Comentario Bíblico Adventista Génesis 6
Comentario Bíblico Adventista
Génesis Capítulo 6
1.
Aconteció.
Esta palabra no significa que las condiciones que aquí se describan surgieron después de los acontecimientos registrados en capítulos anteriores. Sencillamente el autor está mostrando el estado de la sociedad en los días de Noé, después de que alcanzaron un pináculo diez generaciones de corrupción que iba en aumento.
Comenzaron los hombres a multiplicarse.
La raza humana aumentó rápidamente no sólo en maldad sino también en cantidad. Entre los muchos peligros que asechaban a los piadosos setitas, se encontraban las bellas hijas de los incrédulos. Las esposas eran elegidas, no a base de sus virtudes, sino por su belleza, con el resultado de que la impiedad y la maldad proliferaron entre los descendientes de Set.
2.
Los hijos de Dios.
Esta frase ha
sido interpretada de diversas maneras. Algunos antiguos comentadores judíos,
los primeros padres de la iglesia y muchos expositores modernos han pensado
que estos "hijos" fueron ángeles, y los compararon con los " "hijos de Dios"
de Job 1: 6; 2: 1; 38: 7. Debe rechazarse este punto de vista, porque el
castigo que pronto sobrevendría se debió a los pecados de seres humanos (ver
vers. 3) y no de ángeles. Además los ángeles no se casan (Mat. 22: 30). Los
"hijos de Dios" no fueron otros sino los descendientes de Set, y las "hijas de
los hombres", las descendientes de los cainitas impíos (PP 67). Posteriormente
Dios habló de Israel como de su "primogénito" (Exo. 4: 22), y Moisés dijo a
los israelitas: "Hijos sois de Jehová vuestro Dios" (Deut. 14: 1).
Tomaron para sí mujeres.
Estas alianzas profanas entre
setitas y cainitas fueron la causa del rápido aumento de la impiedad entre los
primeros. Dios siempre ha amonestado a sus seguidores para que no se casen con
incrédulos, debido al gran peligro al que así se expone el creyente, y ante el
cual generalmente sucumbe (Deut. 7: 3, 4; Jos. 23: 12, 13; Esd. 9: 2; Neh. 13:
25; 2 Cor. 6: 14, 15). Pero los setitas no prestaron atención a las
amonestaciones que seguramente deben haber recibido. Debido a la atracción de
los sentidos no se satisficieron con las bellas hijas del linaje piadoso, y
con frecuencia eligieron esposas entre los cainitas. Además, el empleo de la
forma plural, "tomaron.... mujeres", parece sugerir que predominaba la
poligamia.
3.
No contenderá mi
espíritu con el hombre para siempre.
El hecho de que esta
declaración siga inmediatamente después de la referencia a estos casamientos
que no eran santificados, sugeriría que el desagrado de Dios se manifestó de
una manera especialísima contra esa mala práctica. Siendo cautivos de sus
pasiones, ya no quedaron sujetos al Espíritu de Dios. La palabra "contenderá"
significa en hebreo "regir" y "juzgar" como un corolario de gobernar. Estas
palabras indican que el Espíritu Santo no podría continuar obrando sino
durante un corto tiempo, después del cual sería retirado de los irregenerados
e impenitentes seres humanos. Aun la longanimidad de Dios debía terminar.
Pedro se refiere a la obra del Espíritu en el corazón de los antediluvianos
diciendo que el Espíritu de Cristo predicó a esos prisioneros de Satanás (1
Ped. 3: 18-20).
Ciertamente él es carne.
Esta
expresión también puede traducirse "descarriándose el hombre, es carne" de
shagag, "vagar", "extraviarse". Al ir en pos de las concupiscencias de la
carne, dijo Dios, los hombres se habían entregado a sus deseos hasta el punto
de que no respondían más al control del Espíritu Santo. La insensibilidad a la
influencia divina llegó a ser completa. Por lo tanto, el Espíritu de Dios
debía ser retirado. Era inútil seguir "contendiendo" para reprimirlos o
mejorarlos.
Sus días.
Esta predicción divina no puede
significar que el lapso de la vida del hombre sería de ahí en adelante
restringido a 120 años. (Compárese las edades de los hombres después del
diluvio.) Estas palabras más bien predicen que la paciencia de Dios llegaría a
un fin y que el tiempo de gracia terminaría dentro del lapso aquí
especificado. Mientras tanto, continuaría la misericordia divina.
Cristo comparó el trato de Dios con los antediluvianos con su obra
en favor de la raza humana al fin del tiempo (Mat. 24: 37-39). Se puede
esperar que en circunstancias similares Dios proceda en forma similar. Sin
embargo, las tentativas para determinar el tiempo de la venida de Cristo
usando como punto de partida los 120 años, es algo que no tiene ningún valor.
Estamos viviendo ahora en tiempo prestado, sabiendo que la destrucción del
mundo ocurrirá pronto (ver 2 Ped. 3: 3-7). Sabemos también que el Espíritu de
Dios no contenderá para siempre con los hombres que no eligen prestar atención
a sus amonestaciones ni se preparan para aquel gran acontecimiento.
4.
Había gigantes en la tierra.
Estos "gigantes, nefilim , no fueron el producto de uniones
matrimoniales mixtas, como han sugerido algunos. La LXX traduce nefilim por
gigantes, palabra cuya grafía es exactamente igual en castellano. En Núm. 13:
33 los israelitas informaron que se sentían como meras langostas en
comparación con los nefilim que la VVR traduce como "gigantes". Hay razones
para creer que esta palabra hebrea puede provenir de la raíz nafal, y que los
nefilim eran "violentos" o terroristas más bien que "gigantes" debido a su
físico. Puesto que en aquellos días todos los seres humanos eran de gran
estatura, debe tratarse aquí más bien del carácter que de la altura. Por regla
general, los antediluvianos estaban dotados de gran vigor físico y mental.
Esos individuos, renombrados por su sabiduría y habilidad, persistentemente
consagraban sus facultades intelectuales y físicas a la complacencia de su
propio orgullo y pasiones y a la opresión de sus prójimos (PP 679 70, 78).
5.
La maldad de los hombres era
mucha.
Difícilmente podría el lenguaje humano presentar un cuadro
más vívido de depravación humana. No quedaba nada bueno en los hombres.
Estaban "corrompidos hasta la médula". Sus mismos "pensamientos" estaban
compenetrados del mal. La palabra "pensamientos" viene de yetser , que
significa "invención" o "formación" y se deriva del verbo "inventar",
"formar", yatsar . Estos malos pensamientos eran el producto de un corazón
malo. Jesús dijo: "Del corazón salen los malos pensamientos", y observó que
producen los " "homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los
falsos testimonios, las blasfemias" " (Mat. 15: 19). El corazón era
considerado popularmente como el centro de las facultades más nobles de la
mente: la conciencia y la voluntad. Un "corazón" contaminado a la larga o a la
corta infecta toda la vida.
De continuo.
Literalmente
"cada día" o "todo el día". Esto presenta el pináculo de la triste descripción
de la impiedad de los antediluvianos. Si esta expresión no describe una
depravación total, ¿de qué otro modo se la podría expresar? Aquí encontramos
que el mal reinaba supremo en el corazón, en los "pensamientos" y en las
acciones. Con muy pocas excepciones, lo que predominaba en todas partes era el
mal, pero no en forma pasajera sino permanente, no meramente en el caso de
unos pocos individuos sino en la sociedad en conjunto. Esto se produjo porque
los hombres ignoraron "voluntariamente" la palabra de Dios (2 Ped. 3: 5).
6.
Se arrepintió Jehová.
La fuerza de las palabras "se arrepintió Jehová", puede deducirse
de la declaración explicativa "le dolió en su corazón". Esto muestra que el
arrepentimiento de Dios no presupone falta de conocimiento previo de su parte
ni variabilidad en su naturaleza o propósito. En este sentido Dios nunca se
arrepiente de nada (1 Sam. 15: 29). El "arrepentimiento" de Dios es una
expresión que se refiere al dolor del amor divino ocasionado por la
pecaminosidad del hombre. Presenta la verdad de que Dios, en consonancia con
su inmutabilidad, cambia de posición respecto al hombre que ha cambiado. La
mención del dolor divino ante el estado depravado del hombre es una indicación
conmovedora de que Dios no odió al hombre. La humanidad pecadora llena el
corazón divino con profundo dolor y compasión. Despierta todo el insondable
océano de simpatía en favor de los pecadores de que es capaz el amor infinito.
Sin embargo, el pecado de la humanidad también lo mueve a una retribución
judicial (ver. Jer. 18: 6-10; PP 682).
7.
Raeré.
Es muy apropiado el uso de la expresión hebrea
aquí traducida "raeré" que describe la extinción de la raza humana en términos
generales mediante un diluvio devastador.
8.
Noé halló gracia.
En estas palabras se ve la
misericordia en medio de la ira. Indican que Dios prometió preservar y
restaurar la humanidad. La palabra "gracia" aparece aquí por primera vez en
las Escrituras, y claramente tiene el mismo significado que las referencias
del NT donde se describe el favor misericordioso e inmerecido que Dios otorga
a los pecadores. Hay una cantidad de factores que muestran cuán profundamente
Dios amó al hombre aun en su estado caído. Le dio un Evangelio de misericordia
en la promesa de la simiente de la mujer; un ministerio de misericordia al
suscitar y mantener una sucesión de hombres piadosos para predicar el
Evangelio y amonestar a los pecadores en contra de los caminos del pecado; un
Espíritu de misericordia para contender con ellos y suplicarles; una
Providencia de misericordia para asignarles un largo período de gracia; una
concesión adicional de misericordia, 120 años antes de ejecutar la sentencia;
y finalmente un ejemplo de misericordia dado al salvar a los justos mientras
todos los demás eran destruidos. Este antiguo ejemplo de gracia y misericordia
constituye una fuente de seguridad y de esperanza para los creyentes que viven
en el fin del tiempo, un tiempo que Cristo mismo comparó con el de Noé (Mat.
24: 37-39). Sus fieles seguidores pueden estar seguros de que Dios los
aceptará, así como aceptó a Noé; también los preservará en medio de las
calamidades que sobrevendrán en el tiempo del fin, y les proporcionará
seguridad en el juicio venidero.
9.
Noé, varón justo.
Con un nuevo
subtítulo se introduce la historia de Noé y la del diluvio. El autor presenta,
en primer lugar, las razones por las cuales Noé halló gracia delante de Dios y
por qué fue preservado durante la destrucción que asoló el mundo entero. No
fue un capricho divino lo que lo convirtió en el recipiente del favor de Dios,
sino una vida que estaba en armonía con la voluntad de Dios. Noé es
caracterizado por tres expresiones, cada una de las cuales lo coloca en una
posición muy favorable en comparación con sus contemporáneos. Era "varón
justo". La palabra "justo" no implica una inocencia intachable, sino rectitud,
honradez y virtud. Es digno de notarse que no es meramente llamado "justo"
sino "varón justo". Vivir una vida ejemplar en el tiempo de Noé requería que
un hombre pudiera resistir con intrepidez y firmeza atracciones malignas,
tentaciones sutiles y mofas ruines. Noé no era una criatura débil, falta de
juicio o de poder de la voluntad, sino un "varón" de convicciones fuertes,
recto en pensamiento y acción.
Perfecto en sus generaciones.
El segundo atributo destaca a Noé como intachable en "su tiempo"
(BJ). Esto no significa que vivió en un estado de impecabilidad sino más bien
de integridad moral. Se refiere no sólo a la vida piadosa de Noé sino también
a la constancia de su religión en medio del ambiente cargado de iniquidad en
que vivía. Con toda seguridad, era de un linaje puro, y en ese respecto
también se diferenciaba de sus contemporáneos, muchos de los cuales eran fruto
de casamientos promiscuos entre los piadosos y los impíos.
Dios
caminó Noé.
En tercer lugar, la vida de Noé recuerda la de su
piadoso antepasado, Enoc (cap. 5: 22, 24), que había sido trasladado a la
gloria eterna tan sólo 69 años antes del nacimiento de Noé. Durante su niñez,
cuando la traslación de Enoc todavía estaba vívida en la memoria de las
generaciones más antiguas, Noé debe haber oído numerosos comentarios acerca de
la vida de ese hombre piadoso.
Pero esta notable descripción de
Noé no implica que él hubiera alcanzado la justicia por sus propios esfuerzos.
Fue salvado por la fe (ver Heb. 11: 7), tal como todos los que son fieles
hijos de Dios.
10.
Engendró Noé
tres hijos.
Ver com. de cap. 5: 32.
11.
Se corrompió la tierra.
La condición pecaminosa de
los antediluvianos se representa como corrompiendo toda la tierra. En otros
lugares el término "corrupción" se aplica a la idolatría, el pecado de
pervertir y depravar el culto de Dios (Exo. 32: 7; Deut. 32: 5; Juec. 2: 19; 2
Crón. 27: 2). Practicaban el mal en forma pública y flagrante como lo implica
la expresión "delante de Dios".
12.
Miró Dios la tierra.
Las condiciones de esta tierra
se convirtieron en el objeto de investigación especial de Dios. La Inspiración
asegura así que la retribución dada a los impíos antediluvianos no fue un acto
imprudente ni arbitrario de la Deidad. Esta investigación revelaba que ya no
existía ninguna distinción entre los cainitas que desafiaban a Dios y los
setitas que le temían. Con muy pocas excepciones, "toda carne" estaba
corrompida.
13.
El fin de todo
ser.
Habiendo llegado a la conclusión de que el pecado tan sólo
podía ser reprimido mediante la aniquilación de la humanidad (con la excepción
de una familia), Dios anunció su plan a Noé. Las informaciones precedentes
acerca del propósito divino de destruir esta tierra (vers. 3, 7),
probablemente reflejan las ideas que Dios expresó en los concilios celestiales
antes que a los hombres. Sin embargo, aquí se presenta una comunicación hecha
directamente a Noé. Esto sucedió probablemente 120 años antes del diluvio,
como se sugiere en el vers. 3. Dios quería dar a los hombres la oportunidad de
enmendar sus malos caminos si así lo deseaban, y por lo tanto comisionó a Noé
como "pregonero de justicia" (2 Ped. 2: 5) para dar este mensaje de
amonestación. Esto era en sí mismo una manifestación de misericordia basada en
el principio divino de no proceder antes que los seres humanos hayan sido
advertidos de lo que les espera en caso de continuar en el pecado (Amós 3: 7).
La tierra está llena de violencia.
Las palabras
introductorias de Dios deben haber impresionado mucho a Noé, pero la razón de
la fatídica decisión de Dios se presenta después. En vez de henchir la tierra
con gente que trataría de vivir de acuerdo con la voluntad de Dios, el hombre
había llenado la tierra "de violencia".
Los destruiré con la
tierra.
Nótese que Dios no anunció su intención de destruir al
hombre "sacándolo" de la tierra o "sobre" ella, sino "con" ella. Aunque la
tierra como tal no puede sufrir un castigo de destrucción, debía compartir la
destrucción del hombre porque, en su condición de su lugar de morada y como
escenario de sus actos criminales, es una con él. Por supuesto, esto no
significa la aniquilación de nuestro planeta sino más bien la completa
desolación de la superficie.
14.
Hazte un arca.
Debía proporcionarse algo para salvar
a Noé y a su familia; por lo tanto se le dio la orden de construir un barco.
La palabra hebrea aquí traducida "arca" procede de un término egipcio que
designaba grandes barcos marítimos empleados para el transporte de obeliscos y
también barcas usadas en procesiones para llevar estatuas sagradas en el Nilo.
Madera de gofer.
La palabra hebrea gofer procede del
antiguo término sumerio giparu , árbol que no ha sido todavía identificado con
certeza. Los antiguos egipcios construían sus grandes embarcaciones de cedro,
y por lo tanto los comentadores han sugerido que la madera de gofer podría
significar tablas de árboles coníferos tales como el cedro o el ciprés. Como
se trata de árboles resinosos, serían ideales para un uso tal. Elena G. de
White declara que la madera que usó Noé fue ciprés (PP 81).
Harás
aposentos en el arca.
El arca iba a estar dividida en celdas,
literalmente "nidos", necesarios especialmente para los muchos animales; e iba
a estar calafateada por dentro y por fuera. La palabra traducida "brea" es de
origen babilonio y designa tanto brea como betún. Tales materiales se han
encontrado en Mesopotamia desde los tiempos antiguos y se han usado para
calafatear barcos ( ver com. de cap. 2: 12).
15.
De esta manera.
El barco debía ser construido de
acuerdo con instrucciones divinas exactas. Sus dimensiones, tal como fueron
dadas a Noé, muestran que el barco era de un tamaño extraordinario. Si no
hubiera sido por esas instrucciones detalladas de parte de Dios, Noé, falto de
experiencia previa en la construcción de navíos o en navegar, nunca podría
haberlo construido. Los barcos antiguos más grandes que se conozcan hoy eran
de una clase usada en Egipto que llegaba a tener 130 codos de largo y 40 codos
de ancho. El arca de Noé tenía casi tres veces ese largo. Si se tratara del
codo de 51,5 cm. (cf. Deut. 3: 11), la longitud del arca habría sido de unos
154,5 m, su ancho de unos 25,75 m. Generalmente se ha supuesto que el arca
tenía la forma de un baúl o caja antes que la forma de un barco, pero esto no
se dice en ningún lugar del Texto sagrado. Debido a que falta la información
precisa en cuanto a la forma de la embarcación parece superfluo computar la
capacidad cúbica exacta del arca de Noé. Sin embargo, por la descripción dada
resulta claro que era un barco de dimensiones colosales, con amplio espacio
para albergar los animales y capacidad para tener alimento para todos ellos
durante un año.
16.
Una
ventana.
Ciertas palabras hebreas y la construcción gramatical
empleada en este versículo han sido motivo de dificultades para poder asegurar
lo que quiso decir Moisés. La palabra traducida ,ventana" tsohar , puede
significar "luz", "abertura a la luz", o "cubierta". La traducción "cubierta"
como está en la BJ parece sustentarse en una evidencia más sólida que la
traducción "ventana". El hecho de que Noé no pudiera ver la superficie de la
tierra hasta que fue abierta la tsohar (cap. 8: 6) parece favorecer este punto
de vista. Cualquiera sea su significado, la luz entraba desde arriba (ver PP
81).
La acabarás a un codo de elevación.
Esta
sentencia es difícil de interpretar. Si la palabra tsohar significa una
"abertura para la luz", la expresión quizá se refiera a una especie de trabajo
de enrejado de un codo de altura que rodeaba la parte superior del arca para
permitir la entrada de la luz. Si tsohar significa "cubierta" o "techo" podría
tener prácticamente el mismo significado, a saber que había un codo entre la
cubierta y el borde superior de las paredes.
17.
He aquí que yo traigo.
El enfático "yo" es una clara
indicación de que la catástrofe venidera era un castigo divino y no algo que
sucedió en forma natural.
Un diluvio de aguas.
La
palabra "diluvio", mabbul, se usa en todo el AT únicamente para el diluvio de
Noé con la posible excepción del Sal. 29: 10. Mabbul puede derivarse de una
raíz asiria que significa "destruir". La construcción de la frase hebrea "un
diluvio de aguas" permitiría esta lectura: "una destrucción, [es decir]
aguas". Este pasaje es la primera insinuación del medio de destrucción que se
usaría.
18.
Estableceré mi
pacto.
El primer convenio registrado entre Dios y Noé (ver com. de
cap. 15: 9-17 en cuanto al procedimiento seguido para efectuar un pacto). Al
concluir un pacto con Noé, Dios fortaleció la confianza de ese varón justo en
la seguridad del cuidado divino. Sin importar lo que ocurriera, Noé sabía que
él y su familia estarían a salvo.
Tus hijos.
Estas
promesas incluían aun a los hijos de Noé que no habían nacido y a sus esposas,
porque en ese tiempo Noé todavía no tenía hijos, aunque ya tenía 480 años de
edad ( ver com. de cap. 5: 32). Ninguno de los antepasados de Noé había
esperado tanto tiempo para tener descendientes y él puede haber renunciado a
la esperanza de ser bendecido con hijos. En muchas ocasiones Dios preparó a
sus instrumentos escogidos para tiempos de crisis guiándolos a través de
largos períodos de chasco, para que pudieran aprender a tener paciencia y para
que confiaran en él. Esta misma experiencia sobrevino a los padres de Isaac,
Samuel y Juan el Bautista. La orden de construir el arca, pues, incluía la
seguridad indirecta de que al preservar la vida, el linaje familiar de Noé no
se extinguiría. Por lo tanto, el nacimiento de sus hijos sería para Noé una
señal de igual certidumbre acerca de la venida del diluvio. Prosiguió por fe,
creyendo "cosas que aún no se veían" (Heb. 11: 7).
19.
De todo lo que vive.
Había de preservarse tanto la
vida animal como la vida humana por la fe de Noé. Los comentadores han visto
una contradicción entre la orden de preservar "dos de cada especie" y la orden
dada después de tomar siete de ciertas especies (cap. 7: 2). La primera orden
tenía el propósito de informar a Noé acerca de las medidas que debía tomar
para salvar al mundo animal de una aniquilación completa, y una pareja de cada
animal sería esencial para la reproducción. Eso es todo lo que Dios se
proponía en esa ocasión.
21.
Alimento.
Tenía que hacerse acopio de alimento para
la familia de Noé y forraje para los animales, en cantidad suficiente para que
durara más de un año. No sólo tenía que ser cosechado sino también almacenado
en el arca. Se necesitaba el talento de un sabio organizador para realizar
toda esta tarea en una forma eficiente. Noé tenía que ser no sólo constructor
de barcos y predicador, sino además agricultor y abastecedor.
22.
Y lo hizo así Noé.
El registro de la instrucción dada a Noé termina con la
observación de que él hizo todo lo que Dios le pidió que hiciera. No vaciló en
obedecer a Dios. Su relación con parientes que habían llegado a ser semejantes
a los malditos cainitas, de ninguna manera influyó sobre él. Su educación,
confiada a padres y a abuelos piadosos, había preparado a Noé para tener una
fe implícita en Dios y para obedecer sus instrucciones.
Este corto
versículo abarca 120 años de servicio fiel. Algunos de los que creyeron el
mensaje de Noé, como su abuelo Matusalén, murieron antes de que se llevara a
cabo el temido acontecimiento. Noé sobrevivió al mensaje que predicaba, y los
que mejor lo conocían, su propia familia, no pudieron evitar su santa
influencia. Sus hijos no sólo creyeron lo que él predicaba sino que
participaron activamente en los preparativos para ese terrible suceso que
había sido predicho antes del nacimiento de ellos.
La experiencia
de Noé presenta un noble ejemplo para los cristianos que saben que están
viviendo en el tiempo del fin y se están preparando a sí mismos para la
traslación. Su obra misionera máxima ha de ser hecha en el hogar.
COMENTARIOS DE ELENA G. DE WHITE
1-22 PP 78-85; SR 62-64
2 1JT 605; PP 68, 350; SR 62
3 CS 386; FE 504; 1JT 508; LS 208; PP 809 92
5 CH 109;
CMC 216; CS 599; DTG 587; Ev 412, 413; FE 221, 421; MJ 453; PP 65, 80; Te 249
5, 6 SR 62
5-7 PP 335
5-8 CS 484
7 PP 80; PR 222; SR 58
9 PP 378
11 CS 599;
PP 80; Te 23
11-13 CH 109
12, 13 PP 378
12-16 PP 81
13 FE 504
13, 14 CS 386
14-16 PP 81
17, 18 SR 146
18 PP 378
CBA Génesis
COMENTARIO BÍBLICO ADVENTISTA GÉNESIS
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