Comentario Bíblico Adventista Isaías 65
Comentario Bíblico Adventista
Isaías Capítulo 65
1.
Fui buscado.
Este versículo ha sido entendido en dos formas. Puesto que Pablo cita este
pasaje y lo aplica a los gentiles (Rom. 10:20), muchos consideran que la
interpretación del apóstol era también el significado principal de Isaías. Otros
piensan que Isaías se refería en primer término a Israel, tanto en este
versículo como en el siguiente (cf. Rom. 10:21).
Heme aquí.
Durante muchos años Dios siguió siendo paciente con su pueblo
y le proporcionó innumerables oportunidades de arrepentirse. Pero como
insistiera en rechazar a los mensajeros divinos, llegó al punto donde "no hubo
ya remedio" (2 Crón. 36:16). Pero aún los terribles castigos tenían un propósito
sabio y misericordioso.
2.
Extendí mis
manos.
En señal de súplica y reconvención, o quizá a modo de invitación.
Rebelde.
De la raíz hebrea sarar , "ser terco", "ser rebelde".
Además de traducirse como "rebelde", la misma palabra se traduce como "contumaz"
(Deut. 21:18), "porfiados" Jer. 6:28).
Pensamientos.
Plural de
majashabah , "pensamiento" , "intención" , "designios" (Jer. 11:19),
"maquinaciones" (Sal. 33:10). Los males que acosan al mundo son la consecuencia
de que los hombres han antepuesto sus propias ideas a los planes y propósitos,
de Dios.
3.
Me provoca.
Ver Deut.
32:21; 2 Crón. 34:25. En los vers. 3-5 de este capítulo, se enumera una serie de
provocaciones al nombre de Dios por las cuales los judíos causaron su propia
ruina.
Sacrificando en huertos.
Ver Isa. 1:29; 57:5; 66:17; Eze.
20:28. Los cananeos practicaban las formas de culto más inmorales en medio de
hermosos huertos y bosquecillos, y con frecuencia los hebreos siguieron su
ejemplo.
Sobre ladrillos.
Los antiguos asirios y babilonios
generalmente hacían altares de piedra o metal. A los hebreos se les había
instruido que los hicieran de tierra (ver com. Exo. 20:24), o de piedras sin
labrar (Exo. 20:25). No se sabe del uso de altares de ladrillos. Es posible que
esta frase se refiera a los techos planos de las casas sobre los cuales, al
menos en el tiempo de jeremías., los judíos ofrecían incienso a los ejércitos de
los cielos (Jer. 19:13; cf. Jer. 32:29); o quizá al suelo recubierto de
ladrillos de los santuarios paganos.
El rollo 1QIsª de los Manuscritos
del Mar Muerto tiene aquí una frase interesante cuyo sentido no es claro, pues
la raíz de una palabra no es conocida. Si acaso estuviera emparentada con una
raíz acadia, lo cual se cree posible, esta frase diría "sus manos vierten
libación sobre las piedras". Pero ésta no es la única traducción posible, por lo
cual sigue la incógnita en cuanto a qué rito pagano específico indica el
profeta. La LXX dice: "Queman incienso sobre ladrillos a los demonios, los
cuales no existen".
4.
En los sepulcros.
Quizá con el propósito 368 de comunicarse con los muertos (Isa. 8:19-20;
cf. Deut. 18: 10- 12).
Lugares escondidos.
Quizá tumbas dentro
de cuevas o cámaras cavadas en la roca, como se acostumbraba en Palestina. Aquí
parece censurarse la necromancia, practicada en esos lugares.
Carne de
cerdo.
Estaba prohibido comer carne de cerdo (Lev. 11:7; Deut. 14:8).
Posiblemente se haga alusión aquí a las comidas ceremoniales de animales
sacrificados. El ofrecimiento de la carne de cerdo era parte de una ceremonia
sacrílega que un judío realizaba en tiempos de los macabeos para renunciar
solemnemente a su religión (1 Mac. 1:41-64; cf. 2 Mac. 6:18-19).
Cosas
inmundas.
Ver Deut. 14:2-3; cf. Eze. 4:14; Hech. 10: 13-14.
5.
Estate en tu lugar.
Posiblemente
este pasaje se refiera a los judíos apóstatas que al unas veces eran iniciados
en los misterios paganos, con los cuales pensaban alcanzar un tipo superior de
santidad. Las vidas de esas personas podían estar sumidas en la corrupción, pero
hacían gran alarde de santidad, considerándose como poseedoras de una santidad
especial que era negada a sus prójimos.
Humo.
Esas vanas
pretensiones en el nombre de la religión eran ofensivas para Dios y constituían
una provocación continua ante él.
6.
Escrito está.
Puesto que los pecados de Israel están
registrados, no serán olvidados sino recibirán su debida retribución. Los hechos
de todos los hombres, tanto malos como buenos, son registrados por los ángeles
en los libros del cielo, donde han de permanecer como testigos en su favor o en
su contra (Sal. 56:8; Dan. 7: 10; 12: 1; Mal. 3:16; CS 535).
No callaré.
Dios no permanecerá inactivo ni se ha de contener para siempre.
En su seno.
Se alude aquí a la antigua costumbre de recibir un
regalo dentro del pliegue de la vestimenta o del manto (Luc. 6:38).
7.
Sobre los montes.
Ver 2 Rey.
15:4, 35; Isa. 57:7; Eze. 6:13; 18:6; 20:27-28; Ose. 4:13.
Afrentaron.
Heb. jaraf , "vilipendiar", "oprobiar".
Mediré su obra antigua.
Dios les dará la retribución de sus obras anteriores.
8.
Mosto.
Se usa aquí la figura de
una viña que produce mayormente uvas malas (cap. 5:4). Pero de pronto los
vendimiadores encuentran un racimo bueno, capaz de producir buen vino, y se da
la orden: "No lo desperdicies". Esto ilustra el proceder de Dios para con su
pueblo. Aunque sus hijos han pecado y se ha decretado el castigo que ha de
tocarles, no todos son impíos y no todos han de ser destruidos. Se tendrá
misericordia de los justos que hay entre ellos y serán restablecidos en su
tierra.
Bendición hay en él.
Las uvas malas y agrias no tienen
valor y sólo sirven para ser destruidas. Las buenas uvas, que proporcionan
alimento al hombre, son una bendición de Dios.
9.
Descendencia de Jacob.
Literalmente, "semilla". La
"semilla" representa sólo una pequeña porción de la planta que la produjo. Puede
parecer insignificante, pero es importantísima porque posee la facultad de
reproducirse muchas veces. No se había de salvar a todo Jacob y a toda Judá,
sino sólo a un remanente (cap. 1:9; 10:21; 11:11; 46:3).
Mis montes.
Palestina es un país montañoso y es apropiado que se emplee esta frase
para designarlo (Isa. 14:25; cf. Isa. 57:13; Eze. 36:1-8).
Mis
escogidos.
Los escogidos de Dios no son unos pocos favorecidos, elegidos
arbitrariamente por el Señor. Son todos los que prefieren andar por los caminos
divinos de la justicia (Isa. 43:20; 45:4; Mat. 24:22).
10.
Sarón.
Una llanura fértil junto al mar entre el Carmelo
y Jope. Era una región hermosa, de abundante producción (cap. 35:2), tierra de
pastoreo para rebaños y majadas (1 Crón. 27:29), y lugar de flores (Cant. 2:1).
Dios promete recompensar con prosperidad y paz a los que le buscan.
El
valle de Acor.
Acor era un valle próximo a la llanura de Jericó. Se lo
relaciona tradicionalmente con Acán, porque allí el pueblo lo apedreó (los.
7:24-26). Es posible que en este contexto el nombre represente los límites
orientales del país. Toda Palestina, desde Sarón por el oeste hasta Acor por el
este, debía ser una tierra próspera y pacífica: el hogar del pueblo de Dios. El
"valle de Acor" se convertiría en "puerta de esperanza" (Ose. 2:15).
11.
Dejáis a Jehová.
El profeta se
dirige de nuevo a los pecadores y los idólatras, a quienes ya había censurado en
los vers. 2-3. En el "Santo monte" de Dios estaba la "casa de oración" y el
altar, donde venían a ofrecer sacrificios y a adorar a Dios (cap. 56:7). Los que
369 olvidaban el santo monte de Dios eran los que olvidaban a Jehová y rendían
homenaje a otros dioses.
Fortuna.
Heb. gad , nombre del dios de
la fortuna. El nombre Baal-gad en Jos. 11:17; 12:7 sugiere que esta forma de
culto era común en Canaán, cuando los hebreos ocuparon el territorio. En la
antigüedad se acostumbraba ofrecer un sacrificio a los dioses y luego participar
del alimento ofrecido en una fiesta en honor del dios.
Suministráis
libaciones.
Mejor, " "henchís de vino mixto la copa" (VM).
Para
el Destino.
Heb. meni , que quiere decir "destino". Se supone que era
algún dios palestino.
12.
Os destinaré.
Aquí hay un juego de palabras pues la raíz del verbo empleado ( manah )
es la misma que la de la palabra traducida como "Destino" ( meni ) (ver com.
vers. 11).
Llamé.
Compárese esto con los vers. 1-2. El pueblo
había estado molesto porque cuando necesitaba ayuda y clamaba a Dios, él no le
contestaba (cap. 63:15; 64:12). Sin embargo, el mismo pueblo tenía la culpa y no
Dios; se había destruido a sí mismo por su propia impenitencia (Ose. 13:9).
13.
Mis siervos comerán.
En los
vers. 13-15 se enumera una serie de contrastes entre los fieles de Israel y los
que se habían rebelado contra Dios. Las necesidades de los hijos de Dios serán
suplidas, mientras que los que ponen mesa para los dioses paganos sufrirán de
hambre (ver cap. 3:1; 8:21).
14.
Vosotros
clamaréis.
Llegaría el momento cuando los que se hubieran alegrado con
la iniquidad y hubieran participado en las orgías y fiestas en honor de los
dioses paganos, clamarían y llorarían por las calamidades que les sobrevendrían,
mientras que los que fueran fieles a Dios se regocijarían (ver cap. 2:11-21;
35:6-10).
15.
Vuestro nombre.
Compárese con Jer. 29:22. El nombre de estos judíos apóstatas sería
empleado en fórmulas imprecatorias.
Te matará.
Ver vers. 12.
Otro nombre.
Ver com. cap. 62:2. En el rollo 1QIsª de los
Manuscritos del Mar Muerto hay una extensa omisión después de "te matará" hasta
el vers. 16, donde dice "se bendecirá". En lugar de esa frase sólo aparece la
palabra "continuamente", por lo cual se lee, "te matará continuamente". Al
comienzo del vers. 16 se lee así: "y será que el que jura por el Dios de verdad
y jura en la tierra jurará por el Dios de verdad". Es interesante notar que el
escriba dejó un espacio en blanco de casi una línea en su manuscrito.
Evidentemente estaba copiando de un manuscrito defectuoso e intentó enmendar o
restaurar e texto.
16.
El Dios de verdad.
Literalmente, "Dios de '
amen ", o sea Dios de fidelidad o lealtad. En la LXX se lee " "el verdadero
Dios" , para hacer resaltar el contraste entre Jehová y los dioses paganos.
Olvidadas.
Ver com. vers. 17.
17.
Crearé.
En los vers. 17-25, Isaías describe los cielos
nuevos y la tierra nueva que habrían existido si el pueblo de Israel hubiera
hecho caso a los mensajes de los profetas y hubiera cumplido el propósito divino
después que volvió del cautiverio. Israel fracasó. Por lo tanto, en su
aplicación secundaria estos versículos describen los cielos nuevos y la tierra
nueva que existirán después del milenio. Sin embargo, debería entenderse que la
descripción se refiere en primer término a la situación de Israel, y sólo puede
hacerse la aplicación secundaria a la luz de lo que escribieron en cuanto a la
vida futura los autores del NT y comentadores bíblicos inspirados por Dios (ver
pp. 37-40). Cuando se sigue este principio de interpretación, el pasaje no
presenta ningún problema. Por otra parte, si se intenta aplicar todos los
detalles del pasaje a los cielos nuevos y a la tierra nueva del futuro, aparecen
varias dificultades: (1) Según lo que dice el vers. 20, a menos que se comprenda
que el lenguaje es sumamente metafórico, la muerte todavía existe (ver com.
vers. 20), mientras que Juan habla de un cielo y de una tierra donde no habrá
más muerte (Apoc. 21:4). (2) Según Isa. 65:23 (ver com. allí), siguen naciendo
niños. En los cielos y la tierra que esperamos, " "los que fueron tenidos por
dignos de alcanzar aquel siglo... ni se casan, ni se dan en casamiento" " (Luc.
20:35). El comentario de este pasaje es demasiado claro como para ser mal
aplicado: "Hay quienes hoy expresan su creencia de que habrá matrimonios y
nacimientos en la tierra nueva, pero los que creen en las Escrituras no pueden
aceptar tales doctrinas" (MM 99). (3) Según Isa. 66:23-24, los adoradores que
van camino de Jerusalén, contemplan los cadáveres de los que han pecado contra
Dios, mientras que en Apoc. 20-22 leemos que los fuegos del gran día final
renuevan completamente 370 la tierra antes de que los redimidos hagan de ella su
hogar.
Estas dificultades desaparecen totalmente cuando se interpreta el
pasaje en consonancia con los principios bosquejados en las pp. 27-40.
El fracaso de Israel impidió que estas profecías se cumplieran de
acuerdo con su intención original. Sin embargo, los propósitos de Jehová se
cumplirán plenamente (ver PR 520-521). Habrá cielos nuevos y tierra nueva, pero
la manera en la cual surgirán será algo diferente, ya que los propósitos de
Dios, en vez de cumplirse mediante Israel, la nación escogida, se cumplirán
mediante la iglesia cristiana (ver PR 526-527).
De lo primero.
En esto estarían comprendidas las "angustias primeras" (vers. 16), las
tribulaciones del cautiverio, o para nosotros las dificultades de este mundo
impío. La paz y la gloria de la tierra nueva sobrepujarán de tal modo los
problemas y las angustias del mundo presente, que en comparación las pruebas no
parecerán nada (Jer. 3:16; PE 17; cf. Isa. 43:18-19).
Algunos han
pensado que en este pasaje el profeta predice un olvido completo de las cosas de
esta tierra, al menos en relación con los pecados pasados, pero el hebreo no
necesariamente se entiende así. El verbo zakar , traducido "recordar", muchas
veces define la acción o la condición que resulta de la memoria consciente. Por
ejemplo, la declaración de que los hijos de Israel "no se acordaron" de Jehová
(Juec. 8:34) no significa que nunca pensaban en la idea de Dios. Sólo quiere
decir que la gente no rendía a Jehová el culto que el conocimiento del Eterno
debería haber producido (ver com. Juec. 8:34). Si ese matiz de significado se
aplica a la afirmación de Isaías, podría entenderse que el recuerdo de las cosas
anteriores ya no molestará ni angustiará la mente ni causará remordimiento.
En ese mundo futuro, "serán esclarecidas todas las perplejidades de la
vida" (Ed 295). Cuando ya no veamos más "por espejo, oscuramente" (1 Cor.
13:12), tendremos "un conocimiento claro e inteligente" de lo que costó nuestra
salvación (CS 709). El conocimiento de la historia del gran conflicto será la
salvaguardia para que nunca más se repita el impío experimento del pecado (CS
553).
Vendrá al pensamiento.
Literalmente, "subirá al corazón".
18.
Os gozaréis.
Incluso hoy
podemos regocijarnos al pensar en los goces y las glorias del mundo venidero. La
vislumbre de un mundo nuevo y mejor da fuerza y ánimo para hacer frente a las
dificultades del presente. Será más fácil afrontar los chascos y los desánimos
si tenemos el corazón puesto en los abundantes goces de la tierra nueva que
pronto ha de ser nuestro hogar. El texto masorético emplea aquí verbos en el
modo imperativo: "gozaos" y "alegraos". En el rollo 1QIsª de los Manuscritos del
Mar Muerto, los imperativos están en singular: "gózate" y alégrate", pero en las
versiones antiguas aparece el plural, como en el texto masorético.
19.
Me alegraré con Jerusalén.
En
el tiempo de Isaías había poca razón para alegrarse con Jerusalén. Los ejércitos
de Senaquerib subieron contra la ciudad y el rey asirio se jactó de haber
encerrado a Ezequías como se encierra un pájaro en una jaula (ver com. 2 Rey.
18:13). Cuando los embajadores babilonios visitaron a Ezequías, Isaías predijo
que vendría el día cuando los ejércitos de Babilonia subirían contra Jerusalén y
se llevarían sus tesoros y sus habitantes (cap. 39:6-7). Miqueas, contemporáneo
de Isaías, previó el tiempo cuando Sión sería "arada como campo" y su templo
sería destruido (Miq. 3:12). Pero Jehová planeaba un glorioso futuro para
Jerusalén (Isa. 52:9; 62:1, 7). La ciudad podría haber llegado a ser la gran
metrópoli del mundo. Podría haber sido "la gloriosa diadema del mundo" (DTG 530;
ver pp. 32-33). Pero cuando los judíos rechazaron al Mesías, concluyó el tiempo
de gracia para Jerusalén (Mat. 23:37-38; DTG 531). Sin embargo, el nuevo Israel
de Dios espera que su gozo sea cumplido en la nueva Jerusalén.
20.
Niño que muera de pocos días.
Muchos comentadores han quedado muy perplejos por este versículo, pues
presupone que la muerte y el pecado habrán de continuar cuando ya deberían haber
sido abolidos. Consideran que es extraño que aún subsistan la muerte y el
pecado. El problema se resuelve si se considera que Isaías describe el ciclo
nuevo y la tierra nueva como habrían sido si se hubiese cumplido el plan divino
para con Israel (ver com. vers. 17).
La resurrección y la inmortalidad
habrían sido precedidas por un período durante el cual la observancia de las
leyes de Dios y la cooperación con el programa divino habrían eliminado en gran
medida la enfermedad y 371 la muerte prematura. En este versículo, Isaías hace
resaltar esas bendiciones que Israel habría de recibir si cumplía con el plan
divino. Su lenguaje es poético, pero el sentido general parece claro. En primer
lugar, señala que no habría mortalidad infantil.
Sus días no cumpla.
Es decir, no habría muertes prematuras, El anciano no moriría hasta que
no hubiera vivido sus años normales.
Niño.
Heb. ná'ar , "joven".
Aquí se menciona al tercer grupo, el de los jóvenes. Lo que se afirma respecto a
ellos corresponde con lo que se dijo sobre los otros dos grupos. Los jóvenes no
morirían hasta que no hubieran cumplido sus años de vida. Aquí se considera
normal una vida de 100 años. No se dice por qué se ha escogido esta cifra. Sin
duda se trata de un número redondo que en tiempos de Isaías representaba una
vida muy larga. Según el Sal. 90: 10, cuyo autor podría haber sido Moisés, la
vida normal del hombre era de 70 años. Unos pocos alcanzaban los 80 años. De los
reyes de Judá desde Roboam hasta Joacim, cuyos años de vida pueden calcularse,
se obtiene un promedio de 47 años. Por eso puede deducirse que 100 años en
tiempos de Isaías sería una vida mucho más larga que a la que comúnmente podría
aspirar el término medio de los humanos.
Las promesas que aquí se hacen
a Israel a condición de que cooperara con el plan divino pueden compararse con
las promesas que se le hicieron en ocasión del éxodo. En ese tiempo el Señor
prometió quitar toda enfermedad (Deut. 7:15). Puesto que cumplieron con las
condiciones, las promesas también se cumplieron. "No hubo en sus tribus enfermo"
(Sal. 105:37; ver también PVGM 230). Nuevamente se le ofrecieron a Israel las
mismas promesas de longevidad y de inmunidad a las enfermedades; las condiciones
también fueron las mismas.
Las condiciones que aquí se describen -un
Israel reavivado espiritualmente, obrando en armonía con el plan celestial y
heredando una tierra de Palestina otra vez productiva (Isa. 65:9-10)- habrían
precedido a la erradicación final del pecado y de los pecadores, la resurrección
y la consiguiente inmortalidad para los justos. Isaías describe los pasos que
llevan a esos acontecimientos finales tales como se habrían cumplido para con la
nación de Israel.
Debido al fracaso de Israel y al consiguiente
cumplimiento de estas promesas en la iglesia cristiana (PR 526-527), ciertos
detalles serán modificados, pero el acontecimiento culminante final -la
aparición de cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia-sigue
siendo la bienaventurada esperanza de los santos en la actualidad (2 Ped. 3:13;
Apoc. 21:1-2). Durante largo tiempo la iglesia ha orado para que llegue ese
momento (Mat. 6: 10).
Algunos han entendido que la frase "el niño morirá
de cien años" significa que un hombre de 100 años apenas sería considerado un
joven. Creen que debe hacerse una comparación con la situación que existía en
este mundo antes del diluvio. "Antes del diluvio, los hombres vivían centenares
de años, y cuando tenían cien años, apenas eran considerados jóvenes" (4SG 156).
Sin embargo, sería muy extraño que se empleara el verbo hebreo muth , "morir",
para describir la transición de la juventud a la edad adulta. Puesto que el
pasaje puede comprenderse perfectamente si se le da al verbo muth su sentido
natural, parecería mejor evitar una interpretación complicada y dudosa de la
palabra.
Maldito.
En contraste con las bendiciones de que
gozarán los justos, el pecador aunque llegara a los cien años de vida, sería
maldito.
21.
Edificarán casas.
Los
israelitas habían perdido sus casas, sus campos y sus viñedos debido a muertes
prematuras, a la invasión de sus tierras y a la deportación. Cuando Israel fuera
restablecido, esas calamidades ya no ocurrirían. En los cielos nuevos y la
tierra nueva que pronto se establecerán, la vida no será interrumpida ni
siquiera por la muerte. En buena medida, la vida en la tierra nueva será similar
a la que vivió el hombre en el paraíso antes de que entrara el pecado. En el
mundo renovado habrá todos los deleites y las comodidades del antiguo Edén.
Habrá árboles, flores, arroyos, frutos deliciosos y hermosos hogares. El mundo
será del hombre para que lo disfrute, para que construya para sí el tipo de casa
que desee, y para que, con el corazón humilde del que está dispuesto a aprender,
dialogue con la naturaleza y con el Dios de la naturaleza.
22.
Según los días de los árboles.
El árbol es símbolo de permanencia e inmutabilidad. Compárese con el
cap. 40:6.
La obra de sus manos.
La vida en la tierra nueva no
será una existencia de ocio. Los redimidos trabajarán y disfrutarán del fruto de
372 sus labores. En esa tierra, el trabajo será un consuelo y una fuente de
interminable deleite. Los santos planificarán sus casas y sus jardines y tendrán
el tiempo y los medios para llevara cabo sus planes.
23.
Darán a luz.
Heb. yalad , "dar a luz niños" (ver com.
vers. 17).
Para maldición.
Heb. behalah , "terror", "sobresalto"
(BJ). Esta misma palabra aparece en Lev. 26:16; Sal. 78:33; Jer. 15:8. Las
madres no darían a luz hijos que murieran por enfermedad, catástrofes o guerra.
Sus descendientes con ellos.
Se describe aquí una familia
patriarcal numerosa, feliz y próspera. Viven juntos en paz y trabajan juntos
para el bien común. Son todos hijos de un mismo Padre, por lo cual son todos
hermanos y cultivan los mismos intereses.
24.
Antes que clamen.
En su pecado y angustia, los
israelitas habían clamado a Dios, pero creían que estaba muy distante y que era
indiferente a sus clamores y a su gran necesidad (cap. 40:27; 49:14; 63:15;
64:12). Pero Dios les había dicho claramente que eran sus pecados los que
impedían que él escuchase sus plegarias (cap. 1:15; 59:1-3). Ahora, con el
corazón renovado por la gracia divina y orando de acuerdo con la voluntad de
Dios, no habría demora para recibir respuesta. Aun antes de que sus hijos
expresaran sus deseos y clamaran a él, Dios se anticiparía a sus pedidos y les
proporcionaría todo lo que pudiera contribuir a su bienestar y a su felicidad.
25.
El lobo y el cordero.
Ver com.
cap. 11:6-8.
Alimento de la serpiente.
Ver com. Gén. 3:14.
Ni harán mal.
Ver com. cap. 11:9.
COMENTARIOS DE ELENA G. DE WHITE
1-2 HAp
301
5 OE 351; PVGM 137; 4T 257; 5T 342; TM 186
6-7 CS 535
8 DTG 123; MC 256; Te 86
17 PR 541
18-19 PR 538
19 CH 338; CS 735; Ed 264; SR 431; TM 421
21-22 CS 734; Ed 293;
MeM 369; PR 540
25 Ed 293; MeM 365; PE 18;1T 68
CBA Isaías
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