Comentario Bíblico Adventista Génesis Introducción
Comentario Sobre El Primer Libro de Moisés Llamado
Génesis
Introducción
1. Título.
Los judíos designan el libro de Génesis según la primera palabra del texto hebreo, Bereshith, "en el principio". Sin embargo, el Talmud judío lo llama el "Libro de la creación del mundo". El nombre Génesis, que significa "origen" o "fuente", ha sido tomado de la LXX, donde este término fue usado por primera vez, para indicar el contenido del libro. El subtítulo, "El primer libro de Moisés", no formaba parte del texto original hebreo, sino que fue agregado siglos más tarde.
2. Autor.
Judíos y cristianos por igual han considerado
a Moisés, el gran legislador y dirigente de los hebreos en ocasión del éxodo,
como el autor del libro de Génesis. Esta convicción fue disputada algunas veces
por opositores paganos en el período inicial del cristianismo, pero nunca fue
puesta en duda seriamente por ningún cristiano ni judío hasta mediados del siglo
XVIII. Desde hace más de dos siglos, se han puesto en duda creencias y opiniones
tradicionales en todo aspecto del pensamiento humano. El hombre fue llevado a
realizar descubrimientos en esferas desconocidas y a inventar cosas que
cambiaron mucho la vida de este mundo. Sin embargo, el mismo espíritu de
investigación llevó a hombres de mentalidad crítica a poner en duda la
autenticidad de las Escrituras como base de la creencia cristiana.
El
libro del Génesis fue el primero que fuera sometido a un examen crítico en esta
era moderna, y ese examen comenzó la etapa de la alta crítica de la Biblia. En
1753, un médico de la corte de Francia, Jean Astruc, publicó su libro
Conjectures , en el cual pretendía que los diferentes nombres de la Deidad que
aparecen en el Génesis muestran que el libro es una colección de materiales de
diversas fuentes. Astruc siguió creyendo que Moisés fue el coleccionador de esas
fuentes y recopilador del libro, pero sus seguidores pronto eliminaron a Moisés
como el editor del Génesis.
Desde hace más de dos siglos, teólogos con
mentalidad crítica han trabajado para separar las supuestas fuentes del Génesis
y asignarlas a diferentes autores o, por lo menos, a períodos en los cuales se
supone que fueron compuestas, reunidas, cambiadas, editadas y, finalmente,
compiladas en un libro. Aceptando esos puntos de vista críticos, algunos
eruditos concordaron en un principio que consideraron importante, a saber que el
libro consiste en muchos documentos de diferente valor, autor y tiempo de su
origen. Sin embargo, difieren ampliamente en sus opiniones acerca de qué partes
han de ser atribuidas a cierto período y cuáles a otro. La gran variedad de
opiniones de las diferentes escuelas críticas muestra cuán defectuoso es el
fundamento de sus hipótesis. La falacia de muchos argumentos críticos ha quedado
expuesta por los descubrimientos arqueológicos de los últimos cien años. Los
críticos han tenido que cambiar continuamente sus teorías y declaraciones. Sin
embargo, muchos de ellos mantienen su rechazo de que Moisés sea el autor del
Génesis, por varias razones de las cuales enumeraremos unas pocas aquí:
a. El uso de tres diferentes nombres para Dios. Con uno de ellos
indudablemente preferido en una cierta sección y un nombre diferente en otra, se
pretende que ello prueba que más de un autor es responsable por la composición
del libro. De ahí que algunos eruditos críticos hayan sostenido que aquellas
secciones donde Yahveh (Heb. YHWH o JHWH), "Jehová", se usa frecuentemente,
fueron escritas por un autor que ellos llaman el Jehovista, abreviado J; las
secciones donde se usa principalmente el nombre 'Elohim , "Dios", por un hombre
que ellos denominan elohísta, abreviado E. Otros autores antiguos, que se supone
que trabajaron con el Génesis, fueron un escritor sacerdotal (P, [de "priestly"
en inglés]), un editor o redactor (R) y otros.
b. De acuerdo con las
escuelas críticas, las muchas repeticiones de relatos contenidos en el libro
muestran que se usaron fuentes paralelas y que fueron unidas sin mucho esmero
por un editor posterior para que formaran una sola narración. Ese editor no pudo
ocultar el hecho de que había usado materiales de diversos orígenes.
c.
Se aduce que las condiciones reflejadas en el Génesis no concuerdan con los
períodos descritos sino con tiempos muy posteriores.
d. Se dan nombres
de lugares de un período muy posterior a localidades cuyos nombres anteriores
habían sido diferentes.
e. Las tradiciones en cuanto a la creación, el
diluvio y los patriarcas, tal como existen en la antigua Babilonia, son tan
similares con el registro bíblico de ellas, que la mayoría de los teólogos
modernos aseguran que los escritores hebreos tomaron esos relatos de los
babilonios durante el exilio y los prepararon después con un estilo monoteísta
para que no fueran chocantes para sus lectores hebreos.
El cristiano
conservador no puede concordar con estos puntos de vista por las siguientes
razones:
a. Ve que los nombres sagrados de Dios, el Señor y Jehová, se
usan más o menos indiscriminadamente a través de toda la Biblia hebrea y no
indican diferentes autores como sostienen los críticos. La LXX y los más
antiguos manuscritos de la Biblia hebrea, incluyendo los rollos de Isaías
descubiertos cerca del mar Muerto, muestran que el nombre "Dios" encontrado en
cierto pasaje en una copia es presentado en otro manuscrito como "Señor" o
"Jehová" y viceversa.
b. Las repeticiones frecuentemente halladas en los
relatos no son una indicación segura de que haya diferentes fuentes para una
obra literaria. Los defensores de la unidad de los libros mosaicos han
demostrado, mediante muchos ejemplos que no son bíblicos, que repeticiones
similares se encuentran en varias obras antiguas de uno y el mismo autor, así
como en obras modernas.
c. Un mayor conocimiento de la historia antigua
y de las condiciones de vida en la antigüedad ha revelado que el autor del
Génesis estuvo bien informado en cuanto a los tiempos que describe y que el
relato de los patriarcas encuadra exactamente en el marco del tiempo de ellos.
d. Los nombres de los lugares han sido modernizados en ciertos casos por
los copistas para que sus lectores pudieran seguir el relato.
e. El
hecho de que los babilonios tuvieran tradiciones similares en cierta medida con
los registros hebreos no es una prueba de que una nación tomó la narración de la
otra, sino que encuentra su explicación en un origen común de ambos registros.
El libro inspirado del Génesis transmite información divinamente impartida en
una forma pura y elevada, al paso que los registros babilonios narran los mismos
acontecimientos dentro de un marco pagano envilecido.
No es el propósito
de esta introducción refutar las muchas pretensiones de la alta crítica
formuladas para sostener sus teorías. Más importante es mostrar la evidencia de
que Moisés es el autor.
El autor del Exodo debe haber sido el autor del
Génesis, porque el segundo libro del Pentateuco es una continuación del primero
y evidentemente manifiesta el mismo espíritu y la misma intención. Puesto que la
paternidad literaria del libro del Exodo está claramente afirmada por Cristo
mismo, quien lo llamó "el libro de Moisés" (Mar. 12: 26), el volumen precedente,
el Génesis, también debe haber sido escrito por Moisés. El uso de expresiones y
palabras egipcias, y el minucioso conocimiento de la vida egipcia y sus
costumbres desplegados en la historia de José, armonizan con la educación y
experiencia de Moisés. Aunque la evidencia a favor del origen mosaico del
Génesis es menos explícita y directa que la de los siguientes libros del
Pentateuco, las peculiaridades lingüísticas comunes a todos los cinco libros de
Moisés son una prueba de que la obra es de un solo autor y el testimonio del
Nuevo Testamento indica que escribió bajo la inspiración del Espíritu Santo.
El testimonio de Jesucristo, que citó varios textos del Génesis, indica
claramente que consideró el libro como una parte de las Sagradas Escrituras. Al
citar Gén. 1: 27 y 2: 24, Jesús usó la fórmula introductoria "¿No habéis leído?"
(Mat. 19: 4, 5) para indicar que esas citas contenían una verdad que todavía
estaba en vigencia y era válida. El contexto de la narración (Mar. 10: 2-9), que
relata la disputa de Jesús con los fariseos en cuanto a la sanción del divorcio,
aclara que él atribuyó a Moisés las citas tomadas del Génesis. Cuando sus
antagonistas le preguntaron si tenían derecho a divorciarse de sus esposas,
Jesús los rechazó con la pregunta: "¿Qué os mandó Moisés?" En su réplica, los
fariseos se refirieron a una medida ordenada por Moisés, que se encuentra en
Deut. 24: 1-4, un pasaje del quinto libro del Pentateuco. A esto repuso Jesús
que Moisés les había dado ese precepto debido a la dureza del corazón de ellos,
pero que las disposiciones anteriores habían sido diferentes, y afirmó su
declaración con otras dos citas de Moisés (Gén. 1: 27; 2: 24).
En varias
otras ocasiones, Cristo aludió a sucesos descritos sólo en el libro del Génesis,
revelando que lo consideraba como un registro histórico fidedigno (Luc. 17:
26-29; Juan 8: 37; etc.).
Las numerosas citas del Génesis que se
encuentran en los escritos de los apóstoles muestran claramente que estaban
convencidos de que Moisés había escrito el libro y que era inspirado (Rom. 4:
17; Gál. 3: 8; 4: 30; Heb. 4: 4; Sant. 2: 23).
En vista de esta
evidencia, el cristiano puede creer confiadamente que Moisés fue el autor del
libro del Génesis. Elena de White dice de la estada de Moisés en Madián: "Allí,
bajo la inspiración del Espíritu Santo, escribió el libro de Génesis" (PP 256).
3. Marco histórico.
El libro del Génesis fue escrito
alrededor de 1.500 años AC (CS 7), mientras los hebreos estaban aún en
esclavitud en Egipto. Contiene un boceto de la historia de este mundo que abarca
muchos siglos. Los primeros capítulos del Génesis no pueden ser colocados en un
marco histórico, según la concepción corriente de lo que es historia. No tenemos
historia del mundo ante diluviano, salvo la que fue escrita por Moisés. No
tenemos registros arqueológicos, sino sólo el testimonio mudo y a menudo oscuro
de los fósiles.
Después del diluvio la situación es diferente. La pala
del arqueólogo ha sacado a luz muchos registros de los pueblos, sus costumbres y
formas de gobierno durante el período abarcado en los capítulos siguientes del
Génesis. El período de Abrahán, por ejemplo, puede ahora ser conocido bastante
bien; y la historia de Egipto durante el período de la esclavitud de Israel
puede ser reconstruida con bastante exactitud. Durante esta era, desde Abrahán
hasta el éxodo, florecieron destacadas civilizaciones, particularmente en el
valle de Mesopotamia y a lo largo de las márgenes del Nilo. Hacia el norte los
hititas crecían en poder. En Palestina habitaban pueblos guerreros bajo la
dirección de reyezuelos. Costumbres groseras reflejaban el oscuro paganismo de
todos estos pueblos.
Fuertes vínculos raciales relacionaban a los
patriarcas del Génesis con las tribus semitas de la baja y alta Mesopotamia. Se
describe en detalle el papel de los patriarcas en algunos de los grandes sucesos
de esos primeros tiempos, tales como la batalla de los reyes en el valle de
Sidim (cap. 14), la destrucción de las ciudades de la llanura (caps. 18, 19), y
la conservación de la población egipcia durante un hambre extraordinaria (cap.
41). Los hombres del Génesis son conocidos como pastores y guerreros, como
moradores de la ciudad y nómadas, como estadistas y fugitivos. Los relatos
acerca de sus experiencias ponen a los lectores del libro en contacto con
algunas de las grandes naciones de venerable antigüedad, como también con
algunos de los pueblos menos prominentes con los cuales se relacionaron los
hebreos de tiempo en tiempo.
No son descritas en el Génesis las grandes
civilizaciones que habían surgido en Egipto como también en Mesopotamia, pero su
existencia se advierte claramente en las experiencias de los patriarcas. El
pueblo de Dios no vivía en el magnífico aislamiento de un vacío político o
social. Era parte de una sociedad de naciones, y su civilización y cultura no
diferían marcadamente de las de los pueblos que lo rodeaban, salvo en lo que su
religión crease una diferencia. Por cuanto era el remanente más importante de
los verdaderos adoradores de Jehová, por tanto formaba el centro del mundo del
autor inspirado. Esta observación obvia lleva naturalmente a la pregunta: ¿Cuál
fue el propósito principal de Moisés al escribir el libro?
4. Tema.
Todo estudiante atento del Génesis
conoce el tema principal del libro: primero la narración del trato de Dios con
los pocos fieles que lo amaron y sirvieron, y segundo, la profundidad de la
depravación en la cual cayeron los que habían dejado a Dios y sus preceptos. El
libro del Génesis es el primer registro permanente de la revelación divina
concedida a los hombres.
El libro tiene también importancia doctrinal.
Registra la creación de este mundo y de todas sus criaturas vivientes, la
entrada del pecado y la promesa de Dios acerca de la salvación. Enseña que el
hombre es un ser moral libre, poseedor de una voluntad libre y que la
transgresión de la ley de Dios es la fuente de toda la desgracia humana. Da
instrucción respecto a la observancia del santo sábado como día de descanso y
adoración, la santidad del matrimonio y el establecimiento del hogar, la
recompensa de la obediencia, y el castigo del pecado.
El libro está
escrito en un estilo interesante que atrae la imaginación de los jóvenes. Sus
elevados temas morales son alimento para los mayores, y sus enseñanzas son
instructivas para todos. Este es el libro del Génesis, cuyo estudio ningún
cristiano puede darse el lujo de descuidar y cuyos brillantes héroes puede
imitar todo hijo de Dios.
5. Bosquejo.
I .
Desde la creación del mundo hasta Abrahán, 1: 1 a 11: 26.
A. La creación
de los cielos y la tierra, 1: 1 a 2: 25.
1. Los seis días de la
creación, 1: 1-31.
2. La institución del sábado, 2: 1-3.
3.
Detalles de la creación del hombre y el huerto del Edén, 2: 4-25.
B . La
historia de la caída y sus resultados inmediatos, 3: 1 a 5: 32.
1. La
tentación y la caída, 3: 1-8.
2. La expulsión del huerto, 3: 9-24.
3. Caín y Abel, 4: 1-15.
4. Los cainitas, 4: 16-24.
5.
La generación desde Adán hasta Noé, 4: 25 a 5: 32.
C . El diluvio, 6: 1
a 9: 17.
1. La degeneración de los antediluvianos, 6: 1-13.
2.
La construcción del arca, 6: 14-22.
3. La narración del diluvio, 7: 1 a
8: 14.
4. El pacto hecho con Noé, 8: 15 a 9: 17.
D . Desde Noé
hasta Abrahán, 9: 18 a 11: 26.
1. El destino de los hijos de Noé, 9:
18-29.
2. El cuadro de las naciones, 10: 1-32.
3. La confusión
de las lenguas en Babel, 11: 1-9.
4. Las generaciones desde Sem a
Abrahán, 11: 10-26.
II. Los patriarcas Abrahán e Isaac, 11: 27 a 26: 35.
A . Abram, 11: 27 a 16: 16.
1. Llamado y viaje a Canaán, 11: 27
a 12: 9.
2. Experiencia en Egipto, 12: 10-20.
3. Separación de
Lot, 13: 1-18.
4. Rescate de Lot, encuentro con Melquisedec, 14: 1-24.
5. Pacto con Dios, 15: 1-21.
6. Casamiento con Agar, nacimiento
de Ismael, 16: 1-16.
B . Abrahán, 17: 1 a 25: 18.
1. Renovación
del pacto, Abram se convierte en Abrahán, se introduce la circuncisión, 17:
1-27.
2. Abrahán y los ángeles, destrucción de Sodoma y ciudades
vecinas, 18:1 a 19: 38.
3. Incidentes en Gerar, nacimiento de Isaac,
expulsión de Ismael, 20:1 a 21:34.
4. La prueba suprema de Abrahán, 22:
1-24.
5. Muerte de Sara y su sepultura, 23: 1-20.
6. Casamiento
de Isaac con Rebeca, 24: 1-67.
7. Descendientes de Abrahán, 25: 1-18.
C . Isaac, 25: 19 a 26: 35.
1. Hijos de Isaac, 25: 19-34.
2. Isaac y Abimelec de Gerar, 26: 1-35.
III. El patriarca Jacob,
27: 1 a 36: 43.
A . Jacob, el suplantador, 27: 1 a 31: 55.
1.
Jacob recibe una bendición mediante un engaño, 27: 1-46.
2. Jacob huye y
la visión en Bet-el, 28: 1-22.
3. Jacob trabaja por sus esposas y forma
una familia, 29: 1 a 30: 43.
4. Jacob huye de Labán, 31: 1-55.
B
. Israel, príncipe de Dios, 32: 1 a 36: 43.
1. Jacob vuelve a Canaán,
incidente en Peniel, 32: 1 a 33: 20.
2. Deshonra de Siquem, problemas
familiares, 34: 1 a 35: 29.
3. Descendientes de Esaú, 36: 1-43.
IV. José, un salvador, 37: 1 a 50: 26.
A . José y sus hermanos,
37: 1-36.
B . La caída de Judá, 38: 1-30.
C . José se mantiene
fiel a sus principios, 39: 1 a 40: 23.
D . José llega a ser el salvador
de Egipto, 41: 1-57.
E . José y sus hermanos, 42: 1 a 45: 28.
F
. Jacob va a Egipto, 46: 1 a 47: 31.
G . Las bendiciones de Jacob, 48: 1
a 49: 33.
H . La muerte de Jacob y de José, 50: 1-26.
CBA Génesis
COMENTARIO BÍBLICO ADVENTISTA GÉNESIS
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