Comentario Bíblico Adventista Éxodo 33
Comentario Bíblico Adventista
Éxodo Capítulo 33
1.
Anda.
Esto reafirma lo que el Señor le dijera a Moisés en el cap. 32: 34, luego de que Moisés le hubiera rogado a Dios que perdonase el pecado del pueblo cuando hizo el becerro de oro. Dios permanecería fiel a la promesa hecha a Abrahán, Isaac y Jacob (Gén. 12: 7; 26: 3; 28: 13).
3.
A la tierra.
Continúa aquí el pensamiento
del vers. 1. El vers. 2 representa un paréntesis. Con amor Dios le dice a Israel
que es mejor que él no los acompañe. Si nuevamente violaban su pacto, su
presencia directa iba a provocar su destrucción completa. Hay veces cuando Dios
en su misericordia se aparta de nosotros. Nunca nos obliga a aceptar su
presencia (Mat. 13: 53-58).
4.
Vistieron
luto.
Los israelitas comenzaron a darse cuenta de lo que significaría
para ellos el estar separados del Señor. Un "ángel" no prometía la seguridad que
Dios mismo podría darles. Había hondo pesar por la transgresión. El
arrepentimiento es condición indispensable para lograr la restauración al favor
divino pues no puede haber salvación sin él (Luc. 13: 8; Hech. 3: 19; Apoc. 2:
5, 16). Como señal de penitencia y humillación el pueblo se quitó sus "atavíos"
, o "galas" (BJ). El quitarse los adornos implica duelo y reforma (Gén. 35: 4;
Eze. 26: 16). Los hombres probablemente llevaban pulseras, brazaletes y ajorcas.
Estas últimas eran usadas por los egipcios.
5.
Subiré.
En respuesta al evidente arrepentimiento del
pueblo de Israel, Dios le aseguró que no sería totalmente abandonado. No podía
aún aceptar su cambio de corazón porque su arrepentimiento no había sido todavía
lo suficientemente profundo (Ose. 6: 4; 7: 8, 14-16). Con esta demora Dios se
proponía crear en sus corazones un ansia más profunda de tener comunión con él
(Joel 2: 12, 13; Ose. 10: 12; DTG 170).
6.
Desde el monte Horeb.
Es decir que de ese momento en
adelante, al menos por un tiempo, los israelitas dejaron de usar adornos, o
"atavíos" " (VVR) o "galas" (BJ), como señal del sincero propósito que tenían de
obedecer a Dios.
7.
Tomó el tabernáculo.
Era una tienda que se estaba usando provisoriamente hasta que se
completara el más permanente "tabernáculo de reunión" (PP 337). Moisés no podía
siempre ascender al monte Sinaí a fin de encontrarse con Dios, pues el
campamento necesitaba de su supervisión, sobre todo en esos momentos. El hecho
de que llevara la tienda lejos, "fuera del campamento", simbolizaba que la
presencia de Dios se apartaba del pueblo a causa de su iniquidad.
Tabernáculo de reunión.
Mejor, "la tienda de reunión" (BJ).
Hasta este lugar podrían acercarse quienes desearan volver al Señor, con
verdadero arrepentimiento, confesando sus pecados y buscando la misericordia de
Dios.
8.
Cuando salía Moisés.
Con
temor y temblor los israelitas enfocaron su atención en la tienda de reunión
para ver si Dios recibiría a su representante y les concedería una señal de
haber sido restaurados a la protección divina. El mismo hecho de que el
alejamiento de la presencia de Dios fuese tan sentido por el pueblo, prometía un
arrepentimiento genuino.
9.
La columna de
nube.
Esta señal, ya conocida por el pueblo, era evidencia de que Dios
seguiría siendo su guía y protector (cap. 13: 21, 22).
12.
Mira, tú me dices a mí.
Los vers. 12 y 13 constituyen
un ejemplo de la forma íntima en que hablaba Moisés con Dios (Núm. 12: 8). La
amistad con Dios da a los hombres confianza para acercársele, porque la
verdadera amistad echa fuera el temor (Heb. 4: 15, 16; 1 Juan 4: 18). Moisés
deseaba fervientemente tener la información completa en cuanto a lo que el Señor
se proponía hacer con su pueblo, y a quién designaría para dirigirlos. Moisés
creyó que seguramente el Señor le revelaría esto, puesto que había "hallado
gracia" ante sus ojos. Moisés le recordó a Dios que "esta gente es pueblo tuyo",
implicando de esta manera que Dios tenía una responsabilidad para con ellos.
14.
Mi presencia.
El pedido de
Moisés es concedido. La presencia de Dios mismo iría con ellos, y también les
daría "descanso", es decir, la posesión de la tierra de Canaán (Deut. 3: 20; 12:
9, 10; 25: 19; Heb. 4: 8).
15.
Si tu
presencia.
Moisés no estaba satisfecho aún. Dios había dicho
literalmente: " Te daré descanso", en singular, lo que parecía restringir la
bendición solamente para Moisés. Pero para Moisés esto no bastaba; la promesa
debía también abarcar a "tu pueblo" .
16.
Seamos apartados.
Es decir, diferentes de todas las
otras naciones. La presencia de Dios estaba con ellos y ellos eran su pueblo
(cap. 19: 5, 6).
17.
También haré esto.
Dios le concedió a
Moisés lo que pedía. La "oración eficaz" de Moisés había logrado mucho (Sant. 5:
16). No "desmayó", y su pedido fue concedido (Luc. 18: 1). Las oraciones
perseverantes, especialmente aquellas que se hacen en favor de otros, son una
demostración de fe. Tales fueron las oraciones de Abrahán en favor de Sodoma
(Gén. 18: 23-33), de Daniel por su pueblo (Dan. 9: 4-19), y la de Cristo por sus
discípulos (Juan 17).
Te he conocido por tu nombre.
Moisés era
amigo personal de Dios. En las tierras orientales, aún más que en el Occidente,
la amistad personal sirve para abrir puertas que de otro modo permanecerían
cerradas.
18.
Que me muestres tu gloria.
Aunque en su misericordia Dios había contestado sus oraciones en favor
de Israel, Moisés anhelaba tener aún más evidencias del favor divino. En
repetidas ocasiones ya había estado en la presencia misma de Dios, pero la
solemne comprensión de la tarea que le tocaba le hacía sentir la necesidad de
una comunión aún más íntima con Dios. Esto lo llevó a formular un pedido que
hasta entonces nadie había hecho, pero que Moisés creía que lo fortalecería para
la realización de la tarea que le había sido señalada. Había pedido mucho para
su pueblo; no era incorrecto que ahora pidiese para sí mismo la seguridad de que
en su trabajo lograría el éxito. Sabía bien que ningún poder terrenal podría
ocupar el lugar de la presencia continua de Dios con él y del conocimiento
logrado mediante una comunión personal con Dios (Jer. 9: 23, 24).
Muchas
veces es una conciencia culpable la que nos hace rehuir la presencia del Señor
de la vida. Esto ocurrió con nuestros primeros padres cuando "se escondieron"
(Gén. 3: 8). Siendo que la vida de Moisés estaba en armonía con la voluntad de
su Hacedor, él podía estar en la presencia del Señor sin tener temor. Cuanto más
conoce un hombre a Dios, tanto más anhela conocerle. En la presencia divina hay
"plenitud de gozo" y delicias a su "diestra para siempre" (Sal. 16: 11).
19.
Yo haré pasar.
Lo que podría
parecer presunción no lo fue en el caso de Moisés. El amor y el respeto mutuos
acercaban al Creador a su criatura.
Mi bien.
Literalmente, "mi
hermosura" o "mi excelencia". La LXX reza "mi gloria".
20.
No podrás ver.
Si ante la aparición de un ángel en la
tumba del Cristo resucitado los soldados romanos quedaron como muertos (Mat. 28:
4), ¿qué podría esperarse cuando un hombre pecador entrase en la misma presencia
de Dios? Jacob se maravilló de haber visto a Dios "cara a cara" y de haber
quedado con vida (Gén. 32: 30).
21.
He aquí
un lugar.
Las tradiciones referentes a la ubicación precisa de este
lugar no tienen ningún valor. Esto debe haber ocurrido en la parte superior de
la montaña.
22.
Te cubriré.
Las
diversas precauciones aquí mencionadas tenían por objeto proteger a Moisés. El
hombre nunca ha visto el rostro del Señor (Juan 1: 18; 6: 46; 1 Tim. 1: 17; 1
Juan 4: 12). No deja de haber armonía entre estos textos, que afirman que ningún
hombre ha visto el rostro de Dios, y los muchos textos que nos dicen que Dios
caminó entre los hombres en la persona de Jesucristo y fue visto por multitudes
(1 Juan 1: 1-3; 1 Tim. 3: 16; etc.). En el primer grupo de textos, los
escritores bíblicos están hablando de Dios en su gloria resplandeciente; en el
segundo, de Dios "manifestado en carne", y por lo tanto con su gloria velada, El
capítulo 33 comienza con el panorama del hombre que está desalentado y deprimido
por causa de estar alejado de Dios, y acaba con la idea de que el hombre puede
recibir seguridad y fuerza al acercarse a la presencia divina.
COMENTARIOS DE ELENA G. DE WHITE
1-23 PP
337-339
3-10 PP 337
11 CM 313; FE 343; PE 162; SR 167, 174, 206;
TM 411
11, 12 PP 338
13 DTG 298; 3TS 384
14 DTG 298,
596; MeM 297; OE 431; PP 338; PR 231; 7T 221; 3TS 384
15 TM 508
15, 16 PP 338; 3TS 384
16 1T 283
17 PP 339; 3TS 384
18 2JT 269; MC 369, 406; OE 43 l; PP 339; 8T 321; TM 508; 3TS 384
18, 19 CC 8; 2JT 479; PVGM 268
19 CM 27; FE 178; 2JT 269; MC
370, 406; PP 339; 8T 322, 335; 3TS 384
20 PP 53
20-23 PP 339
21, 22 3TS 385
22 DMJ 29; HAp 292; 3JT 155; MC 406; 6T 47
22, 23 PE 162
CBA Éxodo
COMENTARIO BÍBLICO ADVENTISTA ÉXODO
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