Comentario Bíblico Adventista Éxodo 12
Comentario Bíblico Adventista
Éxodo Capítulo 12
1.
Habló Jehová.
En este capítulo se registran los reglamentos pertinentes a la primera de las
instituciones conocidas como mosaicas. Debiera notarse que ni Moisés ni Aarón
implantaron por su cuenta legislación alguna, ni aquí ni posteriormente. Todo el
sistema religioso y civil anunciado a Israel por medio de Moisés -tanto antes
como después del éxodo-, le fue revelado a él por Dios. No fue Moisés el
originador de las leyes del Pentateuco que llevan su nombre sino sólo el
instrumento señalado mediante el cual fue dada a conocer la voluntad de Dios a
su pueblo.
En la tierra de Egipto.
Siendo que la mayor parte de
la legislación mosaica fue dada en el monte Sinaí, Moisés hace resaltar que este
rito, la pascua, se instituyó antes del éxodo.
2.
Este mes.
A veces, como aquí, es designado
como "el primero en los meses del año" (Exo. 40: 2, 17; Lev. 23: 5; etc.);
también se lo llama Abib (Exo. 13: 4; 23: 15; 34: 18; Deut. 16: 1). Abib , que
generalmente coincide con nuestro mes de abril, significa "mes de las espigas",
porque los cereales estaban entonces en espiga. Después del cautiverio se
adoptaron nombres del calendario babilonio, y Abib se convirtió en Nisán (Neh.
2: 1; Est. 3: 7). El nuevo rito implica que hasta entonces el año israelita
había comenzado en un tiempo diferente, probablemente con el mes llamado más
tarde Tishri , que corresponde con nuestro septiembre u octubre. De aquí en
adelante se emplearon dos cómputos: uno para los propósitos sagrados y el otro
para los civiles. El primer mes de cada año era el séptimo del otro, aunque los
números siempre iban desde Nisán como el primero. Abib , el "mes de las
espigas", se convirtió de aquí en adelante en el primer mes del año
eclesiástico, Y Tishri vino a ser su séptimo, igualmente honrado por fiestas
importantes más tarde instituidas en el Sinaí. El año civil, que comienza con el
mes de Tishri, nunca fue abandonado por los israelitas y todavía está en uso
entre los judíos de hoy. Puede rastrearse su existencia por todo el período del
AT. Fue perpetuado por los judíos, pues creían que Dios creó el mundo en el
otoño de ese año.
3.
En el diez de este
mes.
Aunque el cordero designado para la fiesta de la pascua no había de
ser muerto y comido antes del decimocuarto día del mes (vers. 6), los
preparativos para la fiesta debían comenzar con 4 dias de anticipación.
Un cordero.
La palabra hebrea es aplicable tanto a ovejas como a
cabras, sin límite en cuanto a edad. Sin embargo, por estatuto la edad fue
fijada (vers. 5) en un año, y un hombre podía elegir entre un cordero y un
cabrito (vers. 5). Es interesante que los hebreos, por lo general, prefirieran
un cordero a un cabrito, y con una excepción registrada (2 Crón. 35: 7), parece
que nunca hubieran usado ninguna otra cosa para el ritual de la pascua.
4.
Si la familia.
Posteriormente la
tradición judía fijó en diez el número de personas para las cuales había de
asignarse un cordero, y también dispuso que todos los miembros de la familia
-hombres, mujeres y niños- debían participar de las actividades de la fiesta. El
cordero, de acuerdo con las fuentes judías, generalmente era muerto entre la
novena hora (c. 15 hrs.) y la undécima hora (c. 17 hrs.).
Conforme al
comer de cada hombre.
Cuando se hicieran los preparativos para los que
habrían de participar, debía considerarse la cantidad que cada uno quisiera
comer. Los niños y los ancianos no debían ser computados en la misma forma como
los hombres en el vigor de la vida. Consecuentemente, más de dos familias podían
unirse con este propósito.
5.
Sin defecto.
La ausencia de defectos y daños no sólo correspondía con lo sagrado del
propósito al cual se dedicaban los animales sino que era un símbolo de la
integridad moral de Aquel representado por el sacrificio. Para una persona
piadosa, el "ciego" , el "cojo" y el "enfermo" no podían ser aceptables ante
Dios (Mal. 1: 8). Más adelante, la ley expresamente prohibió el uso de animales
imperfectos para los sacrificios obligatorios, aunque podían ser presentados
como ofrendas voluntarias (Lev. 22: 20-25). La ausencia de tachas era
especialmente importante en la víctima que tenía como fin representar a Cristo.
Macho.
Este requisito se debía a que el cordero reemplazaba al
primogénito masculino de la familia.
De un año.
Probablemente
los animales elegidos tenían más de 7 días (ver Exo. 22: 30; Lev. 22: 27), pero
en ningún caso debían exceder la edad de 12 meses.
6.
Toda la congregación.
El que era cabeza de familia
había de ofrecer el sacrificio por sí mismo y por su familia. De ese modo, nadie
fuera de la familia intervenía entre ella y Dios. Se dispuso esto reconociendo
que Israel era una nación de sacerdotes, como son los cristianos hoy día (Apoc.
1: 6; 1 Ped. 2: 5, 9). Posteriormente vino la institución del sacerdocio
levítico (Exo. 32: 26-29; Deut. 10: 8).
Entre las dos tardes.
Así reza literalmente el texto hebreo. Esta disposición ha sido
explicada en dos formas. Algunos han dicho que la primera "tarde" comienza con
la puesta del sol, y la segunda, con el fin del crepúsculo. Eben Ezra, erudito
judío medieval, consideraba que el crepúsculo duraba aproximadamente una hora Y
20 minutos. La orden de Deut. 16: 6: " "Sacrificarás la pascua por la tarde a la
puesta del sol" " , parece apoyar este punto de vista. Otros han considerado que
la primera "tarde" comienza cuando el sol empieza a declinar visiblemente del
cenit, más o menos a las tres de la tarde, y que la segunda "tarde" empieza a la
puesta del sol. En apoyo de esta opinión se han citado varios textos, tales como
Lev. 23: 5; Núm. 9: 3, que ubican la pascua en el decimocuarto día del mes.
Ellos dicen que si el sacrificio se efectuaba después de la puesta del sol, ya
entonces caía en el decimoquinto día del mes de Nisán y no en el decimocuarto.
La costumbre prevaleciente en el tiempo de Cristo concordaba con esta
explicación. De ahí que los corderos pascuales fueran sacrificados al caer la
tarde, aproximadamente a la hora cuando el verdadero "Cordero de Dios" murió en
la cruz por el hombre culpable (1 Cor, 5: 7; Mat. 27: 45-50).
Como
necesariamente debía darse tiempo para la preparación de la comida pascual, que
debía estar terminada antes de la medianoche, y puesto que la palabra "tarde",
en hebreo así como en otros idiomas, no se limita al tiempo después de la puesta
del sol, la costumbre de sacrificar el animal por la tarde puede ya haber estado
en uso mucho antes de que las autoridades eclesiásticas de la era rabínica le
dieran su aprobación oficial. De acuerdo con Josefo, la costumbre en sus días
era ofrecer a el cordero más o menos a las tres de la tarde ( Antigüedades xiv.
4. 3).
7.
Tomarán de la sangre.
La
sangre representa la vida (Lev. 17: 11), y siendo la mismísima esencia del
sacrificio, siempre era considerada como el símbolo especial de expiación para
representar el sacrificio. Dado que el "cordero" pascual había de redimir la
"casa" -que en hebreo también significa "familia"-, la señal de la expiación
había de mostrarse bien visiblemente.
La pondrán.
Esto debía
hacerse sumergiendo un manojo de hisopo en la sangre para asperjarla sobre el
dintel de la puerta (Exo. 12: 22). Que esta aspersión de la sangre del cordero
pascual era un símbolo del sacrificio y de la expiación hechos por la muerte de
Jesucristo, está claramente implicado en el NT (1 Ped. 1: 2; Rom. 5: 8, 9; Heb.
9: 13, 14; 13: 12). Debe advertirse que ninguna sangre era asperjada sobre el
umbral, quizá en armonía con el pensamiento de que un hombre no debe hollar con
sus pies "al Hijo de Dios" ni considerar como "inmunda la sangre del pacto en la
cual fue santificado" (Heb. 10: 29). Que la aspersión con la sangre había de ser
considerada como un acto de purificación es evidente porque se usaba un manojo
de hisopo para ese propósito (Exo. 12: 22). La aspersión con hisopo se ordena
únicamente en relación con una purificación (Lev. 14: 49- 52; Núm. 19: 18, 19;
Sal. 51: 7; PP 281).
En Egipto los israelitas no tenían un altar común,
y por esa razón fueron consagradas las casas en que se reunieron para la pascua,
y preservados los individuos que se encontraban en ellas cuando pasó el
destructor. Así la aspersión de la sangre en los postes de la puerta y en el
dintel llegó a ser una señal de liberación. Dios prometió preservar cada casa
que así había sido marcada por fe en esa promesa. Después de que se
establecieran en la tierra de Canaán, debía ser sacrificado el cordero pascual,
y celebrada la pascua, por todo el pueblo en un lugar que Dios escogería, antes
que en los diversos pueblos y aldeas (Deut. 16: 5, 6). Se requería que todos los
varones mayores de 12 años fueran a Jerusalén con ese propósito. Es obvio que en
Egipto la pascua fue celebrada en circunstancias anormales. No se sabe si se
perpetuó el ritual de asperjar sangre en la puerta; quizá con modificaciones.
8.
Asada al fuego.
La carne de las
comidas de los sacrificios generalmente era hervida (1 Sam. 2: 14, 15), pero, en
relación con el cordero pascual, se dieron instrucciones especificas de no
comerlo ni crudo ni cocido, sino asado (Exo. 12: 9). Las razones pueden haber
sido que era más fácil asar que cocer y que hubiera sido difícil cocer el
"cordero" sin cortarlo en pedazos, proceder que también parece haber estado
prohibido (Exo. 12: 46; Núm. 9: 12; Juan 19: 36).
Panes sin levadura.
El cordero asado debía comerse con panes sin levadura, pues la levadura
produce fermentación, un símbolo natural de impureza y corrupción moral. Por
esta, razón la levadura también estaba excluida como contaminadora en las
ceremonias en que se usaban cereales (Lev. 2: 11). Que Pablo entendía la
levadura en este sentido se ve por su interpretación de la pascua como un
símbolo de Cristo (1 Cor. 5:7, 8).
Con hierbas amargas.
No hay
motivo para dudar que "hierbas amargas" es la traducción correcta de una palabra
hebrea que significa literalmente "[cosa]s amargas". Aunque no se sabe qué clase
de "hierbas" fueron usadas en Egipto, los judíos palestinianos más tarde usaron
dos variedades de lechugas una clase de cardo, escarola y berro. La lechuga y la
escarola son oriundas de Egipto y Palestina. La última puede encontrarse desde
los comienzos de los meses de invierno [en el hemisferio norte] hasta el fin de
marzo y la lechuga en abril y mayo. Esto probablemente explica por qué los
judíos consideraban esas plantas como ingredientes necesarios de la comida
pascual. Cualesquiera hayan sido las hierbas amargas que se usaban, es obvio que
tenían el propósito de recordar a los participantes su esclavitud y amargos
sufrimientos en la tierra de Egipto.
9.
Ninguna cosa comeréis de él cruda.
Esta orden era
necesaria en vista de que los pueblos paganos con frecuencia comían carne cruda
en sus comidas ceremoniales. En cuanto a la prohibición de cocer el cordero
pascual, ver com. del vers. 8.
Su cabeza con sus pies.
Los
antiguos expositores judíos entendían correctamente que esto significaba que el
cordero había de ser asado completamente, incluyendo tanto la cabeza como los
muslos (vers. 46).
Sus entrañas.
Las vísceras debían ser asadas
junto con el resto del cordero, habiendo sido primero -limpiadas. La preparación
del cordero simbolizaba el hecho de que el cuerpo de Jesús no habría de ser
quebrado (Juan 19: 33, 36).
10.
Ninguna
cosa dejaréis de él.
Toda la carne había de ser consumida en una comida
para que no hubiera putrefacción. Dado que el cuerpo de Cristo no iba a ver
corrupción (Hech. 2: 27, 31; 13: 35-37), tampoco debía corromperse el cordero
simbólico. Si el cordero pascual resultaba demasiado para el número de
participantes, el resto debía ser quemado a fin de evitar la profanación del
símbolo sagrado del cuerpo de nuestro Señor Jesucristo.
11.
Ceñidos vuestros lomos.
Antiguas representaciones
muestran a los semitas con vestimentas largas y sueltas, estilo que todavía se
usa en muchos países orientales. Para el trabajo o para viajar llevando una
carga, la parte delantera de la vestimenta es doblada y recogida en la cintura.
Vuestro calzado.
Se menciona específicamente, pues no era
costumbre llevar zapatos dentro de la casa o durante las comidas. Algunos judíos
han considerado esta instrucción como de obligación perpetua. Pero la opinión
generalizada ha sido que estas instrucciones se aplicaron únicamente en la
primera ocasión, cuando por una sola vez sirvieron a un propósito útil.
Lo comeréis apresuradamente.
No conociendo el momento cuando
habrían de salir de viaje y debiendo quemar los huesos del cordero antes de
partir, habían de completar la comida en el tiempo más corto posible.
La
Pascua de Jehová.
Con estas palabras se hace resaltar el significado de
la comida. La gente debía comprender que ésta no era una comida común, ni era
meramente un aliento ceremonial tal como ellos lo habían conocido. Por una
razón: las vidas de sus primogénitos dependían de cumplir con las instrucciones.
Además era el símbolo de su liberación; primero de su esclavitud en Egipto y, en
segundo lugar en un sentido más amplio -que no entendían todavía-, de la
esclavitud del pecado.
12.
Todos los
dioses.
La ejecución de este castigo sobre todos los dioses de Egipto se
puede entender mejor cuando se recuerda que muchos animales eran endiosados y
adorados. Algunos animales domésticos ya habían sufrido como resultado de las
plagas previas, pero ahora debía ser muerto cada primogénito de animal. Esta
plaga afectaría no sólo al sagrado buey Apis , un animal primogénito, sino
también a muchos carneros, vacas, cocodrilos, serpientes, gatos, etc., todos
considerados como sagrados. Aunque muchos de esos seres no eran de valor
comercial ni tenían utilidad, su muerte súbita y simultánea ciertamente
impresionaría a los egipcios con su propia impotencia (ver com. caps. 7: 17; 8:
2; ver también PP 344).
13.
Pasaré de
vosotros.
Al pasar por la tierra de Egipto para herir a todos los
primogénitos de hombres y animales, el Señor "pasaría por alto", pasáj , a los
israelitas. Esta palabra fue transliterada al griego como pásja, de donde viene
nuestra palabra pascua.
14.
En memoria.
Las instrucciones dadas hasta aquí en primer lugar se referían a la
primera celebración de la pascua, la noche que precedió al éxodo. Ahora se
anuncia que este rito debía ser conmemorado anualmente. En el futuro habían de
añadirse otros detalles, como la eliminación de toda levadura que pudiera haber
en la casa, el consumo de pan sin levadura durante siete días después de la
pascua, la reunión para celebrar culto en el primero y en el último días de la
fiesta y la observancia de esos días como días de descanso sabático.
Por
estatuto perpetuo.
De 'olam , cuya traducción literal sería
"perpetuamente". Como la liberación de Israel era de significado perpetuo, la
conmemoración del acontecimiento había de ser perpetua para los israelitas,
mientras continuaran siendo el pueblo escogido de Dios. Como un símbolo, había
de permanecer en vigencia hasta la venida de la realidad simbolizada,
Jesucristo, quien habría de traer liberación del pecado. La duración de
"perpetuo", 'olam , está condicionada a la naturaleza de aquello a que se
aplique. Puede referirse a lo que no tiene ni principio ni fin -como, por
ejemplo, Dios mismo-, o al tiempo que tiene un comienzo pero no tiene fin: como
la vida eterna de los redimidos, o puede significar un periodo más corto de
tiempo, que tanto tiene principio como fin. Aquí tiene este último significado.
Instituida en el tiempo del éxodo, la pascua continuaría en vigencia
hasta la crucifixión.
15.
Siete días.
El primero de esos siete días era el decimoquinto del primer mes (Lev.
23: 6; Núm. 28: 17), o desde la tarde del decimocuarto día hasta la tarde del
vigesimoprimer día del primer mes (Exo. 12: 18).
Cortado.
Hay 36
casos en los cuales un individuo, que había descuidado algún deber religioso
particular, es amenazado con ser "cortado" del pueblo escogido. No se sabe lo
que pudo haber sucedido en realidad en un caso tal, pues no se registra ningún
ejemplo específico de esto, ni se dieron instrucciones en cuanto a la forma en
que se llevaría a cabo la amenaza. Algunos han pensado que significaba una
muerte violenta, una muerte prematura, o quizá muerte eterna. Con toda
probabilidad, sencillamente significaba perder los derechos y privilegios
pertenecientes a un israelita. Después de haber sido "cortada", la persona era
considerada como extranjera que no tenía parte en ninguna de las bendiciones del
pacto.
Aunque quizá fuera desconocido para otros, el delito de un hombre
era conocido por Dios, y el futuro acatamiento de las disposiciones de la ley
ceremonial y moral por sí mismo no expiaba los pecados pasados de omisión o
comisión. La persona quedaba desligada, pero no es claro si el acto debía ser
realizado por un hombre o por Dios. Es a esta "separación" a lo que
probablemente Pablo hace referencia en Rom. 9: 3 (ver com. Gén. 17: 14).
16.
Santa convocación.
En el
decimoquinto día de Abib, o Nisán, el primero de los siete días de los panes sin
levadura después de la noche de la comida pascual, la gente debía reunirse para
un culto. Este es el primer caso en las Escrituras en que se menciona una
convocación para un propósito tal. "Santa convocación" es una traducción exacta
y apropiada del término hebreo aquí usado y signitica una reunión convocada por
orden expresa de Dios para fomentar la santidad.
En el séptimo día.
El vigesimoprimer día de Abib, el último de los siete días de los panes
sin levadura, también se distinguía de los otros como un día de "santa
convocación" (ver también Lev. 23: 4-8). Sólo otro festival israelita, la fiesta
de los tabernáculos (Lev. 23: 39-42), tenía una duración tan larga.
Ninguna obra.
En todos los países, los días de fiesta eran
ocasiones cuando la gente se abstenía de las actividades comunes de la vida que
interferían con la realización de los ritos o deberes religiosos del día. Sin
embargo, tan sólo entre los hebreos se imponía estrictamente la cesación
absoluta de todo trabajo regular. El séptimo día de la fiesta era un día de
descanso de toda labor y por lo tanto era llamado "sábado" (adviértase el
asterisco que hay en Lev. 23: 38, en la VVR), pues "sábado" significa "descanso"
.
Que preparéis.
Ningún "trabajo de siervos" (Lev. 23: 7) estaba
permitido. Pero Dios no tenía el propósito de que los suyos sufrieran por estar
privados de alimento, pues aquellos días habían de ser períodos de gozo y
alegría de corazón. Por lo tanto se dio permiso para realizar deberes tales como
los necesarios para el mantenimiento normal de la vida y la salud.
17.
Vuestras huestes.
Israel salió
de Egipto sin armas y sin preparación para la guerra (PP 287). Para las diversas
expresiones usadas y las órdenes mencionadas en los vers. 17-20, ver com. vers.
14-16.
19.
Extranjero.
El que, no
siendo israelita, viviera ya fuera temporal o permanentemente entre el pueblo
hebreo, pero sin aceptar su religión, creencias y prácticas. La orden que
prohibía el consumo de pan leudado también tenía vigencia para los
"extranjeros".
Natural del país.
Un israelita. "El país" debe
referirse a Canaán, que se consideraba como el verdadero hogar de Israel desde
el tiempo cuando fue asignado por Dios para la descendencia de Abrahán (Gén. 15:
18). La expresión "natural del país" se aplicaba a los que nacían como
israelitas, aunque todos los que vivían en el tiempo de Moisés en realidad eran
nacidos en Egipto. Eran descendientes de Isaac y de Jacob, que nacieron en la
tierra de Canaán y la habían recibido de Dios como su hogar permanente.
21.
Los ancianos.
Ver com. cap. 3:
16.
Sacad.
Esto probablemente se refiere a la costumbre de los
pastores y esquiladores de sacar una oveja del rebaño tomando su pierna con un
cayado de pastor. En cuanto al cordero, ver com. vers. 3.
22.
Hisopo.
La mayoría de las autoridades en
Biblia concuerdan en que este hisopo es la mejorana gris verdosa, Origanum maru
, conocida ahora en Palestina como za'tar . Esta plantita tiene un olor acre, es
fragante y tiene un gusto algo parecido a la menta y muchísimas florecillas
blancas; por lo general crece sobre rocas y terraplenes. Tiene hojas gruesas y
vellosas y ramas bien adaptadas para contener líquidos. Se usa hoy día como una
especia o condimento y tiene cierta reputación como medicina. Los samaritanos
todavía usan un manojo de za'tar en sus ceremonias de la pascua para untar la
sangre del cordero pascual sobre los marcos de las puertas de sus casas.
Además de su uso en el ritual de la pascua, se usaba hisopo en el día de
la limpieza de un leproso o de una casa (Lev. 14: 6, 49), o de uno contaminado
con un muerto, en relación con la ofrenda de la vaca alazana (Núm. 19: 6, 17).
Además Moisés usó hisopo cuando "roció el mismo libro y también a todo el
pueblo" durante la ratificación del pacto (Heb. 9: 19). Así el hisopo se
convirtió en símbolo de limpieza (Sal. 51: 7). Ver también com. vers. 7.
Ninguno de vosotros salga de las puertas.
En esa noche de
castigo, no había seguridad en ninguna otra parte a no ser detrás de la puerta
manchada con sangre. Así como para los hebreos no había certeza de seguridad más
allá de la protección de la sangre del cordero, así tampoco para el cristiano
hay otra salvación fuera de la sangre de Jesucristo, el verdadero "Cordero de
Dios" (Juan 1: 36; Hech. 4: 12).
23.
Para
los vers. 23 y 24, ver com. vers 12-14.
26.
¿Qué es este rito?
Moisés supuso que las ceremonias
pascuales despertarían curiosidad y que cada generación sucesiva desearía
conocer su origen y significado. La ceremonia es llamada "rito", o tarea, ya que
se realizaba en cumplimiento de una orden divina.
27.
Adoró.
Al oír estas instrucciones el pueblo en la
persona de sus ancianos (ver vers. 21), "se inclinó", literalmente "hizo
reverencia". Así expresó su fe y manifestó gratitud por la liberación que pronto
iba a experimentar.
28.
Fueron e hicieron.
La larga serie de milagros efectuados por Moisés y Aarón habían
impresionado tanto al pueblo, que éste obedeció inmediatamente y sin hacer
preguntas. Siendo que la orden fue dada antes del décimo día de Abib (vers. 3),
y el cordero pascual no debía ser sacrificado antes del decimocuarto día, varios
días de preparación están cubiertos por el vers. 28.
29.
A la medianoche.
Literalmente, en "la mitad de la
noche". El día, aunque conocido por los israelitas, no había sido anunciado al
rey, y esa incertidumbre debe haber aumentado su ansiedad. Cuando Moisés dejó al
obstinado rey, cada cortesano debe haber estado temeroso ante la perspectiva de
perder a su primogénito. Pero, al pasar varios días sin que se cumpliera la
amenaza, quizá muchos, y posiblemente aun el rey mismo, habrán pensado que nada
semejante a eso iba a suceder. Con todo, siempre debe haber existido el temor de
que se cumpliera la palabra de Moisés.
El primogénito de Faraón.
Si Amenhotep II fue el faraón del éxodo (véase la Introducción), fue su
hijo mayor -el hermano del que lo sucedió, a saber Tutmosis IV- quien fue muerto
esa noche de horror. No existen registros fuera de la Biblia en cuanto a este
acontecimiento. En realidad, los antiguos egipcios por costumbre no consignaban
ningún hecho humillante. Con todo, Tutmosis IV dejó una prueba por la que se
infiere la inesperada muerte de su hermano y su propio encumbramiento al puesto
de príncipe heredero. La estela de la esfinge de Gizeh registra que él hizo que
se sacara la arena de ese antiguo monumento en gratitud por el nombramiento
divino que inesperadamente recibió a su sombra. El cuenta, en la inscripción,
que estuvo cazando cerca de la esfinge cierto día. Mientras dormía la siesta a
su sombra, este "gran dios" (la esfinge) se le apareció en visión y le habló
como un padre se dirige a un hijo, revelándole que él sería el futuro rey de
Egipto. El hecho de que este incidente esté registrado en un monumento de
piedra, muestra que Tutmosis IV originalmente no había sido designado príncipe
heredero ni había esperado llegar a ser rey. Revela también que atribuía su
ascensión al trono a la mediación divina. Aunque no es mencionado su hermano
mayor -el príncipe heredero original-, no hay duda, entre los que están
familiarizados con las inscripciones egipcias, de que sucedió algo desusado a
ese no mencionado hijo mayor de Amenhotep II.
No podemos esperar una
respuesta satisfactoria de los registros egipcios en cuanto a lo que le sucedió
al joven. Pero suponiendo que Amenhotep II fue el faraón del éxodo, la muerte de
su hijo mayor bajo la décima plaga daría como resultado la elevación del hermano
menor -más tarde Tutmosis IV como heredero forzoso del trono. Para que su
encumbramiento no fuera atribuido a un desastre que el Dios de los hebreos trajo
sobre el país, Tutmosis IV pudo haber inventado y hecho público el relato de una
supuesta visión celestial. Una sucesión real irregular era, por costumbre,
atribuida a una intervención divina de parte de los grandes dioses egipcios.
Cuando Hatshepsut siguió a su padre en el trono, se anunció que el dios Amón la
había engendrado y le había ordenado que fuera quien gobernara a Egipto. Cuando
Tutmosis III -sin derechos legales al trono- fue proclamado rey durante una
revolución en un templo, se publicó un decreto específico del dios Amón a manera
de autorización para esa sucesión irregular.
El primogénito del cautivo.
Esta frase es paralela con la del pasaje del cap. 11: 5: " "El
primogénito de la sierva que está tras el molino" " . En ambos casos el
significado general es que sufrieron todas las clases de personas, desde las más
encumbradas hasta las más humildes. Pero también es verdad que en algunos casos
los cautivos eran empleados como obreros que trabajaban con molinos (ver Juec.
6: 21).
Todo primogénito de los animales.
La plaga no estuvo
limitada a los animales domésticos. Ver también com. cap. 11: 5.
30.
Se levantó aquella noche Faraón.
La visita que hizo el ángel de la muerte a las huestes de Senaquerib (2
Rey. 19: 35) parece no haber sido advertida hasta que los sobrevivientes se
levantaron a la mañana siguiente. En cambio, en Egipto indudablemente cada hogar
fue despertado de su sueño a la medianoche, cuando los primogénitos de pronto
cayeron enfermos y murieron.
Un gran clamor.
Ver com. Exo. 11:
6, del cual esto fue el cumplimiento. El clamor general que se levantó a todo lo
largo y ancho de Egipto aquella medianoche fue acompañado por la insistencia
urgente de que los israelitas debieran irse inmediatamente (vers. 33). No hay
duda de que ahora los egipcios estaban temerosos de que todos morirían si
permanecían los israelitas.
31.
Hizo llamar
a Moisés y a Aarón.
Sin duda el "clamor" del pueblo había sido oído en
el palacio, y el rey estaba enterado de la demanda popular de que los israelitas
fueran expulsados del país. El país entero sufría ahora hasta el límite de lo
soportable debido a la terquedad de su monarca. Comprendiendo que debía actuar
inmediatamente a fin de evitar castigos más severos, Faraón envió a sus
principales signatarios (cap. 11: 8) mientras todavía era de noche para citar a
los odiados dirigentes de los hebreos, a quienes había rehusado ver otra vez
(cap. 10: 28).
32.
Bendecidme también.
Ahora fue completa la rendición de Faraón. No sólo les ordenó que
salieran del país inmediatamente y llevaran sus bienes consigo, sino que
presentó un pedido a los dos hermanos que ellos difícilmente podrían haber
esperado. Las palabras de ellos le habían traído una maldición; podría ser que
sus palabras le trajesen también bendición. No hay registro de cómo fue recibido
su pedido, pero el solo hecho de que hubiera sido formulado es una indicación
notable de cuán humillado estaba su orgullo.
33.
Los egipcios apremiaban.
La demanda popular, primero
mezclada con el clamor de lamento (vers. 30), pronto se volvió general e
insistente. No sólo debían irse los hebreos, sino irse inmediatamente. El clamor
"Todos somos muertos" " revela el temor de que el castigo podría no detenerse
con la muerte de los primogénitos, sino que pudiera ser muerta toda la población
y el país ser tomado por los hebreos.
34.
Llevó el pueblo su masa.
Esto revela la urgencia de los
egipcios. Probablemente los hebreos estaban por cocer pan para su viaje. Aunque
habían sido advertidos por Moisés varios días antes, parece que no habían
esperado una partida tan apresurada y no habían completado todavía sus
preparativos. Si bien se les había dicho que durante siete días después de
participar del cordero pascual debían comer pan sin levadura (vers. 15), muchos
quizá no habían tomado esta orden a pecho, o habían hecho planes para cocer pan
leudado para los días que seguirían a los siete días de los panes ázimos. Sin
embargo, la presión de la necesidad los obligó a contentarse con pan sin
levadura o, como se lo llama en Deut. 16: 3, "pan de aflicción" .
36.
Les dieron.
El pensamiento del
texto es éste: " "Yahvéh hizo que el pueblo se ganara el favor de los egipcios,
los cuales les atendieron" " (BJ).
Así despojaron a los egipcios.
Ver com. cap. 3: 22.
37.
De
Ramesés.
Ramesés era la ciudad para cuya construcción se había empleado
muchísimo el trabajo de los israelitas esclavos. Como se dice en el comentario
del pasaje del cap. 1: 11, el nombre dado aquí es probablemente un nombre
posterior para la ciudad de Tanis (Ayaris). Doscientos años después del éxodo,
Tanis recibió el nombre de Ramesés que le fue puesto por su gran transformador,
Ramsés II. Las ruinas de esa ciudad son conocidas hoy día bajo el nombre arábigo
de San el-hagar . Están en la región noreste del delta, a unos 43 km al noroeste
de la ciudad de El-Kantara sobre el canal de Suez.
A Sucot.
Antiguos comentadores incorrectamente identificaron con Pitón a este
primer lugar donde se detuvieron los israelitas después de su salida de Ramesés.
Por lo general los eruditos ahora están de acuerdo en que el nombre hebreo dado
aquí es una transliteración del egipcio Tyeku , mencionado en los documentos
egipcios como un puesto fronterizo. Este lugar ha sido identificado con Tell
el-Maskhuta , en la parte oriental del Wadi Tumilat, a unos 52 km al sudeste de
Tanis o Ramesés.
Seiscientos mil.
Los comentadores advierten
ciertos problemas en el número indicado en este lugar. Puesto que sólo los
varones de más de 20 años de edad estaban incluidos (Núm. 1: 3-43), la población
total podría computarse en varios millones. El problema es: Cómo pudo pasar
tanta gente, con sus incontables miles de animales, por los angostos valles de
la península del Sinaí sin extenderse por centenares de kilómetros -eso, sin
mencionar la dificultad para encontrar un lugar donde acampar lo suficientemente
grande para acomodar a toda esa gente. Algunos presentan pruebas bíblicas para
demostrar que el pueblo de Israel era relativamente pequeño y débil- muy poca
gente como para poder ocupar toda Canaán si se les hubiera permitido entrar un
año después de su salida (cap. 23: 29, 30; Núm. 13: 28-33; Deut. 1: 26-30; 7: 7,
17-22).
Otros explican que en el original hebreo puede haber confusión
cuando se trata de números. Por ejemplo, cuando los números 100 y 1.000 aparecen
juntos, ¿deben entenderse como 100 veces 1.000, o bien como 100 más 1.000?
(Véase en el tomo 3, el final del punto No. 4 ["El tema"] de la Introducción a 1
Crónicas.)
Ciertos comentadores sugieren que quizá no entendamos con
exactitud la palabra hebrea traducida como "mil", 'lf o 'élef . La palabra 'élef
también significa "familia" , como en Juec. 6: 15. En otros lugares parece
significar "familia" o "clan" (1 Sam. 10: 19; 23: 23; Miq. 5: 2). Además 'alúf ,
palabra que tiene las mismas consonantes que 'élef pero diferentes vocales,
significa "amigo" o "jefe de tribu". Debido a esto, algunos han sugerido que la
frase hebrea que tradicionalmente se ha traducido como "seiscientos mil"
realmente significa "seiscientas familias" y añaden que por lo tanto es más
probable que las 12 familias que descendieron a Egipto con Jacob aumentaran a
600 familias en 215 años, antes que suponer que los 69 varones de Gén. 46: 27
(véase el comentario de Gén. 46: 26, 24) aumentaran a 600.000 hombres en sólo
cuatro generaciones (Gén. 15: 16).
Algunos investigadores bíblicos han
explicado que habría sido posible la existencia de 600.000 hombres como
resultado del aumento natural de la descendencia, en el caso de que cada hijo,
tal como ocurrió con Jacob, hubiera tenido a su vez doce hijos. Esta solución
teórica queda invalidada, porque ninguno de los descendientes de Jacob cuyos
hijos aparecen en el registro bíblico tuvo doce hijos.
Al término hebreo
'élef se le da también el significado de "unidad militar" (Núm. 31: 5, 14 etc.).
Por eso hay quienes sostienen que las fuerzas israelitas consistían en 600
unidades militares, cada una de ellas procedente de un clan o división tribal.
Por su parte, Elena G. de White declara que el número de los hebreos
alcanzaba a "más de dos millones de almas" (PP 345) y que "millones" que
salieron de Egipto encontraron su tumba en el desierto (PP 434). Estas
declaraciones armonizan con las palabras de Moisés, según las encontramos
uniformemente traducidas en nuestras versiones castellanas (ver cap. 38: 25,
26).
38.
Multitud de toda clase de gentes.
Se han hecho varios intentos para identificar a esta "multitud". Algunos
han pensado que aunque oriundos de Egipto, estaban impresionados por el poder
del Dios de los hebreos y, por lo tanto, procuraron tener parte en las
bendiciones de los que lo servían y al mismo tiempo escapar de la tiranía del
rey. Otros han pensado que eran el residuo de los hicsos, o de otros semitas,
los cuales, habiendo sido detenidos por los faraones, aprovecharon esta
oportunidad para salir de Egipto. Por lo menos, algunos eran descendientes de
hebreos que se habían unido en casamiento con egipcios (1 SP 243). Aunque no
conocemos la identidad de estos que no eran israelitas y que se unieron con los
hebreos triunfantes en esa hora de oportunidad, es de notar que reaparecen más
tarde en el relato. Fueron siempre los primeros en lamentar su salida de Egipto
y en codiciar sus manjares (Núm. 11: 4, 5).
39.
Cocieron.
Los israelitas se detuvieron brevemente en
Sucot a fin de hacer los preparativos finales para el largo viaje por el
desierto. No se menciona cuánto tiempo quedaron aquí, pero fue suficiente para
cocer el pan que necesitarían los próximos días.
40.
Cuatrocientos treinta años.
El comentario de Gén. 15:
13 hace resaltar que la declaración de Pablo de Gál. 3: 17, y otra prueba,
aclaran que estos 430 años incluyen el período del llamamiento de Abrahán para
salir de Harán hasta cuando realmente descendió Jacob a Egipto, 215 años más
tarde, y que el intervalo entre la entrada de Jacob en Egipto y el éxodo fueron
otros 215 años. Siendo que, en el tiempo de Moisés, Palestina estaba considerada
como parte del imperio egipcio, no es extraño encontrar que un autor de ese
período incluyera a Canaán en el término "Egipto". No estando familiarizados con
la situación política del tiempo de Moisés, sino creyendo que los 430 años
incluían la permanencia de los patriarcas en Canaán, los traductores de la LXX
incluyeron específicamente, dentro de este período, el tiempo de la permanencia
de ellos "en la tierra de Egipto y en la tierra de Canaán". La profecía que dice
que la cuarta generación de los que habían entrado en Egipto saldría de allí
(Gén. 15: 16), y su cumplimiento registrado (Exo. 6: 16-20), hacen imposible
cualquier otra explicación del período de los 430 años.
42.
Esta noche.
Es decir la noche cuando comieron la comida
de la pascua, acerca de la cual ya habían recibido instrucciones (vers. 6-11,
14). Su horror y regocijo entremezclados nunca pudieron borrarse de la memoria
de un pueblo que debió su nacimiento como nación a aquella noche memorable.
43.
Esta es la ordenanza.
Ciertas
instrucciones adicionales acerca de la pascua fueron dadas en Sucot. Se las
consideró necesarias debido a los muchos no israelitas que se habían unido con
los hebreos, y principalmente tenían que ver con esos "extraños". Se hizo un
arreglo por el cual pudieran participar de la fiesta pascual y compartir sus
bendiciones.
Ningún extraño.
Esto es, alguno de una raza
extranjera que quisiera continuar siéndolo y que permanecía incircunciso. Como
la pascua era una fiesta que conmemoraba el nacimiento de Israel como nación,
naturalmente no podía ser apropiado que un extranjero participara de ella.
44.
Despues que lo hubieres circuncidado.
No fue mediante un linaje natural sino en virtud de un llamamiento
divino como Israel había llegado a ser el pueblo del Señor. Por esa razón y
estando destinado a ser una bendición para todas las naciones, Israel no debía
asumir una actitud de exclusivismo con los extranjeros. Había de dar la
bienvenida a los que desearan unirse con él en el culto y servicio de Dios.
Siendo incorporados política y económicamente, esos "extraños" debían ser
aceptados también mediante una formalidad religiosa, el rito de la circuncisión.
Así llegaban a asimilarse al pueblo de Dios y se les permitía participar del
ritual de la pascua (vers. 48).
45.
El
extranjero y el jornalero.
Los residentes temporarios y los siervos que
trabajaban por un jornal no debían comer de la pascua, pues su relación con
Israel podía terminar en cualquier momento.
46.
Ni quebraréis hueso suyo.
Este precepto muestra
claramente que el cordero pascual era un símbolo de Cristo. Que fue entendido
como tal en la iglesia cristiana primitiva es claro por Juan 19: 33, 36. Aunque
" "el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo" " fue crucificado como un
criminal común, ninguno de sus huesos fue roto a pesar de que era la costumbre
hacerlo; sí se lo hizo a sus dos compañeros. Así como el Ser simbolizado
[Cristo] recibió en la cruz un trato diferente del que recibieron los otros
crucificados, así también el cordero pascual era preparado de una manera
diferente. Los huesos de los otros corderos comidos durante el año podían ser
quebrados para extraerles la médula.
48.
Si
algún extranjero.
Esta orden que trata de los prosélitos es similar a la
dada en el vers. 44.
51.
En aquel mismo
día.
Este versículo pertenece a la narración del capítulo siguiente, del
que sirve a manera de introducción.
COMENTARIOS DE ELENA G.
DE WHITE
1-51 PP 280-287
5 CH 68; CRA 22; CS 527; DTG
34; ECFP 36; 2 JT 214; PP 280, 365; PR 359
7 PP 280; 5T 505
8 PP
280, 282
11 DTG 57 608
11-14 PP 280
12 2JT 453
13 HAd 293; 5T 505; TM 155; 3TS 222
15 DTG 57
15, 19, 22
PP 283
22, 23 MC 314; 5T 505
22-24 2JT 453
26, 27 DTG 57
27 PP 280, 284
29 3TS 222
29-31 1T 265; 5T 119
29-33 PP 285
29-36 SR 119
30, 31 3TS 222
31 DTG
57
31, 32 PR 273
37-39 PP 286
38 PP 325; SR 120
40, 41 PP 287
41 DTG 23
46 PP 282
49 PP 541
51 PP 287
CBA Éxodo
COMENTARIO BÍBLICO ADVENTISTA ÉXODO
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