Comentario Bíblico Adventista Isaías 41
Comentario Bíblico Adventista
Isaías Capítulo 41
1.
Escuchadme.
Dios ordena a los pobladores de las tierras distantes que escuchen en silencio mientras les había. En cuanto al escenario de este pasaje, ver com. cap. 40: 1.
Esfuércense.
"Renueven sus fuerza las naciones" " (BJ). Ver com. cap. 40: 31. Aquí y en los capítulos siguientes Isaías presenta al Señor como Amigo de Israel y su Libertador del poder de Babilonia (cap. 43: 14; 44: 26-28; 45: 1-6; 46: 1-2; 47; 48:14, 20). Babilonia, que tanta confianza depositó en sus ídolos y tanto se jactó en contra de Dios y de su pueblo, está condenada; pero los santos han de ser el objeto de una gloriosa liberación. La liberación de Israel del cautiverio babilónico y su retorno a Jerusalén es un símbolo de la liberación del pueblo de Dios del poder del enemigo en los últimos días, justamente antes de que los redimidos entren en la Jerusalén celestial (Apoc. 18: 1-4; 22: 14).
2.
Justo.
Es decir, Ciro (ver com. cap. 44: 28;
45: 1), rey de Persia, quien destruyó el Imperio Babilónico y libertó a los
judíos (2 Crón. 36: 22-23; Esd. 1: 1-4; 5: 13-15; 6: 3-5). Dios suscitó a Ciro
"en justicia" para reconstruir la ciudad de Jerusalén y libertar a sus cautivos
(Isa. 45: 13). Ciro fue un símbolo de Cristo, quien también fue llamado "en
justicia" (cap. 42: 6) y cuya tarea era "publicar libertad a los cautivos" (cap.
61: 1-2). Así como Ciro derrotó a la antigua Babilonia, así también Cristo hará
juicio contra la moderna Babilonia espiritual (Apoc. 16: 19; 17: 1, 5; 18: 1,
21). Ciro fue muy honrado en la antigüedad como varón íntegro y valiente, único
entre los antiguos conquistadores del Cercano Oriente por su noble carácter y la
justicia y la sabiduría de sus decretos. Fue Dios quien suscitó a su siervo Ciro
y subyugó a las naciones de la tierra delante de él (Isa. 44: 28; 45: 1-5; ver
com. cap. 41: 4, 8).
La primera parte de este versículo (41: 2) dice
literalmente: " "Quien hizo levantar [a uno] del este, justicia [o victoria, o
vindicación] lo encontrará a su pie". " Así describe Isaías el avance victorioso
de Ciro, cuando sus enemigos uno tras otro, se inclinarían ante él en señal de
sumisión.
3.
Por camino.
Ciro
escribió un nuevo capítulo en la historia del Cercano Oriente. Sus conquistas se
extendieron desde las orillas del mar Egeo por el oeste, hasta Partia, las
regiones del río laxartes y las extensas estepas al este del mar Caspio. La
rapidez y gran extensión de sus conquistas le dieron la reputación de ser el más
grande monarca hasta su tiempo. Tan grande fue su fama, que hasta hoy hay muchos
que recuerdan su nombre en el Cercano Oriente. A diferencia de los
conquistadores que le habían precedido, era generoso y relativamente humano con
los enemigos vencidos. Ningún general antes de él le igualó como estratega y
caudillo.
4.
¿Quién hizo?
¿Fue Ciro
quien se levantó por sí mismo para ser el gran conquistador de la antigüedad, o
era la mano de Dios la que dirigió lo que entonces acontecía en el cercano
Oriente? Dios es quien ordena y dispone en todo lo que tiene que ver con la
tierra y con el cielo. El es quien define las tareas que los hombres deben
realizar para él, e instruye a sus siervos en cuanto al momento preciso de poner
por obra sus decretos. Los propósitos de Dios han sido ordenados desde el mismo
comienzo, y siglo tras siglo Dios llama a los hombres a cumplir su voluntad.
5.
Los confines de la tierra.
Hasta
las regiones más remotas de la tierra quedaron atónitas y aterrorizadas por las
rápidas conquistas de Ciro (ver com. Dan. 8:4). Parecía estar acompañado de
poderes sobrenaturales, los cuales le dirigían para alcanzar todas sus metas.
6.
Cada cual ayudó.
Las naciones se
consultaron una a otra para tratar de detener las conquistas de Ciro. Lidia,
Babilonia y Egipto se aliaron contra Ciro.
7.
El carpintero.
Los artífices que se ocupaban en la
fabricación de imágenes se aliaron para animarse y ayudarse mutuamente en la
multiplicación de dioses, los cuales aquéllos esperaban que los librarían de
manos de Ciro. Se describe a las naciones de la tierra buscando auxilio en sus
falsos dioses para frenar un movimiento inspirado y dirigido por el Señor de los
cielos.
8.
Pero tú, Israel.
Ciro
vino como conquistador para las naciones de la tierra, pero para Israel fue un
libertador. Cuando llamó a Ciro a su servicio, Dios no había rechazado a Israel
y reafirma la invitación hecha a los 290 antepasados de éste (Exo. 19:5-6). Con
referencia a la relación entre los nombres Israel y Jacob, ver com. Gén. 32:28.
Los dos se emplean indistintamente para representar tanto a Jacob como a sus
descendientes.
Siervo mío.
El vocablo "siervo" , Heb. 'ébed , es
característico de toda esta parte de Isaías (cap. 40-66) y, junto con la idea de
la liberación por medio del gran Libertador, constituye su tema (ver com. Rut 2:
20). En el término 'ébed se combinan las ideas de adoración y de servicio. El
'ébed no sólo servía a su señor, sino que también lo honraba. Por eso el término
significaba mucho más que un servicio a cambio de salario. Con ello se daba a
entender que dicho servicio era la manifestación externa de una actitud
interior. Tal servicio no era forzado, sino voluntario (cf. Exo. 21: 5-6). El
servicio manual, físico, acompañaba al del corazón. La mano ayudadora daba
evidencia de un corazón amante. Del mismo modo, un "siervo" de Dios es el que le
ama y le sirve, el que le rinde un servicio amante.
En hebreo, el
término 'adon significa tanto "señor" como "amo", y es el complemento de 'ébed ,
"siervo".
En esta sección de Isaías, 'ébed se refiere algunas veces a
Israel como "siervo" de Jehová, como aquí y en los cap. 41: 9; 42: 19; 43: 10;
44: 1-2, 21; 45: 4; 48: 20; 49: 3, 5; 54: 17; 63: 17; 65: 8-9, 13, 15; 66: 14.
Cuando se aplica a Israel, 'ébed indicaba la relación del pacto, por el
cual Israel se había convertido en "siervo" de Jehová (Exo. 19: 3-9; 24: 3-8).
De acuerdo con ese pacto, Israel debía adorar o servir al Señor, obedeciendo
todos sus mandatos, y como representante de él, debía inducir a todas las otras
naciones a que sirvieran a Dios y le obedecieron (ver pp. 28-32). Dentro del
marco de la relación del pacto, con el sentido que Isaías le da a la palabra
'ébed al referirse a Israel, el término abunda en matices que por lo general
escapan a quien no conoce el idioma original.
El término 'ébed se emplea
con menos frecuencia para designar al Mesías como "siervo" de Jehová para la
salvación de la humanidad (cap. 42: 1; 49: 6; 50: 10; 52: 13; 53: 11). En el
cap. 53 el Mesías aparece como el "siervo" sufriente de Jehová (cap. 52: 13; 53:
2, 11). Antes de la venida de Jesús los comentadores judíos generalmente
reconocían que el cap. 53 se aplicaba al Mesías, pero desde entonces casi
siempre han negado su sentido mesiánico, y explican que aquí, como ocurre en
otros pasajes, el "siervo" designa a algún personaje de la época o a Israel como
pueblo.
En Isa. 56: 6 'ébed designa a los prosélitos judíos, es decir
los gentiles que se convertían a la fe judía. En el cap. 65: 15, puede
entenderse que 'ébed se refiere específicamente a los cristianos, pues los
"siervos" de Jehová que aquí se mencionan han de ser llamados por "otro nombre"
(1 Ped. 2: 9-10). En un caso, en Isa. 44: 26, 'ébed parece aplicarse al mismo
profeta Isaías.
9.
Los confines de la
tierra.
Dios llamó a Abrahán de Ur para que fuera su representante y
fundador de la nación de Israel. Cuatrocientos treinta años después de que
Abrahán entrara en la tierra prometida (Exo. 12: 40-41; Gál. 3: 17), Israel fue
llamado a salir de Egipto para entrar de nuevo en la tierra prometida; pero esta
vez como un "reino de sacerdotes, y gente santa" (Exo. 19: 5-6). Sin embargo, es
probable que en este pasaje Isaías se refiera específicamente a la reunión de
los exiliados procedentes de las tierras donde habían sido esparcidos (Isa. 11:
16; 56: 8; etc.).
Te escogí.
Israel pertenecía a Dios por el
derecho de elección divina, para que fuera su representante escogido en la
tierra (ver cap. 28-29). No los había desechado a pesar de sus pecados, a pesar
de que Asiria había esparcido a las tribus del norte y de que Judá pronto sería
llevado al exilio por Nabucodonosor. Isaías hace resaltar esta idea vez tras vez
(cap. 42: 1; 43: 1, 10; 44: 8, 21; 45: 4; 55: 3-4; 65: 8-9, 22). El desánimo de
Israel, insinuado en el cap. 40:1-2, se debía al temor de que Dios los hubiera
abandonado (ver com. 2 Rey. 19: 30; Isa. 37: 31; 40: 1-5, 9-11; cf. Isa. 5:
1-7).
10.
No temas.
En tiempos de
Isaías había muchos motivos visibles que causaban temor. El reino del norte,
Israel, había sido eliminado por el poderío militar asirio, y parecía que Judá
no podría subsistir mucho tiempo más. El pueblo necesitaba con urgencia un
mensaje de consuelo y esperanza. Isaías procuró infundirles ánimo y alegría
(cap. 40: 1-2; 41: 13-14; 43: 5; 44: 2).
Yo estoy contigo.
En la
época de Isaías el pueblo necesitaba muchísimo la promesa implícita en el nombre
Emanuel (ver com. cap. 7: 14), de que Dios estaría con su pueblo.
11.
Avergonzados y confundidos.
Esta promesa se cumplió de una manera impresionante en la destrucción
del ejército de Senaquerib. El que lucha contra el pueblo de Dios lucha contra
Dios mismo. Con la ayuda de Jehová, su hijo más débil supera a todas las
potestades de las tinieblas. Todo aquel que lucha contra Dios o contra su pueblo
finalmente perecerá, mientras que los mansos y leales heredarán la tierra (Sal.
37: 9-11, 20, 29, 37-38; Mat. 5: 5). En vez de "perecerán", el rollo 1QIsb de
los Manuscritos del Mar Muerto dice "se secarán".
12.
Como nada.
La aniquilación completa es el fin que
aguarda a los enemigos de Dios (Sal. 37: 9-10, 20; Prov. 10: 25; Abd. 16; Mal.
4: 1). El rollo 1QIsª de los Manuscritos del Mar Muerto omite las palabras
"buscarás y no hallarás".
13.
Te sostiene
de tu mano derecha.
Como señal de acuerdo y amistad (ver com. Amós 3:
3). En este caso es una prenda de la relación del pacto. Israel pertenecía a
Dios, y podía gozar de su dirección, fortaleza y protección.
14.
Gusano de Jacob.
Dios le
recuerda al pueblo de Israel que en sí mismo no tiene ni valor ni fuerza. Sin
Dios son una nación débil, desvalida e insignificante, sólo para ser despreciada
y pisoteada (ver Job 25: 6; Sal. 22: 6).
Tu Redentor.
El Santo
de Israel era el Redentor de su pueblo. Ellos se encontraban perdidos y, al
parecer, sin esperanza, pero él se comprometía a hacer en favor de ellos lo que
haría un pariente cercano (Lev. 25: 47-49; ver com. Rut 2: 20). Isaías presenta
con frecuencia a Dios como Redentor de su pueblo (cap. 35: 9 -10; 43: 1, 14; 44:
6, 22-24; 47: 4; 48: 17, 20; 49: 26; 52: 9; 54: 5). También Job Dios como su
Redentor Job reconoció a Dios como su Redentor. (Job 19: 25).
El Santo.
Ver com. cap. 40: 25.
15.
Trillarás.
En el antiguo Cercano Oriente se
trillaba el trigo con pesadas rastras o trillos provistos de dientes, los cuales
se arrastraban sobre el grano (cf. Amós 1: 3). Asiria había trillado cruelmente
a Israel, y Babilonia haría lo mismo con Judá. Pero finalmente el trillador
sería trillado (Jer. 51: 2, 33; cf. Dan. 7: 21-22, 25, 27; Miq. 4: 13). Los
"montes" representan a los poderes impíos de la tierra (Jer. 51:25; Dan. 2: 35).
16.
Los aventarás.
Después de ser
trillado, el grano era aventado a fin de separar el tamo. En el día del juicio
divino, cuando Dios se levante para trillar la tierra, los impíos serán como el
tamo sin valor (Sal. 1: 4; Dan. 2: 35; Mal. 4: 1; ver com. Mat. 3: 12; 13:
41,42).
17.
Buscan las aguas.
Cuando los castigos de Dios caigan sobre los impíos, éstos se
encontrarán sin alimento ni agua, pero el pueblo de Dios podrá satisfacer sus
necesidades (ver com. cap. 33: 16). También es cierto que serán satisfechas las
gentes espiritualmente hambrientas y sedientas (Isa. 55: 1; Mat. 5: 6).
18.
Fuentes.
Varias veces Isaías
representa las partes de la tierra a las cuales no han llegado las bendiciones
del Evangelio, como si fueran regiones áridas y secas, necesitadas de la
refrescante agua de la gracia divina (cap. 12: 3; 35: 6-7; 43: 19-20; 44: 3). En
este pasaje predice cuál será la suerte de Israel si la nación se vuelve a
Jehová, y la maravillosa transformación que llevará a cabo la proclamación del
Evangelio (ver com. Eze. 47: 1-12). Cristo es el agua de vida para un mundo
sediento (Juan 4: 14-15; 7: 37; cf. Apoc. 22: 1-3; Zac. 13: 1). También es
cierto que este mundo, una vez hermoso, en muchos lugares se ha convertido en un
desierto.
19.
Cedros.
En este
versículo se continúa la idea del vers. 18. Aquellas regiones que una vez
estuvieron desprovistas de la gracia de Dios, florecerán como la rosa.
Florecerán hermosos jardines de justicia en lugares donde antes no se conocieron
las verdades de la Palabra de Dios. Toda la tierra será enteramente transformada
cuando escuche y reciba el mensaje del sacrificio y del amor de Cristo. Ver com.
cap. 35: 1; cf. cap. 35: 12-13.
Cipreses.
Posiblemente el enebro
fenicio; o quizás el ciprés o el pino de Alepo.
Pinos.
Árboles
no identificados con precisión.
Bojes.
Quizá el ciprés del
Líbano.
20.
La mano de Jehová.
Los
esfuerzos del hombre son insuficientes para transformar este mundo pecaminoso.
Si este mundo impío ha de ser cambiado, lo será sólo mediante la influencia del
Santo Espíritu de Dios, y el hombre debe comprender que necesita cooperar con
Dios si quiere ver un mundo mejor. Dios creó al hombre justo, y sólo Dios puede
establecer de nuevo en él la justicia que una vez tuvo (ver 2 Cor. 5: 17). Es el
Señor quien implanta en el corazón del hombre el anhelo de lograr la santidad
(Fil. 2: 13). Todo lo que en el mundo vemos de paz, hermosura, justicia y pureza
es el resultado de la obra del Espíritu de Dios. 292
21.
Alegad por vuestra causa.
Dios desafía a los adoradores
de dioses falsos a que presenten evidencias convincentes del poder de esos
dioses. Aquí (vers. 21-26) se muestra la capacidad para predecir el futuro como
una prueba del poder divino. En esta parte de su libro, Isaías señala repetidas
veces que las predicciones proféticas son una prueba de que el verdadero Dios es
todo lo que pretende ser (cap. 41: 4; 42: 9; 43: 9; 44: 7; 45: 11, 21; 46: 9-10;
48: 3-7, 16). La otra gran prueba del verdadero Dios es su poder creador (ver
com. Isa. 40: 12, 26; cf. Sal. 96: 5).
22.
Lo que ha pasado.
Que los ídolos aleguen a favor de su
propia causa; que demuestren lo que han hecho en favor del mundo. ¿Acaso han
hecho algo para que sea un lugar mejor donde vivir? ¿Han traído justicia,
misericordia, rectitud o verdad? ¿Qué pueden revelar de los secretos del remoto
pasado? ¿Pueden, acaso, explicar cómo el mundo llegó a ser, o cómo llegó a
existir el hombre?
Lo que ha de venir.
Que los ídolos predigan,
si pueden hacerlo, acerca de las cosas que han de venir. Que intenten abrir el
futuro como si fuera un libro. Dios puede hacerlo, pero ellos no. El conoce el
futuro tan bien como el pasado. Satanás sabe algo de lo que ha de venir, pero lo
que sabe lo ha aprendido de lo que Dios ha revelado. Además, puede en parte
predecir el curso de acción que adoptarán los que están bajo su control. Pero
sólo Dios puede en verdad predecir el futuro.
Después de presentar este
reto a los adoradores de falsos dioses, el Señor presenta una serie de
predicciones notables en cuanto al futuro. Hay profecías referentes a Ciro (cap.
44: 28; 45: 1), a la venida del Mesías para dar su vida por el hombre (cap. 53),
a su misión divina (cap. 61: 1-3), a la proclamación del Evangelio al mundo
(cap. 54: 1-3; 60: 1-5), a la humillación de Babilonia y de sus ídolos (cap. 46:
1-2; 47: 1-5; 48: 14), a la liberación de los Judíos del cautiverio babilónico
(cap. 51: 11), a la restauración de la tierra a su hermosura edénica (cap. 65:
19-25; 66: 22-23), y al castigo de los impíos (cap. 66: 14-16, 24). El
cumplimiento de estas predicciones es una evidencia decisiva de que Jehová es el
verdadero Dios.
23.
Haced bien, o mal.
Los paganos creían tanto en espíritus buenos como en espíritus malos.
Adoraban a ambos. Se adoraba a los espíritus buenos a fin de recibir bienes de
parte de ellos; y se adoraba a los espíritus malos a fin de ganar su buena
voluntad y evitar su ira. Este desafío parecería indicar que estos dioses no
hacían nada, ni bueno ni malo.
24.
Vosotros
sois nada.
Este es el veredicto de Isaías respecto a los ídolos (ver 1
Cor. 8: 4). Quienes fabrican esos dioses y los adoran son abominación para el
mundo. Ocasionan a sus prójimos el mal y no el bien, y se degradan a sí mismos y
a sus semejantes (Deut. 7: 25-26).
25.
Del
norte.
Ver com. vers. 2. Se representa a Ciro avanzando desde el norte y
el este. Babilonia estaba al oriente de Judá, pero a Judea se llegaba desde
Mesopotamia por el norte, pasando por Carquemis, en el codo del Eufrates. Por
esta razón muchas veces se relaciona a Babilonia y Asiria con el norte (ver com.
Jer. 1: 14; 3: 18; 4: 6; etc.).
Invocará mi nombre.
Por lo que
se lee en 2 Crón. 36: 23 y Esd. 1: 2, es claro que, al menos hasta cierto punto,
Ciro reconoció al Dios del cielo.
Pisoteará príncipes como lodo.
Se preparaba el lodo o barro pisándolo con los pies (Nah. 3: 14). Con la
ayuda de Dios, Ciro pisotearía del mismo modo a sus enemigos (Isa. 41: 2; 45: 1)
y conquistaría el Cercano Oriente.
26.
¿Quién lo anunció?
Ver com. vers. 21-23. Isaías predijo
las conquistas de Ciro, quien fue uno de los conquistadores más hábiles y de
mayor renombre en la historia. Pero ¿cuál de los dioses de Babilonia había
predicho su actuación? Qué gran oportunidad habría sido ésta para que algún
famoso dios del Cercano Oriente predijera la venida de Ciro y así sus adoradores
pudieran decir que la corrección de su predicción probaba su divinidad.
27.
El primero que he enseñado.
Heb. "primero a Sión, aquí están, aquí están". El contexto (vers. 26) y
la segunda parte del paralelismo del vers. 26 indican que Dios se dirige a Sión.
Los dioses paganos no habían podido revelar el advenimiento de Ciro (vers. 26),
pero Dios lo había hecho, y mucho antes de que naciera. Todos podrían comprender
esto, si tan sólo así lo desearan.
28.
Ningún consejero hubo.
Entre todos los sabios y
adivinos del Cercano Oriente no hubo ninguno capaz de predecir el futuro.
Ninguno pudo responder al desafío de Jehová. 293
29.
Vanidad.
Heb. tóhu (ver com. Gén. 1:2).
COMENTARIOS DE ELENA G. DE WHITE
6 Ed 278
10 DMJ 124; DTG 249; Ed. 112; HAp 70;
MC 194; MeM 301
10,13 3JT 222; PR 235
13 CN 497; Ed 252; 3JT 111; Te 94
14 PR 235
17 CS 687; MC 86; PP 438
17-18 DMJ 25
18 AFC 339
18-20 3JT 222
CBA Isaías
COMENTARIO BÍBLICO ADVENTISTA ISAÍAS
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