Comentario Bíblico Adventista Génesis 5
Comentario Bíblico Adventista
Génesis Capítulo 5
1.
Este es el libro.
Un período de cerca de 1.500 años queda cubierto en la lista de generaciones presentadas en este capítulo. Tan sólo se dan los nombres de los principales patriarcas, su edad cuando nació el primogénito de cada uno de ellos y su edad total. En un bosquejo algo monótono, los vemos nacer, crecer hasta alcanzar la virilidad, contraer matrimonio, procrear hijos y luego morir sin dejar para la posteridad nada más que su nombre para recordar. Tan sólo dos, Enoc y Noé, sobrepasan a los otros en excelencia y piedad. Enoc fue el primer pecador, salvado por la gracia, que alcanzó el honor de la traslación; Noé fue el único jefe de familia que sobrevivió al diluvio.
Este capítulo contiene un registro de familias semejante a otros incorporados en diferentes lugares de la narración del AT. La expresión "libro de la genealogía de" alguien es un término técnico para una lista genealógica (ver Mat. 1: 1). La palabra "libro", séfer , se usa en el AT para referirse a un rollo completo (Jer. 36: 2, 8) o sólo para una hoja de un rollo (Deut. 24: 1).
2.
Llamó el nombre de ellos Adán.
La
dignidad de ser creados a la semejanza de Dios, su distinción en sexo y su
bendición divina se describen brevemente. La única nueva información es el
nombre que les dio Dios: "hombre", 'adam. Por este texto es claro que el
nombre Adán originalmente fue genérico, incluía tanto al hombre como a la
mujer y es equivalente a nuestra palabra humanidad .
3.
A su imagen.
Aunque Set no fue el primogénito de
Adán, fue aquel a través del cual iba a preservarse el linaje piadoso. Lo que
le sucedió a Adán después de la caída se resume en tres cortos versículos que
sirven como de un modelo para las biografías siguientes.
5.
Fueron todos los días que
vivió Adán.
La notable longevidad de la raza antediluviana ha sido
el blanco de muchas críticas. Algunos han declarado que las cifras son el
producto de una edad mítica o el resultado de una transmisión defectuosa del
texto. Otros han sugerido que no representan individuos sino dinastías, o que
no eran años sino períodos más cortos, quizá meses. Todas estas
consideraciones deben ser rechazadas pues hacen violencia a una interpretación
literal del texto y a su origen inspirado. Debemos aceptar estas cifras como
históricas y exactas. La longevidad de la raza antediluviano puede atribuirse
a las siguientes causas: (1) la vitalidad original con la que fue dotada la
humanidad en la creación, (2) piedad e inteligencia superiores, (3) el efecto
remanente del fruto del árbol de la vida, en el supuesto de que de él hubieran
comido Adán y Eva ( " "De todo árbol del huerto podrás comer" " [cap. 2: 16]),
(4) la calidad superior del alimento disponible y (5) la gracia divina al
posponer la ejecución del castigo del pecado. Adán vivió para ver ocho
generaciones sucesivas que llegaron a la madurez. Puesto que su vida abarcó
más de la mitad del tiempo hasta el diluvio, es indudable que muchos pudieron
oír de sus propios labios el relato de la creación, del Edén, de la caída y
del plan de redención tal como le había sido revelado a él.
Y
murió.
Con estas sombrías palabras termina la corta biografía de
Adán. La monótona repetición de esta declaración al final de cada biografía
-con excepción de la de Enoc- afirma el dominio de la muerte (Rom. 5: 12).
Revela que la sentencia de muerte no fue una vana amenaza. La muerte es un
persistente recordativo de la naturaleza y resultado de la desobediencia.
Las biografías de los próximos patriarcas siguen el modelo del
relato de la vida de Adán y no necesitan una explicación individual (ver com.
de cap. 4: 17, 18 para una explicación de algunos nombres).
22.
Caminó Enoc con Dios.
La excepcionalísima vida de Enoc demanda una atención muy
especial. Dos veces se declara que "caminó con Dios". También se emplea esta
expresión en el caso de Noé (cap. 6: 9) y se encuentran palabras similares en
otros pasajes (ver Gén. 17: 1; Deut. 13: 4; Sal. 116: 9; Miq. 6: 8; Efe. 5: 1,
2). Describe una vida de piedad singularmente excelsa, no meramente la
comprensión constante de la presencia divina ni aun de un esfuerzo continuado
de santa obediencia, sino la permanencia de una estrechísima relación con
Dios. Con toda evidencia, la vida de Enoc estuvo en completa y bella armonía
con la voluntad divina.
Después engendró a Matusalén.
La declaración de que "caminó Enoc con Dios" después del
nacimiento de Matusalén no implica que hubiera sido una persona impía antes y
que solamente después experimentó la conversión. Pertenecía a un linaje fiel y
sin duda había servido a Dios lealmente durante los primeros 65 años de su
vida. Pero con la llegada de un hijo para favorecer su hogar, entendió por
experiencia propia la profundidad del amor de un padre y la confianza de un
niño desvalido. Como nunca antes fue atraído hacia Dios, su propio Padre
celestial, y finalmente quedó calificado para la traslación. Su caminar con
Dios consintió no sólo en la contemplación de Dios sino también en un
ministerio activo a favor de sus prójimos. Previó la segunda venida de Cristo
y ferviente y solemnemente amonestó a los pecadores que lo rodeaban de la
terrible condenación que esperaba a los impíos (Jud. 14, 15).
Trescientos años.
La constante fidelidad de Enoc,
manifestada durante un período de 300 años, es un testimonio animador para
aquellos cristianos que parecen encontrar difícil "caminar con Dios" durante
un solo día.
Engendró hijos e hijas.
De acuerdo con el
Registro inspirado, Enoc engendró hijos e hijas durante su vida de excepcional
piedad. Esta es una evidencia innegable de que el estado del matrimonio está
de acuerdo con la más estricta vida de santidad.
24.
Desapareció, porque le llevó Dios.
El suceso más significativo de la era antediluviana, un
acontecimiento que llenó a los fieles de esperanza y gozo, la traslación de
Enoc, es relatado por Moisés en estas pocas y sencillas palabras. Enoc fue
trasladado "para no ver muerte" (Heb. 11: 5). Este significado es implícito en
la palabra laqaj , "él [Dios] se llevó", palabra que nunca se usa para denotar
la muerte. El empleo cristiano moderno de esta misma expresión como un
eufemismo en lugar de la muerte, no tiene respaldo en las Escrituras. Sin
embargo, se usa la palabra en relación con la traslación de Elías (2 Rey. 2:
3, 5, 9, 10). La LXX lo traduce "pues Dios lo "259 " trasladó" , expresión
tomada literalmente de Heb. 11: 5. Hasta donde sepamos, Enoc fue el único
creyente antediluviano que no vio la muerte. Como un modelo de virtud, Enoc
"séptimo desde Adán", resalta en agudo contraste con la séptima generación del
linaje de los cainitas, Lamec, quien añadió el crimen del asesinato al vicio
de la poligamia (Jud. 14; cf. Gén. 4: 16-19).
Fueron testigos de
la partida de Enoc tanto algunos de los justos como de los impíos (PP 76).
Dios dispuso la traslación de Enoc, no sólo para recompensar la piedad de un
hombre piadoso, sino para demostrar la seguridad de la liberación que Dios
prometió del pecado y la muerte. El recuerdo de este notable acontecimiento ha
sobrevivido en la tradición judía (Eclesiástico 44: 16), el registro cristiano
(Heb. 11: 5; Jud. 14) y aun en las fábulas paganas. El apócrifo Libro de Enoc
describe al patriarca como exhortando a su hijo y a todos sus contemporáneos,
y amonestándoles acerca del juicio venidero. La obra judía El libro de los
jubileos dice que fue llevado al paraíso donde consignó por escrito el juicio
de todos los hombres. Algunas leyendas arábigas lo mencionan como el inventor
de la escritura y la aritmética. Su partida debe haber hecho una tremenda
impresión en sus contemporáneos, si hemos de juzgar por la extensión alcanzada
por el relato de Enoc que ha llegado a las generaciones posteriores. La vida
ejemplar de Enoc con su pináculo glorioso testifica en nuestros días de la
posibilidad de vivir en un mundo perverso sin pertenecer a el.
25.
Matusalén.
La
corta vida terrenal de Enoc, de sólo 365 años, fue seguida por la de su hijo
Matusalén, que vivió durante 969 años, hasta llegar al año del diluvio. Es
incierto el significado de su nombre. Los comentadores lo han explicado de
diversas maneras como "hombre de armas militares", "hombre de enviar
adelante", u "hombre de crecimiento". El significado del nombre de su hijo
Lamec es todavía más oscuro.
29.
Noé.
Con la esperanza de que su primogénito pudiera
ser la simiente prometida, el redentor cuya venida anhelaban los fieles, Lamec
lo llamó Noé, "descanso", diciendo: "Este nos aliviará de nuestras obras".
Tanto el nombre "Noé", nuaj , "descansar", como la palabra "consolar", najam ,
se derivan de una raíz común que significa "suspirar", "respirar", "descansar"
y "yacer". Lamec fue un hombre piadoso que siguió en los pasos de su ejemplar
abuelo Enoc y de su pío y longevo padre Matusalén.
Nuestras obras.
Indudablemente Lamec sintió la carga de cultivar el terreno que
Dios había maldecido y esperaba con fe el tiempo cuando las calamidades
existentes y la corrupción cesarían y serían redimidos de la maldición. Su
esperanza de que eso pudiera realizarse con su hijo no se cumplió, por lo
menos en la forma que él esperaba. Con todo, Noé recibió la misión de
proclamar una amonestación audaz contra el mal y a jugar un papel importante,
llegando a ser el progenitor de todos los que han vivido desde su tiempo.
32.
Siendo Noé de quinientos
años.
En hebreo esta expresión dice literalmente: "Noé era un hijo
de 500 años", lo que significa que estaba en el año 500 de su vida. Ahora
bien, "hijo de un año" , significa estrictamente hablando, dentro del primer
año de la vida (Exo. 12: 5). Este hecho, que es importante en el lenguaje de
la cronología hebrea, llega a ser aún más claro cuando se hace una comparación
de los versículos 6 y 1 1 del cap. 7. Aunque ambos versículos hablan del
comienzo del diluvio, uno de ellos declara que Noé tenía 600 años y el otro
dice que el acontecimiento ocurrió en el año 600 de la vida de Noé. Por lo
tanto, el versículo anterior: "Noé era un hijo de 600 años", significa que
estaba "en el año número 600 de su vida", y no en el año 601 como sería
natural deducir.
Ninguno de los patriarcas anteriores esperó
tantos años antes de tener hijos como lo hizo Noé; medio milenio pasó antes de
que su hogar fuera bendecido con la llegada de un hijo (ver pág. 193). Esta
lista genealógica se interrumpe con Noé, e indica únicamente el nacimiento de
sus hijos. La mención de los tres hijos anticipa su importancia para repoblar
la tierra después del diluvio.
Engendró a Sem, a Cam y a Jafet.
En relación con esto debe explicarse otro principio de la
genealogía hebrea. Por el orden de los nombres de los hijos de Noé presentados
aquí y en otros lugares, podría deducirse que Sem era el mayor y Jafet el
menor de los tres hijos de Noé. Que esto es incorrecto se puede ver comparando
este texto con otros. Los hijos de Noé no eran trillizos (ver cap. 9: 24; 10:
21). De acuerdo con el cap. 9: 24, Cam era el menor de los hermanos. Además el
pasaje del cap. 10: 21 se refiere a Sem o a Jafet como el "hermano mayor" de
los dos, aunque la ambigua construcción gramatical hebrea no aclara cuál de
los dos era mayor. Por el pasaje del cap. 11:10, sabemos que Sem tenía 100
años, dos años después del diluvio, cuando su padre debe haber tenido unos 602
años de edad; la edad de Noé cuando nació Sem debe pues haber sido de 502
años: no 500 como podría ingerirse por el pasaje del cap. 5: 32. Pero uno de
los tres, el mayor, nació en el año 500 de Noé (cap. 5: 32). Estos textos nos
llevan a la conclusión de que en realidad Jafet era el hijo mayor de Noé,
habiendo nacido cuando su padre tenía 500 años y que Sem y Cam lo seguían en
ese orden, Por lo tanto, la última parte del pasaje (cap. 5: 32) sería más
exacta si dijera: "y Noé engendró a Jafet, a Sem y a Cam".
Se
menciona a Sem como el primero de los tres hijos debido a su importancia como
progenitor del linaje postdiluviano del cual saldría el pueblo elegido de
Dios, junto con la simiente prometida. Luego se menciona a Cam como el
antepasado de las razas con las cuales los lectores del AT del tiempo de
Moisés y posteriores, tuvieron una relación mucho mayor que con los
descendientes de Jafet, quienes habitaron regiones más remotas. Se repite el
mismo principio en el caso de Abrahán donde él, el menor de los hijos de Taré,
es, mencionado primero (cap. 11: 27) debido a su importancia mayor para las
personas para quienes se escribió el relato.
Reduciendo las edades
de Jared, Matusalén y Lamec en el momento del nacimiento de sus primogénitos,
el Pentateuco Samaritano deja solamente 1.307 años entre la creación y el
diluvio, en vez de 1.656 como es el caso del texto hebreo y de las
traducciones basadas en él. Pero la LXX, en contraste, presenta un período
mucho más largo antes del diluvio. Esto se debe a que a algunos patriarcas les
asigna, en el momento del nacimiento del hijo mayor, cien años más que el
texto hebreo. Con este procedimiento llega a un total de 2.242 ó 2.262 años
(los diversos manuscritos contienen una discrepancia que va de 167 a 187 años
en el caso de la edad de Matusalén al nacer Lamec).
Josefo, cuyos
datos son casi idénticos a los de la LXX, probablemente los tomó de esa
versión, la que circulaba corrientemente en sus días. Josefo sostiene que
Matusalén tenía 187 años cuando nació Lamec.
Si este dato de la
Septuaginta, 187 años, se ha de considerar como una corrección de un
dato anterior, 167 años, eso podría explicarse fácilmente (véase
la pág. 190).
Muchos lectores no se percatan de estas diferencias
en las antiguas listas genealógicas, debido a que las versiones corrientes de
la Biblia se basan en el texto hebreo y no en la LXX.
Resulta
interesante notar que, tal como la lista de Gén. 5 que registra diez
generaciones longevas antes del diluvio, también hay antiguas tradiciones de
la Mesopotamia que presentan precisamente diez generaciones antes del diluvio
y se refieren a la longevidad de la raza humana durante esa era. La lista de
Babilonia comienza con la observación de que "la soberanía descendió del
cielo" y presenta a Alulim, que significa "hombre", como el progenitor de la
raza humana (cf. Heb. 'adam, "hombre"). Sin embargo, no hay otras similitudes
entre las dos listas, ya sea en los nombres o en los períodos de tiempo.
COMENTARIOS DE ELENA G. DE WHITE
1-32CH 19; EC 18; PP 66-77
1, 3PP 66
3-8
SR 57
5 PP 68
5, 8EC 16
18-24 SR 57
21, 22OE 52; PP 71
21-248T 3059 3299 331
22 CC 99; CM 372; CV 29; Ev 61, 69, 493 FV 352; 1JT 429; 2JT 207,
237; MeM 8, 14,101,263; MM 124,276; PP 81; 4T 616; 5T 113
24 CC
99; CS 344; DMJ 33; Ed 123; 3JT 43,155; MeM 352; OE 267; PE 40; PP 75; PR 357;
SR 59; TM 344, 394
CBA Génesis
COMENTARIO BÍBLICO ADVENTISTA GÉNESIS
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