Comentario Bíblico Adventista Éxodo 18
Comentario Bíblico Adventista
Éxodo Capítulo 18
1.
Jetro sacerdote de Madián.
Ver com. cap. 2: 16, 18.
2.
Séfora la mujer de Moisés.
Ver com. cap.2:
21.
Después que él la envió.
Algunos comentadores han pensado
que Séfora, movida por la ira, dejó a su esposo después de la circuncisión de su
hijo en el camino a Egipto (cap. 4: 24-26). Esta opinión es insostenible puesto
que el relato no dice que ella volvió a casa de su padre sino que Moisés la
envió. Había hecho esto por la seguridad de ella (PP 261), en vista del peligro
al cual se habrían expuesto Séfora y sus hijos en Egipto durante la contienda
con Faraón (ver también PP 402).
3.
Gersón.
Ver com. cap. 2: 22.
4.
Eliezer.
El segundo hijo de Moisés no ha sido previamente mencionado por nombre
pero quizá fue el circuncidado por Séfora en el camino a Egipto (cap. 4: 25).
Eliezer significa "Mi Dios es [mi] ayuda". Por contraste, el nombre que Moisés
dio a su primer hijo, Gersón, significa " "destierro" (cap. 2: 22), lo que
expresa un espíritu de desaliento natural en un exiliado. El nombre del segundo
hijo revela la gratitud del padre por la protección divina disfrutada durante su
huida de Egipto. El hecho de que el nombre de Eliezer se mencione y explique
aquí por primera vez no es una razón válida para pensar que el hijo había estado
sin nombre. Por 1 Crón. 23: 17 sabemos que Eliezer no tuvo sino un hijo,
Rehabías, cuyos descendientes habían llegado a ser numerosos en tiempo de
Salomón.
5.
Monte de Dios.
El
"monte de Dios", donde Jetro halló a Moisés y donde acamparon los israelitas,
era Horeb (cap. 3: 1). Fue en sus proximidades donde Dios se apareció a Moisés
en la zarza ardiente. Fue también cerca de allí donde Moisés hirió la roca para
dar agua a su pueblo sediento (cap. 17: 6).
6.
Y dijo.
El texto hebreo también puede traducirse "y
alguien dijo" o "y fue dicho". Esto concuerda mejor con el contexto pues Jetro y
Moisés todavía no se hablan encontrado (ver vers. 7), Parece que Jetro, al
llegar a las proximidades del campamento, envió un mensajero a Moisés, quien
habló en su nombre y anunció su llegada. La BJ traduce: "Y mandó a decir a
Moisés" , etc.
7.
Moisés salió.
La
cortesía oriental requería ese proceder en el caso de un visitante digno de
honra o aun de cualquiera que llegara (Gén. 18: 2; 19: 1; Luc. 15: 20; etc.).
Evidentemente la intención de Moisés fue la de recibir a Jetro con todo el honor
y respeto posibles. No sólo salió a su encuentro sino que se inclinó ante él
como ante un superior.
8.
Moisés contó.
Tal vez Jetro había oído algo del relato de la liberación de Israel. La
noticia de los sucesos milagrosos que precedieron al éxodo así como de la
victoria sobre el ejército egipcio a orillas del mar Rojo, debe haberse
divulgado como un relámpago por los países limítrofes de Egipto.
10.
Bendito sea Jehová.
Cada rasgo
de la conducta de Jetro lo muestra como a un hombre religioso y creyente en el
Dios verdadero. Una prueba notable de esto es su agradecimiento a Jehová, el
Dios de los israelitas.
Libró al pueblo.
Una repetición de lo
que ya se ha dicho en la primera parte del versículo.
11.
Ahora conozco.
Este texto no es fácil de explicar y ha
sido tomado por algunos comentadores como una prueba de que Jetro era
politeísta. Sin embargo, Jetro era el "piadoso sacerdote de Madián" (PP 308).
Con la prueba adicional mencionada por Moisés, aquí Jetro simplemente reafirma
su fe en el Dios verdadero.
Porque en lo que.
Esta declaración
es aún menos clara que la precedente. El texto de la VVR indudablemente da a
entender que Jetro dijo que Dios se había mostrado superior a los dioses de
Egipto. Una traducción más literal diría: "Aun en el asunto preciso en que ellos
[los egipcios] obraron orgullosamente contra ellos [los israelitas]". Una
versión tal muestra la superioridad del Señor revelada en la forma en que fue
humillado el orgullo de los egipcios por el poder de Dios (ver com. vers. 10).
12.
Tomó ... holocaustos.
Los
sacrificios fueron instituidos por Dios mismo tan pronto como el pecado entró en
el mundo (ver com. Gén. 3: 21; 4: 3, 4). La práctica de ofrecer sacrificios fue
perpetuada por todos los que conocían y honraban a Dios (Gén. 4: 4; 8: 20; 12:
7, S; 22: 13; etc.). Como Melquisedec (Gén. 14: 18), Jetro fue reconocido como
sacerdote de verdadero Dios (Exo. 2: 16; PP 308) y, por lo mismo, tenía derecho
a ofrecer sacrificios. Sin embargo, parece que los madianitas, por regla
general, eran idólatras (Núm. 25: 17, 18; 31: 16). Moisés, Aarón y los ancianos
de Israel no habrían participado de un alimento ceremonial si hubiera estado
contaminado por prácticas paganas, o si el sacrificio hubiera sido realizado por
un hombre que no era adorador del Dios del cielo.
Para comer.
Del holocausto mismo nada fue comido. Fue completamente consumido puesto
que todo él era considerado como perteneciente a Dios (Lev. 1: 3-17). Los otros
sacrificios mencionados aquí eran de tal naturaleza que, después de que la
sangre había sido derramada delante de Dios y ciertas porciones de la carne
habían sido quemadas sobre el altar, los "ancianos" podían comer lo que quedaba
(ver 1 Sam. 2: 15, 16).
13.
Se sentó Moisés
a juzgar.
En los tiempos antiguos un gobernante -ya fuera rey, príncipe
o caudillo - también ejercía el oficio de juez. Los poderes legislativo,
ejecutivo y judicial estaban conferidos a un solo individuo. Durante varios
siglos antes de la monarquía, los gobernantes de Israel fueron llamados
"jueces", y se hacía referencia a su administración como a "juicios". Al igual
que esos sucesores de Moisés, los principales gobernantes de Cartago también
llevaron el título de "jueces". Desde el tiempo cuando fue aceptado como
gobernante por el pueblo (cap. 4: 29-31), parece que Moisés se consideraba a sí
mismo como obligado a oír todas las quejas que se levantaban entre su pueblo y a
decidir en cuanto a ellas. Hasta aquí no había delegado la autoridad judicial a
ningún otro. Esto no se debió a que no se le hubiera ocurrido esa idea, pues
existía en Egipto un sistema judicial con jueces nombrados por el rey. Puede ser
que hubiera dudado de la capacidad de sus compatriotas para prestar ese servicio
ya que habían sido esclavos toda la vida.
Desde la mañana hasta la
tarde.
No sabemos si Moisés estaba siempre tan ocupado como lo estuvo el
día después de la llegada de Jetro. Los comentadores han conjeturado que pueden
haber surgido muchas quejas por la distribución de los despojos de los
amalecitas, o que la insólita situación en que de pronto se encontró el pueblo
al librarse de la esclavitud, produjo más problemas de los que hubiera habido si
no hubiera sido por eso. Habían vivido siempre bajo la rígida autoridad de los
capataces egipcios sin tener libertad para efectuar decisiones propias. De
pronto se habían convertido en sus propios amos y ahora debían relacionarse como
iguales. En tales circunstancias sólo puede haber una vida de comunidad
tranquila y armoniosa cuando todos respetan reglas entendidas y aceptadas en
común.
14.
¿Por qué te sientas tú solo?
El reproche de Jetro no atañía a la técnica de juzgar de Moisés. A
diferencia de lo entendido por algunos comentadores, él no consideraba que fuera
humillante para la gente el que Moisés estuviera sentado mientras aquélla
permanecía de pie. Por el contrario, él presentó esta objeción para que Moisés
dividiera su tarea delegando ciertos deberes de gobierno a otros que tenían
cualidades para ejercerlos.
15.
Para consultar a Dios.
Indudablemente esto
significa que la gente iba a Moisés como a uno a quien consideraba calificado
para hablar en nombre de Dios. No acudían a él como habían acudido a los jueces
que conocían en Egipto, sino que lo consideraban como al portavoz instituido por
Dios. Sin duda éste también era el parecer de Moisés, y puesto que el Señor no
le había dado otras instrucciones, creía que era su deber decidir todos los
casos que se le presentaban.
16.
Declaro
las ordenanzas de Dios.
Algunos comentadores han tomado la referencia a
ordenanzas y leyes como una prueba de que la visita de Jetro ocurrió después de
la promulgación de la ley en el Sinaí. Otros han señalado que la práctica
descrita en este pasaje no habría sido necesaria después de la promulgación de
la ley, y que su existencia en el tiempo de la visita de Jetro la ubica como
habiendo ocurrido antes de que la ley fuera formalmente proclamada a Israel. La
última explicación parece preferible. Dios no había dejado a su pueblo por miles
de años sin ley moral. Caín sabia que el asesinato era pecado (Gén. 4: 8-13),
Sem y Jafet demostraron estar familiarizados con la ley al rehuir la indecencia
(Gén. 9: 23), Abrahán observó los mandamientos de Dios (Gén. 26: 5) y aun el rey
filisteo Abimelec sabía que el adulterio era un "grande pecado" (Gén. 20: 9). La
mención de "mis mandamientos, mis estatutos y mis leyes" (Gén. 26: 5) no es pues
anacrónico en el tiempo de los patriarcas, sino que muestra claramente que antes
del Sinaí el hombre tenía conocimiento de tales leyes divinamente impartidas.
Moisés, quien durante sus 40 años de permanencia en el desierto había registrado
la historia del trato de Dios con los patriarcas, debe haber conocido bien los
principios morales presentados en el libro del Génesis.
18.
Desfallecerás del todo.
Jetro mostró sabiduría en el
consejo que dio a su yerno. Es un deber sagrado cuidar nuestra salud y no
sobrecargar innecesariamente nuestras fuerzas.
19.
Está tú por el pueblo delante de Dios.
O: " "Sé tú el
representante del pueblo delante de Dios" " (BJ). Respondiendo a la explicación
de Moisés de por qué el pueblo iba a él y por qué él consentía en tratar sus
diversos casos Jetro hizo resaltar que una cosa es establecer principios, y otra
aplicarlos. Moisés podría reservar la función legislativa para sí, y así
transmitir al pueblo los principios divinos. Pero también debía elegir a hombres
capaces de aplicar los principios a las diversas situaciones que surgían, y
delegar a esas personas la función judicial de gobierno (vers. 21, 22).
Somete tú los asuntos a Dios.
En los casos difíciles Moisés
realmente llevaba la causa delante de Dios y recibía de él instrucciones en
cuanto a las decisiones que debía tomar (Núm. 15: 32-36; 27: 5-11).
20.
Las ordenanzas y las leyes.
No
es clara la distinción de Jetro entre "ordenanzas" y ."leyes". Algunos
consideran que las "ordenanzas" atañen a la religión y que las "leyes" son
reglamentos respecto a asuntos civiles y sociales. Otros explican que las
primeras son estatutos "específicos", y las segundas "generales". El consejo de
Jetro de que Moisés debía mostrarles "el camino por donde" debían "andar",
revela claramente que él quería decir que Moisés estableciera principios amplios
para garantizar la igualdad y la justicia.
21.
Varones de virtud.
Jetro no sólo le aconsejó a Moisés
que eligiera "varones de virtud" sino que hizo una lista de las cualidades que
debían tener esos varones: piedad, integridad moral y honradez. Su concepto del
carácter de un verdadero juez es casi completo. Si hoy en día se requirieran
esas cualidades en la elección de hombres para puestos de responsabilidad en el
gobierno, aumentaría mucho la fortaleza de una nación.
Jefes.
El
sistema propuesto por Jetro garantizaba un trato justo para todos. Los asuntos
de menor importancia podían ser decididos por quienes encabezaban la familia,
los jefes "de diez". Los casos más difíciles serían referidos a la autoridad
inmediata superior, o tribunal de apelación. Los asuntos de una naturaleza más
seria serían llevados a los "Jefes de millares".
22.
En todo tiempo.
En vez de días ocasionales para juzgar,
en los cuales Moisés se sentaba para escuchar los casos y tomar decision durante
todo el día, debían tomarse medidas para una pronta consideración de los
problemas cuando surgieran.
23.
Dios te lo
mandare.
Aunque Jetro estaba convencido de la sabiduría de su consejo y
la importancia de que se lo siguiera, no obstante modestamente dejó con Moisés
la decisión de aceptarlo. Sabiendo que su yerno actuaba de acuerdo con la
dirección divina en todos los asuntos, comprendía que el éxito de los planes iba
a quedar asegurado tan sólo si Dios los aprobaba, y que sólo con esa condición
los aceptarla Moisés. El hecho de que Moisés actuara de acuerdo con el consejo
de Jetro es una evidencia de que recibió en realidad la sanción divina y que, al
darlo, Jetro debe haber sido inspirado por el Espíritu de Dios.
25.
Escogió Moisés varones de virtud.
Los vers. 24-26 dan la impresión de que Moisés puso en práctica
inmediatamente el consejo de Jetro. El pasaje de Deut. 1: 9-15 indica que en
realidad Moisés no dispuso la elección de esos jueces hasta después de que la
ley fuera dada en el Sinaí. Sin duda Moisés esperó la aprobación divina del
plan. La ejecución del plan es relatada aquí de acuerdo con el hábito de Moisés
de tratar los asuntos por temas más bien que cronológicamente. Si no se tiene en
cuenta esta característica literaria de Moisés, se puede llegar a conclusiones
erróneas (ver com. Exo. 16: 33, 35). Parece por Deut. 1: 13 que, en vez de
elegir Moisés mismo a los hombres, dirigió su nombramiento por medio del pueblo,
después de lo cual los invistió con la autoridad de su cargo.
Los puso
por jefes.
Desde el tiempo de su nombramiento estos dirigentes no fueron
meramente jueces sino "jefes" sobre sus respectivos grupos, con autoridad sobre
ellos cuando estaban en marcha, en el campamento y en el campo de batalla (Núm.
31: 14). Parece que tanto la función militar como la civil estaban combinadas.
27.
Este se fue.
Jetro debe haber
considerado su visita al campamento de los israelitas como uno de los momentos
más destacados de su vida. Allí recibió una información de primera mano de los
hechos maravi- llosos del Dios de su antepasado Abrahán, a quien él también
servía, por lo que su propia fe quedó fortalecida.
COMENTARIOS DE ELENA G. DE WHITE
1-27 PP
307-309
1-14 PP 307
7-12 SR 134
13-26 3JT 410
15-26 PP 308
16 MC 315; TM 346
19 OE 20
19-23 TM
346
19-26 HAp 76
19-27 SR 135
21 2JT 474; OE 464
CBA Éxodo
COMENTARIO BÍBLICO ADVENTISTA ÉXODO
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