Comentario Bíblico Adventista Isaías 59
Comentario Bíblico Adventista
Isaías Capítulo 59
1.
La mano de Jehová.
Muchos israelitas atribuían las dificultades que acosaban a la nación a la
incapacidad de Dios para liberarlos. Habían llegado a tener una concepción de
Dios similar a la que los paganos tenían de sus dioses. Les parecía que Jehová
era como una deidad local cuyo poder era limitado y que, al parecer, no podía ni
siquiera protegerlos de los dioses y de los ejércitos de las naciones
circunvecinas. Culpaban a Dios de sus aflicciones. En este pasaje el Señor
responde a esas cavilaciones. Les dice que la culpa no está en él, sino en
ellos. Dios sigue siendo bueno y fuerte, su brazo aún es poderoso, y su oído
todavía está atento al clamor de sus hijos. Puede ayudarlos, y lo hará, una vez
que los impedimentos hayan sido eliminados.
Ni se ha agravado su oído.
El inconveniente radica en la percepción
espiritual de Israel, y no en el oído de Dios (cap. 6:9-10).
2.
Vuestras iniquidades.
El pecado
levanta una barrera entre el hombre y Dios. Si el cielo parece estar muy
distante de la tierra, es porque el pecado ha colocado un velo de separación
entre el hombre y Dios.
3.
Vuestras manos.
Isaías repite aquí la acusación ya presentada (cap. 1: 15). Aunque los
judíos hacían una gran profesión de religiosidad, sus palabras y obras eran de
continuo impías.
4.
No hay quien clame por
la justicia.
Literalmente, "no hay quien clame con o en justicia". Por
el contexto, se ve claramente que Isaías se refiere a la administración de
justicia. Debe entenderse que cuando los hombres entablan un pleito, no lo hacen
para lograr una estricta justicia, sino para obtener la aprobación de sus actos
injustos y tiránicos.
Juzgue por la verdad.
Mejor, "juzgue con
lealtad", " ó "juzgue con probidad" " (BC), es decir que nadie pleitea
honradamente. En el transcurso del proceso legal, todos sacan provecho ilegal de
sus antagonistas (Isa. 1: 17, 23; Ose. 4:1-2; Amós 2:6-8; 4: 1; 5: 11-12; 8:4-6;
Miq. 3: 11; 6:10-12; 7:2-3).
5.
Huevos de
áspides.
Tanto dirigentes como pueblo estaban constantemente ideando
maldades que producirían obras impías.
Telas de arañas.
Tejían
redes engañosas para seducir a sus prójimos. La tela de la araña no parece ser
un instrumento mortal, pero está admirablemente adaptada para entrampar a su
presa.
Si los apretaren.
La indudable frustración de los planes
impíos no evitaba el mal mismo. Los enemigos de la justicia todavía podían
lograr sus fines.
6.
Sus telas.
La
tela de araña no puede usarse como vestimenta, y el que intenta vestirse de
ella, sólo revela así su vergüenza y necedad. Los que se ocupan de tejer telas
de araña, malgastan el tiempo produciendo algo que no sólo es completamente
inútil, sino dañino.
7.
Sus pies corren.
Las formas verbales "corren" y "se apresuran" describen el afán y la
avidez con que esa gente participa del mal. Su conciencia no está dormida sino
muerta. Habiendo consumado un acto inicuo, están impacientes por realizar otro.
Compárese con Prov. 1: 16; 6:17-18; Miq. 7:3.
Derramar la sangre
inocente.
" "Derramó Manasés mucha sangre inocente en gran manera" " (2
Rey. 21:16). Dios decretó que " "el que derramara sangre de hombre, por el
hombre su sangre será derramada" " (Gén. 9:6). Cuando Judá se vio frente a su
ruina, sus dirigentes estaban entregados a la " "avaricia, y para derramar
sangre inocente, y para opresión y para hacer agravio" " (Jer. 22:17). Una de
las condiciones que Dios puso para evitar la destrucción de Jerusalén, era que
el pueblo no oprimiera al extranjero, ni al huérfano, ni a la viuda ni derramara
sangre inocente (Jer. 7:6).
Pensamientos de iniquidad.
En los
días de Noé, Dios vio que " "la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y
que todo designio " de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo
solamente el mal" " (Gén. 6:5). De la misma manera, los planes de los impíos
presagian males para nuestra generación (ver com. Mat. 24:37-38).
Destrucción y quebrantamiento.
En el rollo 1QIsª de los
Manuscritos del Mar Muerto se añade "y violencia". los malos pensamientos
engendran malas acciones. Cuando el mal ya ha llegado a la etapa de la acción,
en buena medida son inútiles los esfuerzos para impedir que se realice. La única
manera efectiva de impedir las malas acciones, es transformar los pensamientos.
Cristo expuso este aspecto de la ley en el Sermón del Monte (ver com. Mat,
5:17-22).
Sus caminos.
Ya no se podía viajar con seguridad.
8.
Caminos de paz.
Quienes quieran
gozar de paz, en primer lugar deberán meditar en pensamientos de paz. La paz es
el producto de pensamientos correctos y acción correcta (cap. 32:17). El pueblo
de Dios goza de paz porque tiene paz en el corazón. Este es el remedio para la
angustia y el infortunio del mundo.
9.
Justicia.
En los vers. 1-8, Dios se dirige al pueblo.
Aquí éste responde admitiendo las acusaciones de Dios.
Tinieblas.
Israel había esperado que se cumplieran las promesas del pacto (ver pp.
29-30), sin que tuviera que hacer frente a sus obligaciones. Esperaba gozar de
todos sus privilegios sin aceptar sus responsabilidades. Por esto, cosechó la
maldición de la desobediencia (ver pp. 32-36). Israel no había tenido en cuenta
la justicia, la honradez, la misericordia y la bondad. Por eso Dios no
pleitearía por él frente a sus opresores. Para su desdicha, Israel descubrió que
con la medida con que había medido a otros: habría de ser medido (ver com. Mat.
7:2). Estaba cosechando lo que había sembrado. Clamó a Dios en procura de
socorro, pero los cielos en lo alto parecían de bronce, y la tierra debajo, de
hierro (Deut. 28:23).
10.
Palpamos.
En los vers. 10- 15 se describen vívidamente los resultados de la
transgresión. Cuando los hombres rehusan andar por el camino de la luz y de la
justicia, Dios permite que les sobrevenga ceguera (Las. 6:10; cf. Rom. 11:25).
Deja que anden por los caminos que ellos mismos se han trazado, caminos que
inevitablemente llevan a la angustia y a la perplejidad. Por así decirlo, los
hombres se encuentran encerrados entre muros de dificultades. Ciegamente y en
vano tantean buscando una vía de escape. Este era precisamente el resultado que
Moisés había predicho (Deut. 28:20, 29).
11.
Gruñimos.
La aflicción produce varios efectos: algunas
veces, enojo y amargura; otras, angustia y desconsuelo (ver com. vers. 9). "No
hay paz... para los impíos" (ver com. Isa. 57:21).
12.
Nuestras rebeliones.
En nombre del pueblo de Judá,
Isaías reconoce francamente sus transgresiones (ver com. vers. 9). Los judíos ya
no intentan justificarse. Han comenzado a recibir la paga del pecado (Rom. 6:23;
cf. Sant. 1: 15).
13.
El apartarse de en pos de nuestro Dios.
El
pecado siempre aparta de Dios, nunca acerca a él. El camino que Israel estaba
siguiendo llevaría a la nación siempre más lejos de los ideales que Dios había
puesto delante de él. Por así decirlo, el pueblo, mediante Isaías (ver com.
vers. 12) admitía francamente su culpabilidad (ver com. vers. 9), y al hacer
esto, daba el primer paso de regreso hacia Jehová. Los pasos sucesivos,
esenciales para la reforma, se explican en el cap. 58:5-14. Al seguirlos, Israel
encontraría su única esperanza para evitar mayores calamidades.
14.
El derecho.
0 también,
"justicia". Isaías describe aquí la triste situación que prevalecía en los
tribunales de justicia y en el trato individual de judíos entre sí. Se
personifica al derecho y se lo pinta como un fugitivo que huye en busca de
seguridad. La justicia no se atrevía a dejarse ver en público.
Justicia.
En el sentido de "rectitud". También la rectitud había sido dejada de
lado, y había huido de la habitación de los hombres. La verdad había sido
atacada y yacía como un guerrero caído, pisoteada, e incapaz de levantarse. La
equidad y la integridad habían sido desterradas y no se atrevían a volver. Este
es el resultado inevitable cuando una nación da la espalda a Dios y a la ley
divina (CS 641-642).
15.
Fue puesto en
prisión.
Mejor, "es despojado" " (BJ). Aquí termina la sección que había
comenzado con el vers. 9.
Los tiempos son tan malos que el hombre recto
encuentra que su misma vida está en peligro. Tal era la situación en Judá
durante el reinado de Manasés, quien derramó " "mucha sangre inocente" " (2 Rey.
21: 16).
Lo vio Jehová.
Con estas palabras comienza una nueva
sección. Ha concluido la acusación divina dirigida a Judá (vers. 9-15). Ahora el
Señor estudia la condición de Judá, al parecer desesperada, y se ofrece a sí
mismo como Salvador e Intercesor (ver com. cap. 53:12). Es alentador saber que
cuando una situación se presenta oscura y desanimadora para el hombre, no sólo
el Señor lo sabe todo, sino que también está dispuesto a tomar las medidas
necesarias para resolverla.
16.
No había
hombre.
En la crisis que se había presentado, no hubo ninguno que
proporcionara alivio (ver Eze. 22:30), o detuviera el castigo, como lo hicieron
Aarón y Moisés (Núm. 16:47-48), o Finees
(Núm. 25:7-8). Desde el punto
de vista humano, la situación era desesperada. El socorro debía venir de Dios,
como lo hizo en Egipto, en el cruce del Mar Rojo, y repetidas veces durante la
peregrinación por el desierto y la ocupación de la Tierra Prometida. Dios
obraría por amor de su propio nombre y por amor de su pueblo abatido.
Quien se interpusiese.
O "que no hubiera intercesor" (BJ), que
"interviniera" en favor de Israel que estaba alejado del Padre celestial y en
angustiosa necesidad de ayuda (ver com. vers. 1-2, 9).
Su misma
justicia.
Es la misericordia divina la que impulsa al Omnipotente a
intervenir en favor de su pueblo asediado. La crisis que enfrentaba Judá en los
días de Isaías y a la que hizo frente más tarde, amenazaba con extinguir la
nación. Pero, como tantas veces acontece en el libro de Isaías, la Inspiración
deduce de la crisis inmediata una lección profundísima referente al gran
conflicto entre el bien y el mal. En esto no sólo está implicado el reino de
Judá, sino toda la humanidad.
La completa impotencia de Judá ante sus
enemigos aparece aquí como un ejemplo de la ineficacia de toda la raza humana en
su lucha contra el pecado y las fuerzas del mal. Sin la intervención divina, el
hombre no tiene esperanza. Por lo tanto, Cristo se ofrece a sí mismo como
rescate para muchos y entra por el arduo sendero del conflicto que finalmente lo
llevará a la cruz.
17.
Coraza.
Isaías describe a Cristo como un guerrero armado que entra en la lucha
por la salvación del hombre. Se trata de una guerra, pero el conflicto no se
riñe con armas carnales. La coraza y el yelmo son armas defensivas para proteger
el pecho y la cabeza, las dos partes más vulnerables del cuerpo.(Efe. 6:14, 17).
Celo.
Ese celo hacía intrépido a Cristo y aterrorizaba a las
fuerzas del mal (Sal. 69:9;119:139).
18.
Como para vindicación.
Mejor, "según los merecimientos
así pagará" (BJ). Para ser justo, el castigo debe ser proporcional a la culpa.
Cuando Cristo vuelva, lo hará para recompensar con galardón "a cada uno según
sea su obra" (Apoc. 22:12). El Señor es "tardo para la ira" , pero vendrá el
momento cuando castigará a "sus adversarios... y no tendrá por inocente al
culpable" (ver com. Nah. 1:2-3).
Los de la costa.
Las naciones
lejanas que han oprimido al pueblo de Dios (ver com. cap 42:4)
19.
Y temerán.
Como en el caso del
antiguo Egipto, todas las naciones deberán respetar el poder y la majestad de
Dios cuando él se yerga para defender a su pueblo (ver com. cap. 45:23). Cuando
los juicios de Dios visitan la tierra, "los moradores del mundo aprenden
justicia" (cap. 26:9).
La manifestación final del poder de Dios en favor
de su pueblo hará que todos, desde sin extremo de la tierra hasta el otro,
reconozcan su soberanía (Sal. 50:1-6; Mal. 1: 11; Apoc. 5:13; 15:3-4).
Vendrá el enemigo como río.
El texto masorético, sin vocales,
puede también traducirse: "vendrá como torrente impetuoso, empujado por el soplo
de Yavé" (NC). La palabra tsar , traducida en la RVR como "enemigo", puede
también traducirse como "angostura", "estrechez", "angustia", y la frase
resultante: "un río de angustia" podría representar el poder avasallador con el
cual avanza Jehová. La LXX emplea una traducción similar, lo que muestra que ésa
era la idea que sus traductores captaron del original.
Levantará
bandera.
Heb. nosesah . Este verbo irregular no muestra claramente cuál
es su forma básica. Si procede del verbo nasas, se refiere a "levantar bandera",
pero si viene del verbo nus , como afirman los diccionarios más recientes, debe
traducirse como "empujar", por lo cual la traducción de Nácar-Colunga, "vendrá
como torrente impetuoso, empujado por el soplo [o Espíritu] de Yavé" parece ser
la más precisa. Si se acepta esta interpretación, debe considerarse que el
versículo 19 presenta la gran liberación de Dios, que con fuerza y majestad
derrota al enemigo. 350 Vez tras vez, en el transcurso de la historia, Dios ha
intervenido de maneras sumamente maravillosas para liberar a su pueblo. Lo mismo
ocurrirá con el pueblo de Dios en ocasión de la gran crisis al final de la
historia humana. Cuando los impíos de la tierra piensen que los santos están
completamente en su poder, el Señor se manifestará destruyendo a sus enemigos y
llevándose a los santos para que reciban su heredad.
20.
Vendrá el Redentor.
Esta profecía se cumplirá con la
segunda venida de Cristo. El Señor volverá entonces para salvar a su pueblo, a
los que han abandonado sus transgresiones y lo han aceptado como su Salvador. En
Rom. 11:26-27, Pablo aplica palabras similares al tiempo cuando "todo Israel
será salvo"."
21.
Mi pacto.
" Ver
com. Gén. 17:4, 7-8; Jer. 31:31-34; Heb. 8: 10-11; 10: 16. "
COMENTARIOS DE ELENA G. DE WHITE
"1-21 DTG
422"
"1-15 1T 355"
"1 DTG 699; 5T 78,323; TM 153 "
"1-2
PR 239; 1T 596"
"8 CH 575; 2T 394"
"14 CS 643; 3JT 280, 312; TM
347"
"14-15 DTG 194; 3JT 328; MC 101; PVGM 157; 1T 362"
"14-17
TM 364"
"16 PR 511; 8T 25"
"17 3JT 225; MeM 324; NB 127; PE 36;
TM 146"
" 19 CM 120, 127, 297; CN 171; CS 658; DTG 768; EC 402; HAd 191;
1JT 105; 2JT 136; MeM 28, 49, 326; PE 60, 222; PR 418; 4T 357; 5T 629; 7T 238;
8T 95 "
"19-20 TM 365"
CBA Isaías
COMENTARIO BÍBLICO ADVENTISTA ISAÍAS
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11 | 12 | 13 | 14 | 15 | 16 | 17 | 18 | 19 | 20 |
21 | 22 | 23 | 24 | 25 | 26 | 27 | 28 | 29 | 30 |
31 | 32 | 33 | 34 | 35 | 36 | 37 | 38 | 39 | 40 |
41 | 42 | 43 | 44 | 45 | 46 | 47 | 48 | 49 | 50 |
51 | 52 | 53 | 54 | 55 | 56 | 57 | 58 | 59 | 60 |
61 | 62 | 63 | 64 | 65 | 66 |
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