tendrás temor.
Esta orden siempre tiene vigencia. La iglesia de nuestros días es
amonestada: "Temed a Dios, y dadle gloria" (Apoc. 14: 7).
33.
El extranjero.
En la antigüedad
los desconocidos solían ser considerados como sospechosos. ¿Por qué motivo se
habría alejado esa persona de su hogar? ¿Habría cometido algún crimen? ¿Sería un
fugitivo de la justicia? ¿Sería acaso un esclavo que huía de su amo? Era natural
que surgiesen tales preguntas en una época en la cual pocos se aventuraban a
alejarse de su terruño. El extranjero estaba a la defensiva, pero el pueblo de
Dios no debía oprimirle.
34.
Como a un
natural de vosotros.
No bastaba que no se molestase al extranjero. Debía
ser tratado con la misma consideración con que ellos se trataban mutuamente.
Cuando estuvo en la tierra, Cristo enunció esta misma norma. Citó directamente
de este capítulo de Levítico al decir: " "Amarás a tu prógimo como a ti mismo"
(Mat. 22: 39; Lev. 19: 18). Para que nadie pensase que al decir "prójimo" se
refería a un judío, Cristo presentó la parábola del buen samaritano. Cualquier
necesitado, judío o samaritano, conocido o extraño, es nuestro prójimo (Luc. 10:
30-37).
Extranjeros fuisteis.
Nos hace bien recordar que puede
haber habido algún momento del pasado cuando estuvimos entre extraños y
necesitamos una mano ayudadora o una palabra de ánimo. Esto nos debería volver
más bondadosos con los que necesitan de nuestra ayuda y de nuestro apoyo.
35.
No hagáis injusticia.
Dios
ordena que seamos estrictamente honrados en las medidas de longitud, peso y
volumen. En todo intercambio se ha de observar la más estricta justicia. Dijo
Cristo: " "Con la misma medida con que medís, os volverán a medir" " (Luc. 6:
38).
COMENTARIOS DE ELENA G. DE WHITE
9 MC
140
9, 10 Ed 41; HAp 271; PP 571
11 2JT 71; 4T 350
13 5T
350
13-15 MB 253
14 SC 266
17 DMJ 51; DTG 409; 3JT 200;
1T 214; 4T 513
18 PP 130, 312, 390, 450; PVGM 242, 364
30 2JT
193; MeM 295; MJ 263
31 CS 613; PP 745
32 Ed 239; HAd 330; MeM
288; LS 275
33 34 PP 541
34 DTG 463
35 36 MC 142
CBA Levítico
COMENTARIO BÍBLICO ADVENTISTA LEVÍTICO
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