Comentario Bíblico Adventista Génesis 29
Comentario Bíblico Adventista
Génesis Capítulo 29
1.
Siguió luego Jacob su camino.
"Literalmente, "Levantó Jacob los pies y fue". Esto implica alegría y refleja el estado mental en que lo había dejado lo sucedido en la noche precedente. Fortalecido así en espíritu, Jacob prosiguió su viaje a "la tierra de los orientales", que en este caso se refiere a la alta Mesopotamia, al este del río Eufrates. El término también incluye la parte superior del desierto de Arabia. En la Biblia, "los orientales" son los moradores de la Mesopotamia o del desierto de su proximidad inmediata. Parece que los hebreos se contentaban con expresar aproximadamente la dirección. "Este" podía significar cualquier dirección entre noreste y sudeste."
2.
Un pozo.
" Después de viajar algo más de 700
km., lo que requeriría unas 3 semanas, Jacob llegó a la proximidad de Harán
(vers. 4). La indicación de que la piedra sobre la boca del pozo era grande no
significa que se necesitaba la fuerza unida de todos los pastores para
apartarla, pues Jacob lo hizo solo (vers. 10). Más bien sugiere un convenio
entre los pastores para abrevar juntos sus rebaños. La escena cerca del pozo
está tan plenamente en armonía con las costumbres del Oriente, " tanto antiguas
como modernas, que de ninguna manera resulta extraño el parecido de esta
narración con la que se describe en el cap. 24: 11. Además este pozo fue
construido de una manera diferente de aquel en que Eliezer encontró a Rebeca.
Allí el agua era extraída inmediatamente de un pozo abierto, y volcada en bateas
ya dispuestas para el ganado, como sucede en la mayoría de los pozos del Oriente
hoy en día, al paso que aquí el pozo estaba cerrado con una piedra, y no se
menciona la necesidad de jarras ni cántaros. "
4.
¿De dónde sois?
" La pregunta de Jacob implica que el
pozo no estaba situado en la proximidad inmediata de Harán. Al saber que eran de
Harán, inmediatamente preguntó por "Labán hijo [descendiente] de Nacor". En
realidad Labán era el nieto de Nacor (cap. 24: 15, 29). Los pastores, cuyas
respuestas habían sido hasta aquí breves puesto que Jacob era un extraño,
hablaron de la inminente llegada de Raquel. El nombre Raquel significa "ganado
lanar" u "oveja". "
9.
Raquel vino.
" Indudablemente no era la costumbre que las jóvenes quedaran en casa
hasta que se aproximara el tiempo de su casamiento. Tampoco ofendía la dignidad
de las niñas de las familias ricas acarrear agua del pozo, como lo había hecho
Rebeca, o cuidar ovejas, como lo hacía Raquel en este caso. El trabajo honrado,
lejos de ser un descrédito, es un honor tanto para los encumbrados como para los
humildes. Cada hijo e hija debiera aprender que el trabajo no es humillante,
sino que es un privilegio contribuir para cubrir las necesidades de la familia.
"
11.
Jacob besó a Raquel.
" El
hecho de que Raquel no se resintiera por la conducta de Jacob como que él se
hubiera tomado una libertad indebida, sugiere que ya él se había dado a conocer
a ella. Las primeras palabras del vers. 12 también podrían traducirse: "Jacob
había dicho a Raquel", traducción que la construcción hebrea permite. "
12.
Hermano de su padre.
" Así como
Lot es llamado hermano de Abrahán aunque en realidad era su sobrino (caps. 13:
8; 14: 14, 16), así también Jacob se refirió a sí mismo como hermano de Labán.
Indudablemente en casos donde la exactitud no era importante, la palabra
"hermano" se empleaba para indicar un pariente cercano. "
13.
Contó a Labán.
" Labán ahora
respondió ante la llegada de un pariente cercano en una forma muy parecida a
como lo había hecho cuando llegó Eliezer 97 años antes (cap. 24: 30, 31). Otra
vez se pusieron en evidencia la misma cordialidad y hospitalidad. La expresión
"todas estas cosas" probablemente se refiere a lo que su madre le había
instruido que dijera a fin de probar su relación de parentesco, y en cuanto a la
causa y los propósitos de su alejamiento del hogar. Si no hubiera dicho la
verdad, ¿cómo podría haber explicado su evidente pobreza? ¿Por qué, siendo hijo
de padres ricos, llegaba a Harán a pie y sin regalos ni siervos? ¡Cuán distinta,
mucho tiempo antes, había sido la llegada del siervo de Abrahán! "
15.
Cuál será tu salario.
" Luego
de haber estado Jacob por un mes como huésped en la casa de su tío (vers. 14),
tiempo durante el cual parece haber demostrado que era útil en el hogar, Labán
reconoció en su sobrino un ayudante valioso. Por otra parte, siendo de un
carácter evidentemente codicioso, Labán se propuso explotar la habilidad y
diligencia de Jacob para su propia conveniencia. Pero para que Jacob no
discerniera sus motivos, Labán ocultó cuidadosamente su egoísmo bajo la
apariencia de justicia y bondad. Para evitar todo posible reclamo de parte de su
sobrino, propuso pagarle como lo hubiera hecho con un siervo ordinario. "
17.
Los ojos de Lea eran delicados.
" La palabra hebrea rak , aquí traducida "delicados", generalmente se ha
entendido como que significa "débiles" o "apagados". Desde que la LXX la empleó
con esta connotación, la han seguido la mayoría de los traductores. Pero la
palabra rak también significa "gentiles", "suaves", y "lisonjeros", lo cual
querría decir que los ojos de ella tenían una apariencia precisamente opuesta a
la que han pensado la mayoría de los comentadores. Sin embargo, el hecho de que
Jacob no fuera atraído por Lea indicaría más un contraste entre las dos hermanas
que el implicado por esta última sugestión. Quizá los ojos de Lea y su
personalidad carecían de la vivacidad y la radiante cordialidad que admiran los
orientales. "
18.
Siete años por Raquel.
" Jacob, profundamente enamorado de Raquel, inmediatamente estuvo
dispuesto a entrar en tratos con su tío. La propuesta de Jacob se basaba
parcialmente en el hecho de que no estaba en una posición como para pagar la
dote usual y "
400 también en su conocimiento de que la situación en su
casa iba a hacer necesaria una estada prolongada con Labán. El consentimiento de
Labán tan sólo puede explicarse teniendo en cuenta su codicia, que se hizo más y
más evidente a medida que fue pasando el tiempo.
20.
Porque la amaba.
Jacob mostró su amor por Raquel no
sólo por su buena disposición para servir siete años por ella sino, aún más, por
el espíritu con el que trabajó para su tío avariento. Aunque fueron muchos los
días que debieron pasar antes de que Raquel fuera su esposa, le resultaron
felices por su amor a ella. Las palabras usadas por Moisés para expresar el
profundo amor de Jacob respiran un afecto puro y una tierna dedicación.
21.
Dame mi mujer.
Resulta
interesante, en relación con Labán, el que Jacob viera necesario recordarle la
terminación de los siete años. Se preparó una gran fiesta de casamiento, que
probablemente duró toda una semana (vers. 27), de acuerdo con la costumbre. La
forma en que Labán engañó a Jacob posiblemente se debió a la costumbre de velar
a la novia y llevarla ante el novio "a la noche". Aunque generalmente las niñas
poco tenían que ver con la elección de sus esposos, se necesitaba el
consentimiento de Lea para que tuviera éxito esta vil propuesta. Ella misma debe
haber amado a Jacob para aprobar y cooperar en el plan de hacer daño tanto a su
hermana como a su futuro esposo haciéndolo casarse con una a quien no buscó ni
amó.
La duplicidad de Labán resultó en una rivalidad que duró toda la
vida entre las dos hermanas (cap. 30: 14-16).
24.
Zilpa.
Labán siguió una costumbre oriental
(cap. 24: 59) cuando dio su sierva Zilpa a su hija como su servidora personal.
El significado del nombre Zilpa puede ser "nariz corta".
25.
¿Qué es esto?
A la mañana siguiente Jacob, el gran
engañador, se despertó para encontrarse víctima de un engaño. La justicia
inexorable le había retribuido su duplicidad. En defensa propia, Labán adujo un
requisito imaginario de una costumbre social local. Si eso hubiera sido en
realidad la costumbre en Harán, como lo era en algunos otros países de la
antigüedad, debiera haberle advertido a Jacob en cuanto a ella cuando le propuso
trabajar por Raquel. Sin embargo, el voto que hizo Jacob a Dios en Bet-el, y su
amor por Raquel, lo indujeron a quedarse con Labán antes que repudiar el
casamiento, como podría haberle hecho.
27.
Cumple la semana de ésta.
Las fiestas de casamiento
generalmente duraban una semana (Juec. 14: 12), y Jacob iba a recibir a Raquel
también a la terminación de las festividades del casamiento de Lea (vers.
28-30). Sin duda Labán estaba ansioso de preservar su buen nombre ocultando su
fraude ante la opinión pública, en vista de que todos los hombres de la ciudad
fueron sus invitados durante el festejo (vers. 22). Su comportamiento no revela
sino una serie de motivos viles. Aunque daba poco valor a los afectos y la
felicidad de su hija, tenía un gran aprecio por las cualidades de Jacob como
pastor. Forzado por la necesidad, Jacob convino en aceptar la propuesta. Así
Labán recibió 14 años de servicio en vez de 7 y al mismo tiempo se libró de la
carga de sostener a Lea, que de otra manera podría haber sido difícil de casar.
28.
Le dio a Raquel.
Es claro que
Jacob no sirvió otros siete años antes de que Raquel llegara a ser su esposa.
Esto último ocurrió cuando terminó la semana de festejos de Lea. El acto de
bigamia de Jacob no debe juzgarse por una disposición posterior de la ley
mosaica que prohibía a un hombre estar casado con dos hermanas al mismo tiempo
(Lev. 18: 18). Por otra parte, el doble casamiento de Jacob no se puede
justificar arguyendo que la bendición de Dios finalmente lo convirtió en el
medio de multiplicar su propia simiente y cumplir así su promesa. Sencillamente
Dios encauzó hacia un buen desenlace los errores de los hombres, pues ni aun
ellos pudieron torcer el propósito divino (Sal. 76: 10). La bigamia que se había
ocasionado por el engaño de Labán y el afecto de Jacob produjo fricción y pesar
en los hogares de ambos hombres. En esa escuela de aflicción Jacob aprendió que
"el camino de los transgresores es duro" " (Prov. 13: 15). Los celos y el pesar
presentes en ese casamiento son un comentario a la orden específica de Moisés en
contra de que un hombre a un tiempo se casara con dos hermanas (Lev. 18: 18).
29.
Bilha.
Como en el caso de Lea,
se dio también una sierva a Raquel. El significado de su nombre puede haber sido
"terror", pero esto es inseguro.
30.
La
amó.
Lea, participando del cruel fraude de Labán, no consiguió ganar el
afecto de su esposo. El resultado fue un hogar donde prevalecieron la envidia,
los celos y la contención. Durante años Jacob había trabajado y esperado
pacientemente el día cuando pudiera tener un hogar feliz con su amada Raquel,
tan sólo para encontrarse abrumado con dos esposas que querellaban (cap. 30: 1,
2, 8, 15). Cuán diferente habían sido los primeros años de la vida matrimonial
de su padre Isaac, sobre cuyo hogar no descansó la sombra de la poligamia con
sus funestas consecuencias (cap. 24: 67). El triste caso de Jacob muestra la
sabiduría de Abrahán al prohibir el regreso de Isaac a Mesopotamia (cap. 24: 6).
31.
Lea era menospreciada.
Uniendo
los vers. 20, 30, 31 y 34 se aclara el significado de la palabra aquí traducida
como "menospreciada". Tan sólo significa un grado de amor menos intenso. El
registro de las relaciones de Jacob con Lea demuestra que él no la "menospreció"
en el sentido que la palabra generalmente tiene para nosotros hoy. Sencillamente
sintió y demostró menos afecto por ella que por su hermana. La declaración "
"Amé a Jacob, y a Esaú aborrecí" (Mal. 1: 2, 3; Rom. 9: 13) debe entenderse en
la misma forma. Dios sintió y manifestó un grado mayor de afecto por Jacob y su
posteridad que por Esaú y sus descendientes. Dios eligió a uno para ser su
vehículo especial de bendición para el mundo, con preferencia respecto al otro,
no sobre una base arbitraria, sino teniendo en cuenta el carácter (ver Deut. 7:
6-8).
Le dio hijos.
Así como Jehová había visitado a Sara (Gén.
21: 1) y había oído las súplicas de Rebeca (cap. 25: 21), ahora se interpuso en
favor de Lea. Bendiciendo a Lea con hijos, al par que Raquel quedaba estéril por
un tiempo, Dios procuró fomentar en el corazón de Jacob más amor por Lea. Así se
estableció una cierta igualdad, pues mientras Jacob amaba a Raquel por lo que
ella le significaba personalmente, estaba inducido a apreciar a Lea también.
32.
Rubén.
Cada uno de los hijos de
Jacob recibió un nombre que expresa los pensamientos y emociones de su madre en
el momento de su nacimiento. En una forma u otra, todos estos nombres reflejan
la rivalidad de las dos hermanas. Cada nombre está relacionado en su sonido con
ciertas palabras claves en la declaración que entonces hizo la madre. Así pues,
la primera sílaba de Rubén, que significa "Ved, un hijo", procede de ra'ah ,
"ver", usada en la observación que hizo ella: " Ha mirado Jehová mi aflicción".
Para Lea, su primer hijo fue la evidencia de la compasión de Jehová y bien podía
esperar ella que ese hijo fuera el medio por el cual pudiera ganar el afecto de
Jacob. En la primera manifestación de gozo maternal, ella tuvo la confianza de
que conquistaría el corazón de Jacob.
33.
Simeón.
Indudablemente el nacimiento de Rubén no cubrió
plenamente todas las expectativas de Lea acerca de Jacob. Su segundo hijo,
nacido aproximadamente un año más tarde, recibió el nombre de Simeón, "oyendo".
Quizá, al fin, Dios había oído cuando ella había sido pospuesta y menospreciada.
34.
Leví.
El tercero de los hijos
de Lea nacidos en rápida sucesión fue llamado Leví, "unión", con la esperanza de
que esta vez su esposo en realidad se uniría con ella. En un harén oriental, la
madre del hijo varón destinado a convertirse en heredero, es la esposa más
honrada. Lea no podía entender por qué Jacob no transfería su afecto de Raquel,
su hermana estéril, a ella.
35.
Judá.
El nacimiento del cuarto hijo de Lea hizo que ella exclamara: "Esta vez
alabaré a Jehová", como si hubiera sabido por intuición que él iba a ser el
progenitor de los reyes de Israel y del Mesías. Por eso lo llamó Judá, "el
alabado". El gozo de Lea era completo.
Dejó de dar a luz.
Es
decir, temporariamente. Jacob, a pesar de sí mismo, ahora no podía menos que
apreciar a Lea como la madre de cuatro hijos, aunque no la amara tanto como
esposa. Para que Lea no se ensoberbeciera indebidamente por su buena fortuna, u
olvidara que Dios era el que la había bendecido, y para que Raquel no se
desanimara por completo, Dios intervino otra vez. Quizá se había alcanzado un
cierto equilibrio en los afectos.
Lea debe haber sido una mujer piadosa,
una esposa consagrada y una madre fiel. De acuerdo con el Registro sagrado,
mencionó el nombre de Jehová en relación con el nacimiento de tres de sus cuatro
primeros hijos. Aunque procedía de una familia idólatra, debe haber aceptado la
religión de su esposo y debe haberse convertido en una sincera creyente en
Jehová. Por contraste, la conversión de Raquel parece que al principio sólo
produjo poco más que un cambio superficial.
Aunque externamente ella
también había aceptado la religión de su esposo, su corazón permanecía unido a
los viejos ídolos de la familia, o ella pudo haberlos tomado con la intención de
asegurarse la herencia familiar (cap. 31: 19). En varias ocasiones su conducta
resalta en directo contraste con la de Lea, y parece reflejar un espíritu mucho
más egoísta (cap. 30: 1-3, 8, 15). No puede haber duda de que la excelencia de
carácter de Lea, tanto como su sinceridad y piedad, finalmente produjeron un
cambio en la actitud de Jacob hacia ella (caps. 31: 4, 14; 49: 31).
COMENTARIOS DE ELENA G. DE WHITE
1- 30 PP
186-188
1, 10-14 PP 186
18 SR 89
18- 20 PP 186, 187, 242
25- 30 PP 188, 242; SR 89
CBA Génesis
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