Comentario Bíblico Adventista Isaías 49
Comentario Bíblico Adventista
Isaías Capítulo 49
1.
Oídme, costas.
Isaías se dirige aquí a las naciones gentiles de las costas del mar Mediterráneo. Con este versículo comienza una sección importante del libro de Isaías (cap. 49-53), en la cita] el "Siervo" de Jehová es básicamente Cristo (ver com. cap. 41: 8). El tema de esta sección es la gloriosa misión del "Siervo" de Dios y su ministerio en esta tierra. Israel será restaurado, y los gentiles, congregados. En las pp. 28-34 se presenta un estudio detallado del papel que Israel debía desempeñar en la proclamación del Evangelio.
Me llamó desde el vientre.
Desde el momento de la concepción Cristo fue apartado para un propósito: traer salvación a los hombres (Mat. 1: 20-21). El cuadro profético del Mesías y de su obra es inigualable.
2.
Como espada aguda.
Es decir, el mensaje del Mesías sería efectivo. La espada es un símbolo adecuado del poder cortante y penetrante de la Palabra de Dios (cf. Ose. 6: 5; Efe. 6: 17; 2 Tes. 2: 8; Heb. 4: 12; Apoc. 1: 16; 19: 15, 21).
Saeta.
Otro símbolo del poder rápido y penetrante de las palabras de Cristo.
En su aljaba.
Cristo fue guardado por Dios hasta que llegó el momento preciso para que cumpliera su misión (Mar. 1: 15; Gál. 4: 4). Cuando llegó el momento predicho por Daniel (ver com. Dan. 9: 25; Mar 1: 15), Cristo vino al mundo y con presteza cumplió su misión.
3.
Mi siervo eres, oh Israel.
Ver com. cap. 41:
8.
4.
Por demás he trabajado.
Aquí
responde Israel, a quien se le han dirigido las palabras del versículo 3. Los
fieles en Israel estaban desanimados por el infortunio que al culminar en el
cautiverio babilónico, les haría pensar que era inútil seguir esperando el
glorioso destino prometido a Israel (ver pp. 31-34). Les parecería entonces que
los días se prolongaban y que la visión era un futuro distante (cf. Eze. 12:
22-28). Así también Cristo en algunas ocasiones sintió profundamente que su
ministerio en favor de los hombres era muy poco apreciado.
5.
Ahora pues.
Habla de nuevo el
Mesías.
Para congregarle a Israel.
Cristo vino para que Israel
se volviera de nuevo a Dios (ver Eze. 34: 11-16; Mat. 15: 24).
6.
Luz de las naciones.
Aunque el
Mesías vino como pastor para reunir las ovejas perdidas de Israel (ver com.
vers. 5), tenía también "otras ovejas que no son de este redil" (Juan 10: 16).
Vino para ser el Salvador, no sólo de Israel, sino también del mundo (Juan 3:
16). Las barreras nacionales habrían de ser derribadas (Efe. 2: 14), y el
mensaje de esperanza de Cristo sería Proclamado hasta los confines de la tierra
(Mat. 24: 14). En las pp. 27-40 se trata ampliamente acerca de la misión de
Israel para el mundo.
7.
Verán reyes.
Cf. cap 52: 15. El Mesías se presentaría como "siervo" (cap. 49: 5; 52:
13; ver com. cap. 41: 8), y sería despreciado por los hombres (cap. 52: 14; 53:
2-3); pero llegaría la hora cuando los hombres más eminentes de la tierra
caerían de rodillas ante él para rendirle homenaje (Sal. 72: 10-11; ver com.
Isa. 45: 23; 52: 13-15; I)I). 30-32). Nunca 317 hombre alguno fue más odiado que
Jesús, ni tampoco ninguno fue más amado. Y porque se humilló a sí mismo, le fue
dado "un nombre que es sobre todo nombre", " para que ante él " "se doble toda
rodilla" (Fil. 2: 8-10).
8.
En tiempo
aceptable.
Heb. " "en tiempo de gracia" , o sea en el tiempo de la vida
y el ministerio de Cristo (Isa. 61: 2; cf. Luc. 4: 19). Cristo vino al mundo
para ser el mediador del nuevo pacto entre Dios y el hombre (ver Jer. 31: 31-34;
Mat. 26: 28; Luc. 22: 20; Heb. 8: 6-13).
Asoladas heredades.
Un
lenguaje figurado. El Mesías haría cumplir en su pueblo todas las promesas
hechas a los padres. Los suyos se convertirían en "coherederos" " con él (Rom.
8: 17; cf. Gál. 3: 29; Efe. 3: 6; Heb. 1: 14). La tierra espiritualmente se
había tornado asolada y estéril por causa del pecado (DTG 27-28), pero cuando se
cumplió el tiempo predicho, Dios envió a su Hijo al mundo (Gál. 4: 4), y por
medio de él derramó "sobre el mundo tal efusión de gracia sanadora, que no se
interrumpiría hasta que se cumpliese el plan de salvación" (DTG 28). La venida
del Mesías dio comienzo al "año de la buena voluntad de Jehová" , el cual tenía
el propósito de levantar "los asolamientos primeros" y restaurar " "las ciudades
arruinadas, los escombros de muchas generaciones" " (Isa. 61: 1-4; cf. Luc. 4:
18-19).
9.
Digas a los presos.
Ver
com. cap. 42: 7.
En tinieblas.
Es decir, las tinieblas de la
ignorancia y del pecado. Cristo vino a la tierra como Luz del mundo, para sacar
a los hombres de la oscuridad a la gloriosa luz de su Evangelio (Juan 1: 4-5, 9;
3: 19; 8: 12; 9: 5; 12: 35-36, 46; 1 Ped. 2: 9).
10.
No tendrán hambre.
Se pinta aquí el cuadro de un rebaño
atendido por sin tierno pastor. A ese rebaño no le falta ni. pasto ni agua (Sal
23; Juan 10: 11, 14).
Ni el calor.
Se refiere a un calor
abrasador, como del viento solano que sopla desde el desierto.
11.
Calzadas.
Esas "calzadas"
servirían para que se proclamara el Evangelio a todas las naciones, y para que
los hombres viajaran a Jerusalén a fin de adorar al verdadero Dios (ver com.
cap. 11: 16; 35: 8; 40: 3; 62: 10; pp. 30-31).
12.
De lejos.
De todas partes regresarían los
exiliados de Israel a su patria, y los hombres se acercarían a la verdadera luz
desde los confines de la tierra (ver com. vers. 11; cap. 56: 6-8).
Sinim.
Un país probablemente muy lejano, que sin duda se
encontraba al sur o al oriente de Judá, puesto que ya se han mencionado el norte
y el occidente. No se ha logrado determinar con precisión la verdadera ubicación
de "la tierra de Sinim ". La interpretación tradicional, de que dicho nombre se
aplica a China, se basa en el parecido que existe entre la palabra hebrea Sinim
-transliterada "Sinim" en la RVR-con Ch'in, una dinastía que reinó en China
durante la última parte del siglo III a. C. Desde tiempos muy remotos hubo
relaciones comerciales entre China y algunos países occidentales. En la antigua
Tebas, Egipto, se han encontrado porcelanas que llevan inscripciones chinas.
Parece que los judíos persas también comerciaban con los mercaderes de seda de
la China. Pero no existe ninguna evidencia de que se empleara la palabra Sinim,
ni tampoco Ch'in, para designar a la China, hasta varios siglos después del
tiempo de Isaías. No habiendo ninguna evidencia histórica de que aquí se designe
a la China, algunos eruditos han sugerido que se refiere a Sewen o Sewenim ,
Assuán (Syena) en el Alto Egipto. El uso arameo tiende a confirmar esta idea. El
rollo 1QIsª de los Manuscritos del Mar Muerto dice sewenyyim , lo cual parece
también insinuar que se trata de Syena o Assuán. La LXX dice "tierra de los
persas". Otros han sugerido que el lugar podría identificarse con el Sinaí, en
el desierto de Sin (Exo. 16: l), con Fenicia o con el desierto del norte de
Arabia.
13.
Cantad alabanzas, oh cielos.
Ver com. cap. 44: 23; cf. Sal. 96: 11-12.
Ha consolado a su
pueblo.
Ver com. vers. 14-15; cap. 40: 1.
14.
Pero Sión dijo.
Dios tenía grandes planes para su
pueblo, pero los suyos creían que él los había olvidado (ver com. Isa. 40: 27;
54: 6-7; cf. Sal. 137: 1-4).
15.
¿Se
olvidará la mujer?
El amor más poderoso que el ser humano puede conocer
es el de una madre para su hijo, y éste es el amor que Isaías emplea para
ilustrar el amor de Dios para su pueblo.
16.
Te tengo esculpida.
O, "inscrita". Israel temía que
Dios hubiera olvidado las promesas del pacto que había hecho con los padres (ver
com. vers. 14). Podría parecer que la situación de Israel en tiempo de Isaías
indicaba tal olvido. Pero Isaías afirma que su pueblo no tiene idea de la
profundidad ni de la 318 perdurabilidad del amor que Dios le tiene como pueblo
(ver Deut. 7: 7-8). Las huellas de los clavos en las manos de Cristo serán, por
los siglos sin fin de la eternidad, un recordatorio permanente de su amor por
los pecadores (ver Juan 15: 13).
Tus muros.
Los muros de Sión,
símbolo de la fuerza y el bienestar de la nación.
17.
Tus edificadores.
Los judíos que regresarían del exilio
para reedificar los muros de Jerusalén destruidos por Nabucodonosor (2 Rey. 25:
10).
Tus destruidores.
Los asirios, y más específicamente, los
babilonios. Pero los destruidores de Jerusalén serían también destruidos.
18.
Todos éstos.
Es decir, los
repatriados del exilio (ver cap. 60: 4-5), que, junto con los prosélitos
gentiles, una vez más levantarían los muros de Sión (cap. 60: 3-4, 10; ver pp.
30-31).
Serás vestida.
Se representa a Sión, adornada con la
persona de sus habitantes, como una novia engalanada. Los repatriados y los
prosélitos serían para ella como adornos de gracia y hermosura (ver Isa. 62: 3;
Mal. 3: 17).
19.
Será estrecha.
Judá sería restaurada y repoblada. Si la nación restaurada hubiera sido
fiel, el aumento de la población habría sido tal que el territorio original
hubiese sido demasiado pequeño (ver Isa. 54: 2- 3; Zac. 10: 10).
Serán
apartados lejos.
Cf. vers. 17.
20.
Los hijos de tu orfandad.
"Los hijos de tu estado
desamparado" " (VM); " "Los hijos de que fuiste privada" (BJ). Sión había
perdido a sus hijos e hijas, y había sido rechazada por Jehová su marido. Sin
embargo, volvería a tener hijos (ver cap. 54: 1).
21.
¿Quién me engendró?
Sión, como se considera abandonada
y desolada (ver.com. vers. 14), queda abrumada ante su condición posterior (cap.
54: 1).
Peregrina.
Heb. "deportada". Isaías, movido por la
Inspiración y anticipándose al cautiverio babilónico, oye lo que dicen los
cautivos de Israel acerca de lo que experimentarán " "junto a los ríos de
Babilonia" (Sal. 137: 1).
22.
Las naciones.
Las naciones ayudarían a los judíos para que regresaran a su patria y
restauraran a Sión después del cautiverio (ver com. Esd. 7: 15; 8: 25-27; ver
pp. 31-34).
23.
Reyes serán tus ayos.
Los gobernantes de la tierra ayudarían a los judíos para que regresaran
a su patria y reconstruyeran a Sión.
24.
¿Será quitado el botín?
Una pregunta retórica a la cual
se da respuesta en los vers. 25 y 26.
25.
El cautivo.
En primer lugar, los cautivos hebreos, los
que fueron desterrados por los asirios; después, los que habrían de ser tomados
por Nabucodonosor; y finalmente, en forma figurada, todos los que hubieran sido
retenidos como cautivos por Satanás.
Salvaré.
La respuesta es
enfática. Dios puede salvar, y salvará. Su pueblo no tiene por qué temer. No
debe fijar su atención en la fuerza de quienes lo oprimen, sino en el poder del
gran Libertador.
Tus hijos.
Es decir, los hijos de Sión (vers.
14-22). Isaías se refiere específicamente a los expatriados hebreos, esparcidos
en países extranjeros. En hebreo, la palabra "hijos" puede referirse a la
"descendencia". Los que se oponen a Dios y a su pueblo se volverán el uno contra
el otro (Eze. 38: 21; Zac. 14: 13) y se destruirán mutuamente. Los padres tienen
hoy el privilegio de invocar para sus hijos la promesa que en este pasaje se le
hizo al antiguo Israel, porque nuestros pequeños son el objeto del amor divino.
26.
Conocerá todo hombre.
Ver com.
cap. 45: 23.
COMENTARIOS DE ELENA G. DE WHITE
2-6 3JT 179
4-5 DTG 633
6 DTG 45,430; PR 277;
8T 57
6-10 PR 508
7 DTG 633; PVGM 149
8-9 MC 74; PR 277
8-10 DTG 633
8-11 HAp 10
10 DMJ 23
12 PR 277
13-16 HAp 10
14-16 CS 684; DMJ 108; MC 193
15 CC 55; CS
35; ECFP 123; FE 153; FV
282; MeM 306; 5T 633 15-16 5T 230
16 CS
538; DTG 445; Ev 304; FE 273;
2JT 177; PR 418,433; TM 363; 5TS 263
24 MJ 49
24-25 DTG 224; MC 62,119; PR 280
25 HAd 286;
MeM 21, 363
CBA Isaías
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