Comentario Bíblico Adventista Isaías 26
Comentario Bíblico Adventista
Isaías Capítulo 26
1.
En aquel día.
Es decir, en el gran día de Jehová descrito en los cap. 24 y 25. Será un día de angustia y destrucción para los impíos, pero de salvación y regocijo para el pueblo de Dios. Este capítulo es un cántico de esperanza y confianza, una expresión de lo que sentirá el pueblo de Dios cuando las dificultades inunden la tierra y Cristo esté a punto de volver para reinar.
Fuerte ciudad tenemos.
En los tiempos de Isaías ésta era la ciudad literal de
Jerusalén y el monte de Sión (cap. 24: 23). Senaquerib marchó al frente de los
ejércitos asirios para tomar a Jerusalén, pero no lo logró (ver com. cap. 36;
37). Lo que el poder del hombre no pudo hacer en favor de la ciudad, lo hizo el
poder de Dios. El Señor convirtió a Jerusalén en ciudad de salvación y
fortaleza, cuyos muros eran inexpugnables.
2.
La gente justa.
Jerusalén será llamada
"Ciudad de justicia, Ciudad fiel" (cap. 1: 26), porque todos sus habitantes
serán santos y justos. Sólo los que sean leales a Dios y le sirvan con fidelidad
pueden esperar "entrar por las puertas en la ciudad" (Apoc. 22: 14; ver com.
Mat. 7: 21-27).
Guardadora de verdades.
Mejor, " "que guarda
fidelidad" " (BJ) o " "que se mantiene fiel" " (NC).
3.
Completa paz .
Heb. "paz, paz". Perfecta paz será la
herencia de los santos en el reino de Dios, y también puede ser la feliz
experiencia de los hijos de Dios aquí y ahora. La perfecta sumisión a la
voluntad de Dios trae consigo la bendición de la perfecta serenidad. El
cristiano maduro está en paz con Dios, consigo mismo y con el mundo que lo
rodea. Compárese con el caso de Pablo (2 Cor. 11:23-28; cf. cap. 4:8-10), con su
filosofía del sufrimiento (2 Cor. 4:17-18), y la confiada seguridad que expresa
a sus lectores (Fil. 4:7). Las dificultades y la agitación pueden rodearnos,
pero a pesar de ello podemos gozar de una calma y una paz que el mundo desconoce
por completo. Esta paz interna se refleja en un rostro alegre, un genio
tranquilo y una vida ferviente y vigorosa que estimula a todos aquellos con
quienes tratamos. La paz del cristiano no depende de la situación pacífica del
mundo que lo rodea, sino de que el Espíritu de Dios more en su corazón (ver com.
Mat. 11: 28-30; Juan 14: 27).
4.
Jehová el
Señor.
Ver com. cap. 12: 2
La fortaleza de los siglos.
Heb. "roca de los siglos", o sea, "eterna". Cristo es la "Roca eterna"
para todos los que aprenden a confiar en él (Isa. 17: 10; ver com. Deut. 32: 4;
Mat. 16: 18; 1Cor. 10: 4).
5.
Ciudad
exaltada.
Quizá Babilonia (ver com. cap. 25: 2), la ciudad cuyo rey
jactanciosamente se colocaba por encima de las estrellas de Dios (ver com. cap.
14: 4, 13). La Babilonia simbólica y Jerusalén siempre han sido enemigas
acérrimas en la gran lucha de todos los siglos (ver com. Isa. 14: 4; Apoc. 17:
5; 18: 24). En Isa. 13: 19-22 hay una descripción gráfica de la caída de la
Babilonia literal. En Apoc. 16: 19; 17: 16; 18: 2, 6, 8, 20-23; 19: 2 se
encuentra la descripción hecha por Juan de la destrucción de la Babilonia
simbólica.
6.
Los pies del afligido.
Es decir, del oprimido pueblo de Dios (ver com. Mat. 5: 3). En la
antigüedad los vencedores se hacían representar en sus monumentos de victoria
con el pie colocado sobre el cuello del enemigo derrotado. Aquí se dice que los
afligidos y menesterosos de Dios pisarán a la orgullosa Babilonia, caída a sus
pies. El fiel pueblo de Dios soportó por largo tiempo la cruel opresión de
Babilonia, pero ahora la situación se invierte. Babilonia será humillada por
tierra y el pueblo de Dios triunfará sobre ella. Compárese con Isa. 14: 2, donde
se dice que " "cautivarán a los que los cautivaron, y señorearán sobre los que
los oprimieron". " Lo mismo ocurrirá con la Babilonia simbólica.
7.
Rectitud.
Heb. "camino
nivelado".
Tú que eres recto.
Dios es justo en su trato tanto
con los piadosos como con los impíos. Allana el camino de los que le sirven; los
guía por sendas de justicia, y los dirige siempre hacia adelante y hacia arriba,
hacia las puertas de la ciudad eterna.
Pesas.
Heb. "allanas",
"nivelas". En vez de 243 decir "allanas el camino de los justos", el rollo 1QIsª
de los Manuscritos del Mar Muerto dice "aseguras el sendero de justicia".
8.
Juicios.
Ver com. Sal. 119: 7.
El deseo.
Los justos anhelan ser semejantes a Dios y estar con
él. El "nombre" de Dios revela su carácter y su voluntad. El ferviente deseo del
pueblo de Dios es recibir una manifestación más completa de la voluntad divina a
fin de poder andar en los caminos y cumplir con los propósitos del Señor.
9.
Con mi alma.
El anhelo de Dios
que sentía Isaías sentía es similar al del salmista (Sal. 42: 1-2; 62: 1, 5; 63:
1, 5-6). Sea que lo hombres reconozcan o no, los anhelos íntimos del corazón
sólo se pueden satisfacer mediante el conocimiento de Dios y la comunión con él.
Sin Dios siempre falta algo en el corazón y en la vida que ninguna cosa de este
mundo podrá suplir satisfactoriamente.
Juicios tuyos.
Los
juicios de Dios impresionan a todos, salvo a los pecadores más empedernidos. Por
causa de aquéllos muchos se apartan de los caminos del mal para andar en las
sendas de la justicia. Hay quienes están tan preocupados con los asuntos
terrenales, que sólo los juicios del cielo pueden hacerles sentir el peligro en
que están.
10.
Piedad.
"Favor" "
(VM) o " "gracia" " (BJ) Es exactamente lo opuesto a los "juicios" " (vers. 9).
La prosperidad no logra lo que puede la adversidad. Algunas personas no aprecian
la bondad ni aprenden nada de ella. Aunque estén rodeadas de una atmósfera de
bondad y de justicia no pueden retribuirlas, sino que continúan tratando
injustamente a otros. No comprenden que Dios conoce y toma en cuenta su
proceder.
11.
No ven .
Cuando Dios
eleva su mano con bondad para guiar y proteger a su pueblo, los impíos no ven.
No ven porque quieren ser ciegos a las cosas espirituales. Pero vendrá el tiempo
cuando serán forzados a ver. Entonces se avergonzarán de su conducta.
Verán el fin.
Esta parte del versículo se traduce mejor, "
"verán tu celo por el pueblo y se avergonzarán" " (BJ). "Celo" se traduce del
hebreo qin'ah , "ardor", "pasión", "celo".
Fuego.
Esto es, el
"fuego" reservado para los enemigos de Dios.
12.
Tú nos darás paz.
Para los enemigos de Dios habrá fuego
(vers. 11); para los justos, paz.
En nosotros.
O "por nosotros"
" (VM). Dios obra constantemente en favor de su pueblo, nunca en su contra. Las
pruebas y las tristezas que debe experimentar son para su bien.
13.
Otros señores.
Quizá sea una referencia
otras naciones, tales como Egipto y Asiria. Por algún tiempo Israel se vio
obligado a someterse a su dominio, pero sólo reconocía a un Señor: a Dios.
Acordarse del nombre de Dios significa alabarle, honrarle y serle fiel.
14.
Muertos son.
Han muerto los
enemigos de Israel que habían procurado aplastarlo. Esto ocurrió con el ejército
egipcio en el mar Rojo, y con los asirios comandados por Senaquerib.
15.
Aumentaste el pueblo.
Judá
aumenta, en contraste con todos sus enemigos que han perecido (vers. 14). La
escena de victoria que aquí se pinta sólo podrá completarse plenamente cuando
Cristo ponga a todos sus enemigos por estrado de sus pies (Sal. 110: 1; Mat. 22:
44), y cuando "los reinos del mundo" hayan sido sometidos a su gobierno sabio y
justo (Dan. 2: 44; Apoc. 11: 15). Dios hará en el mundo renovado lo que habría
hecho en favor de Israel si esa nación le hubiera sido fiel (ver pp. 29-32).
Ensanchaste todos los confines .
Según el plan original de Dios,
las fronteras de Israel gradualmente se habrían extendido hasta abarcar todo el
mundo (ver pp. 30-32). Cuando Israel rechazó a Cristo y fue a su vez rechazado,
la iglesia cristiana heredó la promesa de expansión mundial, la cual será final
y totalmente cumplida en la tierra nueva (ver pp. 32, 37).
16.
Los castigaste.
Buscaron a Dios
como resultado de su castigo. Las aflicciones trajeron como consecuencia un
genuino escudriñamiento de corazón y fervientes oraciones en busca de
liberación.
17.
Como la mujer.
Este
símil expresa la amarga angustia y la consternación del pueblo de Dios en la
hora de la prueba (Jer. 4: 31; 6: 23-24; 30: 6; ver com. Isa. 13: 8). Esta
dolorosa experiencia será seguida por una eternidad de gozo (Juan 16: 20-21).
18.
Dimos a luz viento.
A pesar de
los esfuerzos hechos durante siglos, no se vieron resultados de valor. Israel
creía haber servido a Dios en vano. Las gloriosas promesas no se habían
cumplido. En las pp. 29-36 hay un resumen del plan original de Dios para con
Israel, y del fracaso de la nación que no alcanzó a cumplir los requerimientos
divinos para recibir las bendiciones prometidas. 244
19.
Tus muertos.
Después de hablar de las insatisfactorias
experiencias del presente, el profeta nuevamente dirige su atención a los
gloriosos gozos futuros, cuando los "muertos en Cristo resucitarán" para estar
para siempre con su Señor (1 Tes. 4: 16-17). Ezequiel comparó la restauración de
los judíos después del cautiverio babilónico con la resurrección de los muertos
(Eze. 37: 1-14). La liberación del poder del enemigo de ese momento simboliza la
más grandiosa liberación del poder de Satanás y de la tumba. El retorno de los
judíos de la Babilonia literal simboliza la liberación de todo el pueblo de Dios
de la Babilonia simbólica (ver com. Apoc. 18: 2, 4).
Moradores del
polvo.
Es decir, los muertos que están en la tumba (Gén. 3: 19; Ecl. 12:
7).
20.
Indignación.
La indignación
de Dios contra sus enemigos. La "indignación" final de Dios se sintetiza en las
siete plagas postreras (Apoc. 14: 10; 15: 1; cf. Isa. 34: 2; Nah. 1: 6). El
pueblo de Dios tuvo que permanecer dentro de sus casas mientras eran muertos los
primogénitos de Egipto (Exo. 12: 22- 23). Dios invita a su pueblo a que se
esconda en él durante las siete últimas plagas, para que él pueda serle "amparo
y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones" (Sal. 46: 1).
Protegido de esta manera, su pueblo no necesita temer, "aunque la tierra sea
removida, y se traspasen los montes al corazón del mar" (Sal. 46: 2; cf. Sal.
25: 5; 91: 1-10). La indignación divina no dura sino "un momento" (Isa. 54: 8;
cf. Sal. 30: 5). Para el Señor la obra del juicio es una "extraña obra" (Isa.
28: 21). Pero la hora de la indignación divina contra los impíos es también la
hora de la liberación y el triunfo del pueblo de Dios.
21.
Descubrirá la sangre.
La tierra ha sido contaminada por
muchos crímenes y mucha sangre inocente que clama por venganza como la de Abel
(Gén. 4: 10; Apoc. 6: 10; 18: 20, 24; 19: 2). En los siguientes pasajes se hace
referencia a la venganza divina sobre los impíos: Miq. 1: 3-9; Jud. 14-15; Apoc.
19: 11-21.
COMENTARIOS DE ELENA G. DE WHITE
1-4 Ed 162
2 MeM 274; PR 271; SR 413; 1T61
3 CN
331; DMJ 73; DTG 298; HAp 407;
MC 221; MeM 10, 186, 346, 348; OE
277; PR 400; PVGM 159; SR 317
4 MeM 10; PP 438; TM 392
7
TM 446
9 PR 230
9-10 PP 343
19 CS 345; DTG 730; PE 16;
PR 538; 1T 60
20 Ed 176; FE 545; 2JT 454; 3JT 11; PR 208
20-21
CS 692; PR 536; PVGM 165; TM 182
21 CS 715; Ev 20; 3JT 143; PP 352; PR
208; SR 415; 2T 446; 8T 53; TM 466
CBA Isaías
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