Comentario Bíblico Adventista Génesis 14
Comentario Bíblico Adventista
Génesis Capítulo 14
1.
Aconteció.
Están divididas las opiniones de los eruditos en cuanto a este capítulo. Algunos lo aceptan como un antiguo documento fidedigno basado en hechos históricos. Otros lo han considerado como un relato inventado por algún escritor judío posterior con el propósito de glorificar al patriarca Abram. Sin embargo, algunos descubrimientos han demostrado que el ambiente, el idioma y los nombres propios encuadran exactamente con los comienzos del segundo milenio AC, fortaleciendo así materialmente la posición de los que creen en la historicidad del capítulo. Sin embargo, todavía es imposible identificar a ninguno de los reyes allí nombrados con las personas mencionadas en fuentes que no son bíblicas.
Amrafel rey de Sinar.
Generalmente este rey ha sido identificado con Hammurabi, el sexto y más grande de los monarcas de la primera dinastía de Babilonia. Cada vez que se menciona la palabra Sinar en el registro del AT, se la usa como una designación de Babilonia (ver com. de cap. 10:10), un hecho que parecería sugerir que Amrafel fue un rey de Babilonia. Sin embargo, también es posible ver en esta Sinar a la Shanhara de los documentos cuneiformes, que estaba en la Mesopotamia noroccidental. Además, parece cronológicamente imposible identificar a Hammurabi como Amrafel. Aunque algunos eruditos apoyan una datación más antigua para el reino de Hammurabi, la opinión más reciente es que él gobernó por los siglos XVIII o XVII AC, lo que lo ubicaría más de 100 años después de Abram. También presenta dificultades la identificación lingüística de Amrafel con Hammurabi. Desde 1930 han surgido a la luz tres reyes más que tenían el nombre de Hammurabi; y que vivían en el mismo periodo: uno en Ugarit, otro en Alepo y el tercero en una ciudad no identificada. Por lo tanto, es evidente que no se puede realizar todavía una identificación definida.
Arioc rey de Elasar.
El nombre Ariwuk (Arioc) está identificado en los
textos cuneiformes como el del hijo del rey Zimrilim de la ciudad mesopotámica
de Mari, del siglo XVIII AC. Aunque éste no es la misma persona que el rey de
Elasar, la presencia del nombre Arioc en algunos registros del período
postabrámico indica que el relato corresponde apropiadamente con la época. Es
posible sentirse inclinado a identificar a Elasar con la ciudad de Larsa, de la
baja Mesopotamia. Se ha intentado esto con frecuencia en lo pasado, pero falta
una evidencia definitiva.
Quedorlaomer rey de Elam.
Se trata de
un buen nombre elamita que significa "siervo de [la diosa] Lagamar ". Los
nombres de varios reyes elamitas comienzan con la palabra Kudur , "siervo",
tales como Kudur-Mabuk , Kudur-Najunte , y Kudur-Ellil. La segunda parte de
Quedorlaomer es la transliteración hebrea del nombre de la diosa elamita
Lagamar. Sin embargo, ningún rey elamita de nombre Kudur-Lagamar es conocido
hasta ahora en fuentes no bíblicas.
Tidal rey de Goim.
Varios
reyes hititas Hevan este nombre en la forma de Tudhalia, pero no se sabe si este
rey en particular aparece
en algún registro fuera de la Biblia.
Aunque es imposible identificar a los cuatro reyes con certeza, la
presencia de todos sus nombres en el período en el cual vivió Abram muestra
claramente que el relato del cap. 14 es histórico y no legendario.
2.
Bera rey de Sodoma.
Hay menos
razón para esperar encontrar los nombres de los reyes de las ciudades del valle
del Jordán, en documentos que no son bíblicos, que los de las grandes naciones
de ese tiempo. Sin embargo, los cuatro nombres presentados son palestinos y
pueden ser explicados como tales. Bera en árabe significaría "vencedor"; Birsa,
"hombre largo"; Sinab [el dios-luna] "Sin es padre"; y Semeber, "poderoso en
fama".
3.
El valle de Sidim.
De
acuerdo con este texto, el valle de Sidim debe identificarse con la totalidad o
parte de lo que se conoció en tiempos posteriores como el mar de la Sal o el mar
Muerto. Las dos terceras partes de la zona septentrional del actual mar Muerto
son muy profundas (152-344 m), y deben haber existido ya en los tiempos de
Abram. La parte meridional es de poca profundidad; en ninguna parte excede de
unos 5 m. Árboles sumergidos muestran que esta parte del mar Muerto era tierra
seca en tiempos comparativamente recientes. Por lo tanto, es razonable ubicar el
"valle de Sidim" en la parte sur del mar Muerto, que se fue sumergiendo con el
transcurso del tiempo a medida que subían las aguas del mar. El nivel del mar
Muerto ha estado elevándose gradualmente en los tiempos modernos. hasta que la
irrigación disminuyó el caudal del Jordán que llega hasta sus orillas. Puesto
que una cantidad de arroyos entran en la parte sur del mar Muerto en una región
que todavía es muy fértil, es razonable suponer que todo el valle que ahora
forma la parte extrema meridional del mar Muerto fue una vez esa llanura
excepcionalmente fértil que la Biblia compara con el paraíso y el valle del Nilo
(cap. 13: 10). En esta región, pues, posiblemente estuvieron las ciudades de
Sodoma, Gomorra, Adma, Zeboim y Zoar.
4.
Doce años habían servido a Quedorlaomer.
Quedorlaomer
era el jefe de la coalición de reyes. Se ve que Elam era un gran poder
mesopotámico en los días de Abram. Aliado con otros gobernantes asiáticos, quizá
Elam emprendió esta campaña occidental a fin de reabrir su ruta de caravanas
hasta el mar Rojo. Puesto que la Palestina occidental estaba bajo la influencia
egipcia, era tan sólo natural que las potencias asiáticas procuraran controlar
sus rutas comerciales. Por los versículos siguientes resulta evidente que otras
naciones habían sido tributarios de Quedorlaomer además de las cinco
ciudades-estados de Sidim. La imposición de contribuciones puede haber sido
onerosa, y cuando los diversos pueblos se habían recuperado algo de las campañas
previas, se rebelaron y dejaron de enviar sus tributos anuales a Mesopotamia.
5.
En el año decimocuarto.
La
revolución provocó una expedición punitiva por la cual se esperaba restablecer
la situación anterior. No es necesario suponer que todos los gobernantes
nombrados en el vers. 1 estuvieron personalmente presentes en la campaña. Los
antiguos gobernantes orientales siempre hablan como si hubieran dirigido y
ganado solos cada batalla.
Los refaítas.
La primera batalla se
realizó en Basán cerca de la ciudad de Astarot Karnaim, la moderna SheikhSa'ed ,
a unos 35 km. al este del mar de Galilea. Los refaítas son mencionados
frecuentemente en los primeros libros de la Biblia como uno de los pueblos
antiguos que vivían principalmente en Transjordania (cf. Deut. 2: 11; 3: 11, 13
BJ; etc.).
Los zuzitas.
Ni este pueblo ni su ubicación se
mendonan en ninguna otra parte de la Biblia, y por lo tanto no pueden ser
identificados, a menos que se trate de los zomzomeos de Deut. 2: 20, que más
tarde fueron reemplazados por los amonitas.
Los emitas.
El
pueblo que precedió a los moabitas al este del mar Muerto y que fue desplazado
por éstos, era llamado de los emitas (Deut. 2: 10, 11). Save-quiriataim
significa la altiplanicie de Quiriataim. Esta última palabra era el nombre de
una ciudad ubicada sobre un río tributario que estaba al norte del río Arnón, la
cual posteriormente fue asignada a la tribu de Rubén (Jos. 13: 19).
6.
Los horeos.
Prosiguiendo hacia
el sur, las fuerzas victoriosas derrotaron a los horeos, o hurritas, que vivían
en la región montañosa al sur del mar Muerto, posteriormente tomada por los
edomitas (Deut. 2: 22). Persiguieron a los pueblos derrotados hasta el desierto
de Parán, en la parte norte de la península de Sinaí.
7.
En-mispat, que es Cades.
Este pasaje mendona por
primera vez un oasis del desierto destinado a jugar un papel importante en la
historia de los israelitas durante sus 40 años de peregrinación. Su nombre
completo era Cades-barnea (Núm. 32: 8). El nombre anterior En-mispat significa
"fuente de juicio".
Los amalecitas, y también al amorreo.
Los
amalecitas, tribus del desierto que vagaban en las regiones del sur de
Palestina, fueron la siguiente meta de las fuerzas victoriosas, como también lo
fueron los amorreos que vivían al oeste del mar Muerto. Hazezontamar se
identifica en 2 Crón. 20: 2 con En-gadi.
8.
El rey de Sodoma.
El siguiente encuentro se efectuó al
sudeste de En-gadi, en el valle que ahora está cubierto por la parte sur del mar
Muerto (ver com. de vers. 3). Las cinco ciudades-estados unieron sus fuerzas y
combatieron contra los ejércitos de los cuatro reyes del noreste.
10.
Pozos de asfalto.
Indudablemente este campo de batalla había sido elegido por los cinco
reyes locales a fin de que pudieran aprovechar su conocimiento de las
peculiaridades geográficas de la región. Los pozos de asfalto abiertos son
característicos de Mesopotamia, pero no existen en ningún lugar hoy día en
Palestina o Transjordania. Sin embargo, en la parte sur del mar Muerto todavía
salen a la superficie cantidades considerables de asfalto, y éstas flotan sobre
el agua como una prueba más de que el "valle de Sidim" está ahora cubierto por
las aguas del mar Muerto. El asfalto de origen eruptivo, que ya existía en los
tiempos clásicos, como lo testifican Josefo, Estrabón, Diodoro y Tácito, dio al
mar Muerto el nombre de lago Asfaltites.
Huyeron el rey de Sodoma y el
de Gomorra.
Habiendo fracasado su último intento de resistir a las
fuerzas victoriosas de las grandes potencias -como había sido el caso de todos
los que los precedieron-, los reyes huyeron y "cayeron allí". Esta última frase
no puede significar que murieron todos los reyes, porque el vers. 17 muestra que
por lo menos el rey de Sodoma sobrevivió a la batalla. Simplemente indica su
derrota completa.
12.
Tomaron también a
Lot.
Fueron saqueadas las ciudades derrotadas y sus habitantes
sobrevivientes fueron llevados en cautiverio. Entre ellos estaba Lot con su
familia y todas sus posesiones (vers. 16). Este pasaje pone un nuevo énfasis en
los tristes resultados de la necia elección de Lot (cf. cap. 13: 12, 13).
13.
Lo anunció a Abram el hebreo.
Un fugitivo,
probablemente uno de los siervos de Lot, llegó a la morada de Abram cerca de
Hebrón con un informe de lo que había sucedido. Aquí, por primera vez, Abram es
llamado "el hebreo", para designarlo como un descendiente de Heber. Los
descendientes de Heber habían de ser encontrados por todo el antiguo Oriente en
el segundo milenio AC y fueron llamados habiru en las inscripciones cuneiformes,
y apiru en los textos egipcios. Como descendiente de Heber, Abram puede haber
sido conocido por los amorreos y cananeos de Palestina como "el hebreo".
Aliados de Abram.
Los tres hermanos amorreos mencionados en este
texto como aliados de Abram eran probablemente caudillos de tribus. Abram había
celebrado con ellos un tratado de ayuda mutua, como se ve por la forma en que se
los nombra aquí, Uteralmente "hombres del pacto de Abram", y porque ellos
ayudaron a Abram en su expedición para rescatar a Lot.
14.
Movilizó la tropa (BJ).
(VVR "Armó a sus criados" .)
Abram es el único patriarca que aparece como jefe militar. No perdió tiempo
haciendo preparativos para rescatar a su sobrino, sino que se puso en marcha
inmediatamente con sus propios sirvientes y los de sus amigos amorreos (vers.
24). La palabra hebrea traducida aquí "tropa" (BJ) no aparece en ninguna otra
parte de la Biblia, pero es identificada en una carta de Taanac del siglo XV AC
como una palabra cananea que significa "servidores". Habiendo nacido en la casa
de Abram, sus 318 "criados" eran dignos de confianza. Esto sugiere que Abram
tenía más de 318 siervos masculinos, si no se incluye a los que añadió durante
su última estada en Egipto (caps. 12: 16-9 16: 1; ver PP 136). No se sabe
cuántos acompañantes y servidores de los tres amigos de Abram fueron con él en
su misión de rescate, pero probablemente éstos constituyeron un aumento
importante de su ejército. La idea de que las fuerzas de Abram pudieran derrotar
a un enemigo tan poderoso con frecuencia ha sido objeto de críticas. Sin
embargo, la historia registra muchos ejemplos de grandes ejércitos que fueron
derrotados por fuerzas más pequeñas. Además, los ejércitos antiguos eran muy
pequeños si se los mide por las normas modernas. En la batalla
de
Meguido, en el siglo XV AC, Tutmosis III mató a 83 enemigos, tomó 340 cautivos y
consideró esto como una gran victoria. Las cartas de Tell-el-Amarna, del siglo
XIV, hablan de fuerzas palestinas armadas de 40 a 50 personas, y a veces tan
sólo de 10 a 20, con las cuales los reyes de las ciudades palestinas defendieron
con éxito sus ciudades. En lo que atañe a las cartas de Tell-el-Amarna, ver pág.
113. Estos documentos nos han ayudado mucho en nuestro conocimiento de la
Palestina del siglo XIV.
Los siguió hasta Dan.
Este último
nombre sustituye aquí, como se ha hecho notar en casos similares, a su nombre
más antiguo Lesem (Jos. 19: 47; también ver com. de Gén. 47: 11). La ciudad de
Lesem está al pie del monte Hermón, a unos 16 km. al norte del lago Huleh y
formó en tiempos posteriores el límite más septentrional de Israel. La expresión
"desde Dan hasta Beerseba" designaba los límites de Canaán (2 Sam. 17: 11;
etc.). Los ejércitos victoriosos de los reyes mesopotámicos, estando en marcha
hacia su tierra, ya habían recorrido un largo camino, y Abram tuvo que atravesar
toda Palestina antes de alcanzarlos.
15.
Les atacó.
Con un falso sentido de seguridad, el
invicto ejército mesopotámico había descuidado su vigilancia. Acercándose al
enemigo, Abram dividió sus fuerzas en varios grupos y los sorprendió con un
ataque nocturno. Cuando las fuerzas de Abram cayeron sobre el campo enemigo
desde diferentes direcciones, se produjo tal confusión que el poderoso ejército
mesopotámico huyó dejando tras sí todos los despojos y cautivos.
Les fue
siguiendo hasta Hoba.
Hoba no ha sido identificada definitivamente, pero
Damasco está a unos 65 km. al noreste de Dan. Abram persiguió a los fugitivos
enemigos lo suficiente como para impedir que reagruparan sus fuerzas y
regresaran para atacarlo. Su victoria fue completa.
16.
Recobró todos los bienes.
Aunque indudablemente poseía
genio militar, seguramente Abram no salió en persecución de los ejércitos
profesionales de los reyes conquistadores sin colocarse primero a sí mismo bajo
la dirección y protección de Dios. Su fe intrépida y espíritu desinteresado
recibieron una amplia recompensa. No es seguro si Pablo incluyó a Abram cuando
habló de los héroes de la fe que "se hicieron fuertes en batallas" (Heb. 11:
34).
17.
El rey de Sodoma.
Bera,
que había escapado de la batalla en el valle de Sidim, recibió noticias de la
victoria de Abram y salió a encontrarlo cuando regresaba. El encuentro se
realizó en un valle conocido antiguamente como Save, pero en tiempos posteriores
como "el valle del rey". Este parece ser "el valle del rey" de 2 Sam. 18: 18, y
si es así, posiblemente debe identificarse con el valle de Cedrón (PP 761),
posteriormente llamado el valle de Josafat. Este valle está al pie del monte
Sion donde posteriormente fue edificado el palacio de David.
18.
Melquisedec.
El rey-sacerdote
de Salem se unió con el rey de Sodoma para dar la bienvenida a Abram. En los
días de Abram, Jerusalén era conocida como Salem o Shalem, "paz" o "seguridad"
(ver Sal. 76: 2). La ciudad de Jerusalén aparece por primera vez en los
registros egipcios del siglo XIX AC y entonces estaba gobernada por reyes
amorreos. Jerusalén significa "ciudad de paz" y Melquisedec, mi rey es justo" o
"rey de justicia", como es interpretado el nombre en Heb. 7: 2. Al paso que el
rey de Sodoma fue al encuentro de Abram con el propósito de obtener la
liberación de sus súbditos (Gén. 14: 21), Melquisedec se presentó para bendecir
al jefe victorioso.
Pan y vino.
Estos eran los principales
productos de Canaán. El propósito de Melquisedec al encontrarse con Abram con
pan y vino ha sido tema de muchas especulaciones. Algunos han pensado que esos
alimentos fueron presentados a Abram y a sus soldados como un refrigerio; otros
los consideran como simbólicos de la transferencia de la tierra de Canaán al
patriarca. Lo más probable es que hubieran sido sencillamente una prueba de
gratitud para Abram por haber recuperado la paz, la libertad y la prosperidad de
la tierra.
Sacerdote.
La presencia del término "sacerdote" que
se usa aquí por primera vez implica la existencia de una forma regularmente
establecida de un culto de sacrificios.
Dios Altísimo.
Hebreo,
'El-'Elyon . Este nombre aplicado a Dios aparece únicamente aquí y en el vers.
22. La primera parte de esta palabra, 'El, de la misma raíz de 'Elohim ,
significa "el Poderoso". Rara vez se aplica a Dios sin algún atributo
calificativo, como en 'El-Shaddai , "Dios Omnipotente" o 'Eloe-Yisra'el , "Dios
de Israel". El segundo término, Elyon , aparece frecuentemente en el AT (Núm.
24: 16; Deut. 32: 8; 2 Sam. 22: 14; etc.) y describe a Dios como "el Altísimo",
"el Exaltado", "el Supremo". Ciertamente es sorprendente encontrar entre los
impíos cananeos y amorreos del tiempo de Abram a un gobernante local que no sólo
era leal al verdadero Dios sino que también oficiaba sacerdotalmente (cf. Exo.
2: 16). Esto muestra que Dios todavía tenía personas que le eran leales
esparcidos aquí y allá. Aunque eran una minoría, los verdaderos siervos de Dios
de ninguna manera habían desaparecido de la faz de la tierra. A Dios nunca le
han faltado fieles testigos, por oscuro que fuera el período o por impía que
fuera la población.
Los comentadores bíblicos han especulado mucho
acerca de la persona de Melquisedec, un rey-sacerdote que aparece súbitamente en
la narración bíblica sólo para desaparecer otra vez en la impenetrable oscuridad
de la historia antigua. Una especulación tal casi no tiene valor. "Melquisedec
no era Cristo" (EGW, RH, 18-2-1890), pero su obra prefiguraba la de Cristo (Sal.
110: 4; Heb. 6: 20 a 7: 21; DTG 532). Su inesperada aparición lo convierte en
cierto sentido en una figura atemporal y su sacerdocio en un símbolo del
sacerdocio de Jesucristo.
19.
Y le bendijo.
Al pronunciar la bendición del "Dios Altísimo" sobre Abram, Melquisedec
actuó en el papel de un verdadero sacerdote (ver vers. 20). La bendición misma
está revestida de lenguaje poético y consiste en dos paralelismos.
20.
Los diezmos de todo.
Dar el
diezmo del botín tomado a los enemigos fue un reconocimiento del sacerdocio
divino de Melquisedec y prueba que Abram conocía bien el sagrado requisito de
pagar diezmo. Esta es la primera mención del diezmo reconocida repetidas veces
tanto a través del AT como del NT como un requisito divino (ver Gén. 28: 22;
Lev. 27: 30-33; Núm. 18: 21-28; Neh. 13: 12; Mat. 23: 23; Heb. 7: 8). El hecho
de que Abram pagara el diezmo muestra claramente que este requisito no fue un
recurso posterior y temporario para sostener el sistema de sacrificios, sino que
fue una práctica instituida divinamente desde los tiempos más remotos. Al
devolver al Señor una décima parte de sus ingresos, el creyente reconoce que
Dios es el dueño de todas sus propiedades. Abram, de quien Dios testificó que
había guardado sus mandamientos, estatutos y leyes (Gén. 26: 5), cumplía
concienzudamente todos sus deberes religiosos. Uno de ellos fue devolver a Dios
una décima parte de sus ingresos. Con este acto, el padre de los fieles dio un
ejemplo para todos los que desean servir a Dios y participar de las bendiciones
divinas. Como en los días de la antigüedad, las promesas de Dios son todavía
válidas para los fieles en pagar el diezmo (Mal. 3: 10). Dios todavía está listo
para cumplir sus promesas y bendecir ricamente a quienes, como Abram, le
devuelven un diezmo fiel de sus ingresos.
21.
El rey de Sodoma.
Aunque llegó primero (vers. 17), el
rey de Sodoma cedió el primer lugar al personaje mayor, Melquisedec, y fue
testigo de la entrevista de él con Abram. Después presentó su petición de la
liberación de sus súbditos, quienes, de acuerdo con las reglas de la guerra
antigua, se habían convertido en propiedad de Abram y sus aliados.
22.
He alzado mi mano.
Abram
presentó su declaración con la mano levantada, la señal de un juramento, una
forma común de jurar (ver Deut. 32: 40; Eze. 20: 5, 6; Dan. 12: 7; Apoc. 10: 5,
6). Al hacer esto, invocó al mismo "Dios Altísimo" en cuyo nombre Melquisedec lo
había bendecido, indicando así que el Dios de Melquisedec, dueño del cielo y de
la tierra, era también su Dios (vers. 19).
23.
Nada tomaré de todo.
Abram, tan generoso en su trato
con su sobrino (cap. 13: 8, 9), demostró el mismo espíritu de generosidad hacia
el rey de una ciudad impía. No sólo devolvió todos los hombres, las mujeres y
los niños que había rescatado, sino también todos los despojos de la guerra que
estaban en sus manos. Aunque no estaba en contra de aceptar presentes de los
monarcas paganos (cap. 12: 16), en marcado contraste con Lot, el patriarca no
podía consentir en compartir la riqueza de los impíos sodomitas. La única cosa
que Abram no pudo devolver fue aquella porción de los despojos que sus
servidores habían usado como alimento y lo que pertenecía a sus aliados.
Cuando Abram no aceptó los despojos que le ofrecía el rey de Sodoma,
demostró tener una esperanza más elevada que la que motiva a los hijos de este
mundo. Estaba dispuesto a renunciar a sus propios derechos, sin estorbar a otros
en la realización de los suyos. Permitió que sus jóvenes tomaran lo necesario
para su sostén y que sus aliados recibieran su parte. Tan sólo iban a recibir lo
que les correspondía. Pero a Abram no le importaban esas cosas. Se ubicó en un
plano más elevado, buscando "una [patria] mejor, esto es, celestial" (Heb. 11:
16), y podía permitirse desdeñar todos los bienes terrenales. Aunque estaba en
el mundo, sus esperanzas y deseos no eran de él. Los hijos de la fe se
distinguen por su grandeza de pensamiento y de propósitos que los capacita para
vivir por encima del mundo.
COMENTARIOS DE ELENA G. DE WHITE
1-24 PP 128-130
13-17 PP 129
17-24 PP 130
18 DTG 532
18-20 1JT 372; PP 130, 761
19 3T 57
19, 20 MM 216; PP 153
20 CMC 71; PP 564
21 PP 129
22, 23 PP 130
CBA Génesis
COMENTARIO BÍBLICO ADVENTISTA GÉNESIS
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