Comentario Bíblico Adventista Éxodo 30
Comentario Bíblico Adventista
Éxodo Capítulo 30
1.
Un altar para quemar el incienso.
Entre la mayor parte de los pueblos de la antigüedad se acostumbraba ofrecer incienso como parte del culto religioso. En los primeros años del cristianismo, muchos creyentes en el Evangelio fueron muertos por negarse a quemar incienso sobre el altar de los dioses. En las Escrituras, el incienso simboliza las oraciones que ascienden desde el altar del corazón hacia Dios (Sal. 141: 2; Luc. 1:10; Apoc. 5: 8; 8: 3, 4).
2.
Será cuadrado.
En varios sentidos el altar
del incienso se parecía al altar de los holocaustos (Exo. 27: 1-8), aunque era
de material más costoso y de menor tamaño. Tenía unos 44,45 cm (17,5 pulgadas)
de lado y su alto era aproximadamente de 88,9 cm (35 pulgadas). Sobre sus
"cuernos" se debía colocar la sangre de ciertas ofrendas por el pecado (Lev.
4:7, 18).
Serán parte del mismo.
Es decir, no serían añadidos a
la cubierta del altar, sino que todo seria una sola pieza. Puesto que los
cuernos simbolizaban poder (ver com. cap. 27: 2), en el altar del incienso
representan el poder de la oración (Gén. 32: 24-30). En la parábola de la viuda
y el juez injusto se hace resaltar el resultado de la oración perseverante (Luc.
18: 3-8).
3.
Una cornisa de oro.
Es
decir un borde o moldura de oro (BJ), para hermosear el mueble y también para
impedir que se cayera lo que se pusiese sobre el altar (cap. 25: 24).
4.
A sus dos esquinas.
Indudablemente ángulos opuestos o a " "ambos lados" (BJ). Puesto que el
altar era tan pequeño, no hacían falta cuatro anillos para llevarlo, como en los
otros muebles, sino solamente dos. Debían estar justamente debajo de la
"cornisa" o moldura.
5.
Las varas.
Es decir las varas que se usarían para llevar el altar (cap. 25: 13,
28). La madera de acacia simbolizaba la fuerza, y el oro, la pureza. De este
modo la oración debe brotar del altar del corazón, de un corazón leal, honrado y
resuelto.
6.
Delante del velo.
El
altar del incienso fue ubicado en el lugar santo, junto al "velo" que separaba
ese lugar del santísimo (cap. 40: 21-27). Aunque estaba en el lugar santo, se
consideraba que pertenecía al lugar santísimo (Heb. 9:3,4). Este concepto surgió
del hecho de que cuando los sacerdotes en su ministerio se acercaban a la
sagrada Presencia que estaba por encima del propiciatorio, llegaban hasta el
altar del incienso (PP 366). Salvo en el día de la expiación, no podían
acercarse más que hasta ese punto. Era éste el lugar a donde venían a
encontrarse con Dios, cuya morada estaba en el lugar santísimo. El incienso que
se ofrecía allí no sólo llenaba el lugar santo sino que se elevaba y pasaba por
sobre el "velo" al lugar santísimo (ver com. cap. 26: 32). El hecho de que el
altar estuviese "delante del propiciatorio" nos enseña que por medio de la
oración podemos entrar en la presencia de Dios. Aunque el "velo" de la humanidad
(1 Cor. 13: 12) impide que nuestros ojos físicos vean a Dios, la fe y la oración
pueden llegar a donde el cuerpo no puede entrar.
7.
Incienso aromático.
La composición del incienso se da
en los vers. 34-38. Todas las mañanas, inmediatamente después de la salida del
sol, las lámparas eran alistadas y limpiadas por el sacerdote (ver com. cap. 27:
20).
8.
Rito perpetuo.
El incienso
debía ofrecerse en el altar dos veces al día, en la hora de la oración matutina
y de la oración vespertina. El altar del incienso representaba la intercesión
continua, así como el altar del holocausto representaba la expiación continua
(PP 366). Sin embargo, no existe ninguna afirmación clara sobre si se quemaba
continuamente incienso sobre este altar o no, aunque hay elementos que
parecieran favorecer una respuesta positiva (PP 359). El incienso quemado en
forma continua nos enseña que diariamente debemos venir ante el Señor en oración
(Sal. 16:8; 55: 17; 1 Tes. 5: 17, 18; pp 367). Debemos orar " "sin cesar" (1
Tes. 5: 17).
9.
Incienso extraño.
Es decir, cualquier incienso que no había sido preparado según las
indicaciones dadas en los vers. 34-38.
10.
Una vez en el año.
Esto se refiere al gran día de la
expiación, el 10º día del 7º mes, cuando el sumo sacerdote debía tomar la sangre
y ponerla sobre los cuernos del altar del incienso para limpiarlo y santificarlo
(Lev. 16: 18, 19). Este acto no lo transformaba en altar de expiación. Sin
embargo, tenía que ver con la expiación en el caso de que el sumo sacerdote
pecara (Lev. 4: 3-12), o cuando toda la congregación cometiese algún pecado por
ignorancia o " "hubiese hecho algo contra alguno de los mandamientos de Jehová"
" (Lev. 4: 13-21). En tales ocasiones el sumo sacerdote ponía con su dedo la
sangre del sacrificio en los cuernos del altar. En estos dos casos el altar del
incienso ocupaba el lugar del altar del holocausto, en el cual se rociaba la
sangre de las ofrendas por pecados individuales (Lev. 4; 22-35). De todos los
muebles del santuario, al parecer sólo el arca con su propiciatorio era
considerada como de mayor importancia y mayor santidad que el altar del
incienso. Esto muestra el gran valor que Dios le asigna a la oración (ver PP
366).
12.
Cuando tomes el número.
Es decir cuando se tomara el censo (BJ). En ocasión del éxodo se había
estimado la población en " "como seiscientos mil hombres de a pie, sin contar
los niños" " (ver com. cap. 12: 37). Ahora, se debía tomar un censo más preciso.
El rescate.
Literalrnente, "una cobertura", en el mismo sentido
en que un seguro "cubre" a una persona y la libera de obligaciones posteriores.
Los israelitas tenían obligaciones ante Dios; podrían cumplir con esa obligación
pagando el "rescate". Se consideraba que sus vidas estaban a disposición de Dios
hasta que hubiesen cumplido con la obligación que Dios les imponía. Al pagar
esta suma reconocían la bondad y la misericordia de Dios.
Mortandad.
O " "plaga" " (BJ) como castigo a causa de descuido o desobediencia.
13.
Medio siclo.
El medio siclo
pesaba 5,7 g (1/5 de onza). La gera era la décima parte de un siclo.
Siclo del santuario.
Probablemente se trate aquí de un tipo
usual de pesas, no de un siclo diferente.
14.
De veinte años arriba.
Se consideraba que a esta edad
el joven israelita llegaba a la virilidad. Podía formar parte del ejército (2
Crón. 25: 5), y estaba listo para asumir los deberes de su ciudadanía. Los
levitas comenzaban a desempeñarse en el tabernáculo a los 20 años (1 Crón. 23;
24, 27; 2 Crón. 31:17; Esd. 3: 8).
15.
Ni
el rico aumentará.
Este era un impuesto por cabeza y recaía por igual
sobre todo hombre de 20 años o más. En vista de que era una suma relativamente
pequeña, no era gravosa para nadie. Era la contribución mínima para el
santuario. Muchos daban bastante más. La pobreza no constituía una excusa para
no dar nada. El plan era sumamente equitativo y sugiere que, a la vista de Dios,
todos los hombres tienen el mismo valor (Deut. 10: 17; Hech. 10: 34; Rom. 3:
22). Todos han pecado, y a todos Dios les extiende su gracia. Nótese el
significado de "todos nosotros" al comienzo de Isa. 53: 6 y de "todos nosotros"
al final del mismo versículo.
16.
Y será por memorial.
Con referencia al uso
del "dinero de las expiaciones" ver com. cap. 38: 25-28. Llegaba a ser parte
permanente del santuario y constituía un "memorial" perpetuo para recordar al
pueblo sus privilegios y sus responsabilidades espirituales.
18.
Una fuente.
Una "pila" " (BJ).
No se dice nada en cuanto a la forma o al tamaño. Fue heha del bronce de los
espejos que las mujeres de Israel dieron como ofrenda voluntaria (cap. 38: 8).
En el templo de Salomón, el " "mar" y las diez "fuentes" reemplazaron a la
fuente original (1 Rey. 7: 23-26, 38).La fuente estaba colocada sobre una "base
de bronce" en el atrio del tabernáculo, entre la entrada del tabernáculo y el
altar de los holocaustos. La fuente representa el lavamiento de nuestros pecados
por la fe en la sangre derramada de Cristo (Hech. 22: 16; 1 Cor. 6: 11; Efe. 5:
26; Apoc. 7: 14).
19.
Se lavarán.
El lavamiento de las manos y de los pies simbolizaba la reforma de la
vida. Las abluciones de los sacerdotes, la muerte de las víctimas de los
sacrificios y el asperjar, rociar y verter la sangre en relación con diversas
funciones del servicio del santuario, muestran como evidente la necesidad de
agua (Exo. 29: 4, 17; Lev. 1-5).
20.
Para
que no mueran.
Con estas palabras se advertía que cualquier violación de
esta orden, debida al descuido o a la indiferencia, sería castigada con la mayor
severidad.
23.
Especias finas.
Las
especias representaban un papel importante en la vida de los pueblos de la
antigüedad. Las había de diversas clases. En vez de "mirra excelente" sería
mejor traducir "mirra líquida", especia muy cotizada. El "cálamo" era
probablemente un junco aromático, o "caña" , (BJ).
24.
Casia.
Una madera aromática. La receta indicaba 5,7 kg.
(12,7 libras) tanto de mirra como de casia, y 2,9 kg. (6,4 libras) tanto de
canela como de cálamo. Estas especias debían mezclarse en aproximadamente 3,67
litros de "aceite de olivas".
Un hin.
Es decir unos 3,67 litros.
25.
Ungüento.
Este ungüento
aromático era un hermoso símbolo del fragante perfume de la justicia de Cristo,
que debe reflejarse en nuestras vidas (Sal. 45: 6-8; Cant. 3: 6; Isa. 61: 10; 2
Cor. 2: 14-16).
26.
Ungirás el tabernáculo.
Los objetos materiales del tabernáculo debían ser ungidos primero: el
tabernáculo mismo, los muebles del lugar santísimo y del lugar santo, y los
muebles del atrio. Al final debían ser ungidos los sacerdotes (Lev. 8: 10-12).
30.
Ungirás también a Aarón.
Una
vez que hubiese sido santificado el ambiente en el cual debían ministrar Aarón y
sus hijos, los sacerdotes mismos serían consagrados para servir allí. En forma
similar, Cristo ha ascendido para prepararnos " "un lugar" , y será nuestro ese
lugar cuando él vuelva a la tierra Juan 14: 1-3),
32.
Sobre carne de hombre.
Es decir, el ungüento sagrado no
debía ser usado por ninguna persona como ungüento común. Debía reservarse
exclusivamente para el uso sagrado. Tampoco debía usarse la misma fórmula para
ningún otro propósito, aunque evidentemente se podrían usar los mismos
ingredientes por separado o en diversas combinaciones, pero nunca usando las
mismas proporciones del ungüento ritual del tabernáculo.
34.
Especias aromáticas.
En los vers. 34-38 se dan las
instrucciones para preparar el "incienso aromático" que debía quemarse en el
altar de oro (vers. 7). Era una mezcla de cuatro especias, en proporciones
iguales "Estacte", "gálbano" e "incienso puro" eran todas diferentes resinas,
mientras que la "uña aromática", o " "uña marina" (BJ) parece haberse obtenido
del caparazón de cierto molusco.
35.
Bien
mezclado.
Mejor, " "sazonado con sal" (BJ). El hecho de que se traían
brasas encendidas del altar del holocausto para quemar el incienso en el altar
interior (Lev. 16: 12, 13) hace resaltar la verdad de que el corazón del que
rinde culto debe estar reconciliado con Dios antes de que Dios pueda aceptar sus
oraciones y su devoción (Job 27: 8, 9; Sal. 66: 18: Prov. 15: 29; 28: 9; Isa.
1:15; Miq. 3: 4; Juan 9: 31).
36.
Y molerás
parte de él.
De tanto en tanto debía molerse una parte de esta
preparación según fuese necesario, y debía colocarse quizá sobre el altar de oro
"delante del testimonio", es decir frente al arca, pero delante del velo
interior. Esta proximidad a la presencia divina lo hacía "cosa santísima".
37.
No os haréis otro.
La
prohibición y el castigo que regían para el uso del ungüento (vers. 32, 33)
también se aplicaban al incienso.
COMENTARIOS DE ELENA G. DE
WHITE
1 SR 154
1-10 PP 360
7, 8 MeM 224; PP
360, 365, 366; SR 154
8 PP 383
10 PP 360; SR 155
12-16
DTG 128; PP 565
17-21 2T 611
18 PP 359
19-21 CH 81
21 OE 182
CBA Éxodo
COMENTARIO BÍBLICO ADVENTISTA ÉXODO
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Me ha servido de información cada elento del santuario..estaba buscando que simbolizaban los cuernos y ya aprendí que eran símbolos de Poder...es decir que tanto el poder de la oración y el poder del arrepentimiento sincero...
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