Comentario Bíblico Adventista Isaías 3
Comentario Bíblico Adventista
Isaías Capítulo 3
1.
De Jerusalén y de Judá.
Jerusalén y Judá representan al profeso pueblo de Dios, el cual en los días de Isaías se había apartado mucho del Señor y sin embargo hacía una ruidosa aunque vana profesión religiosa. Una situación similar prevalece en el mundo actual, y el pueblo que en estos últimos días adora a Dios con sus labios, pero cuyo corazón está lejos de él, necesita este mismo mensaje. Ver com. Mat. 15: 7-9.
Al sustentador y al fuerte.
Dios está a punto de quitar de Judá los dos elementos más necesarios para sustentar la vida: el pan y el agua. Ver Lev. 26: 26; Sal. 105: 16; Eze. 4: 16; 5: 16; 14: 13, donde aparece la expresión "sustento del pan". Sin duda Isaías se refiere aquí al hambre literal, pero el contexto parece aplicar la figura del hambre literal a una escasez de dirigentes capaces. La nación sufriría por falta de liderazgo, así como el cuerpo sufre por falta de alimento. Cuando los estadistas fueran eliminados, las responsabilidades de gobierno recaerían sobre personas incapaces. El resultado inevitable sería una decadencia nacional (vers. 2-5).
2.
El juez y el profeta.
En los vers. 2-3 se
enumeran las diferentes clases de hombres que eran el sostén de la nación. Sin
tales dirigentes, ningún Estado puede perdurar por mucho tiempo. Pero esos
hombres serían quitados de Judá, lo cual ocasionaría debilidad y desorganización
nacional. El Señor no afirma que deliberadamente quitaría a tales personas de la
tierra, sino simplemente llama la atención al funcionamiento natural de la ley
de causa y efecto. Permitió que Israel tuviera los dirigentes que quería, los
cuales gobernarían 155 como el pueblo deseaba ser gobernado.
El adivino.
"El augur" " (BJ). Aunque la palabra hebrea así traducida indica casi
siempre a un adivino cuyas actividades no podían ser aceptadas por Dios, también
puede referirse al que echa suertes para saber la respuesta deseada. Se refiere
aquí a una persona sabia y prudente, capaz de dar un buen consejo.
3.
El hombre de respeto.
"El
grande" " (NC) o "estimado" (BJ). En este versículo continúa la enumeración de
los hábiles dirigentes que habrían de ser eliminados en Judá: oficiales del
ejército, los funcionarios civiles, todos ellos necesarios para que la nación
fuera fuerte y próspera. Hombres de esta clase fueron los que Nabucodonosor
llevó a Babilonia (2 Rey. 24: 14; cf. Jer. 24: 1; Dan. 1: 3-4).
4.
Pondré jóvenes.
"Les daré mozos
por jefes" (BJ). La conducción de los asuntos nacionales caería en manos de
hombres de inteligencia pueril. Se designaría a incapaces para que gobernaran la
nación. Habría una grave escasez de dirigentes hábiles, y como resultado las
cosas irían de mal en peor. "Muchachos": individuos caprichosos, hombres faltos
de claridad mental y de buen juicio para actuar. Ellos decidirían y
determinarían el destino del Estado. Bajo tales condiciones, la desintegración
nacional sería rápida y segura.
5.
El
pueblo se hará violencia.
Las naciones cuyos dirigentes son sabios y
capaces no sufren injusticia ni opresión. El esfuerzo resuelto de los
conductores de una nación para promover igualdad y justicia impedirá abusos que
resulten en la ruina de la civilización. Cuando los ciudadanos de una nación son
constantemente oprimidos por sus conciudadanos, su confianza y prosperidad
languidecen. Donde hay injusticia y engaño, violencia y opresión, la nación
mengua, y el día del ajuste de cuentas seguramente vendrá. Esto ha ocurrido en
todas las edades. Ocurrió en Judá en los días de Isaías; sucede también hoy. La
corrupción prepara el camino para el caos y la ruina.
El joven se
levantará.
Los jóvenes de cortos años y poca experiencia despreciarían
el consejo de sus mayores. Tal como se presenta en el Decálogo, el primer deber
del hombre para con su prójimo es honrar a sus padres (Exo. 20: 12; cf. Lev. 19:
32). Entre los peligros que se predicen para el tiempo del fin, se incluyen:
hijos "desobedientes a los padres"," y hombres "impetuosos" e "infatuados" ,
"aborrecedores de lo bueno" " (2 Tim. 3: 1-4).
6.
Tú tienes vestido.
Se intentaría encargar la conducción
del pueblo a los ricos, sin pensar que la posesión de bienes materiales no
siempre es evidencia de habilidad para gobernar.
Esta ruina.
Estas palabras se emplean para referirse a la nación como si ya fuera
una morada en ruinas. Los tiempos distarían mucho de ser prósperos.
7.
No tomaré ese cuidado.
Una de
las acepciones del hebreo permite traducir como lo hace la BJ: " "No seré
vuestro médico" . Así respondería el hermano a quien se instara a gobernar sobre
esa "ruina" (vers. 6). Rechazaría la invitación, y el cargo de "cuidador" o
"médico" quedaría vacante. No le incumbiría la tarea de curar las heridas
ajenas. Si había una obra de restauración que realizar, que otro asumiera la
responsabilidad. Tuviera o no capacidad para asumir el mando, rehusaría la
responsabilidad del liderazgo.
8.
Arruinada
está Jerusalén.
En el tiempo de las invasiones de Senaquerib (ver t. II,
pp. 89-90) el reino de Judá quedo casi completamente en ruinas. El rey Ezequías
fue forzado por el monarca asirio a pagar un elevado tributo (ver com. cap. 2:
7). Aunque Senaquerib no logró penetrar en Jerusalén, el resto de la nación cayó
en sus manos.
La lengua de ellos y sus obras.
Aquí Isaías expone
el motivo de la humillación que había sufrido Israel, y de la completa ruina que
inevitablemente habría de seguir: el pueblo había abandonado al Señor, y por eso
Dios ya no podía bendecirlo ni protegerlo. Por sus palabras y sus obras, el
profeso pueblo de Dios estaba en rebeldía contra Jehová.
Para irritar
los ojos.
Literalmente, "para rebelarse ante los ojos de su gloria", es
decir, en su misma presencia (cf. vers. 9). Dios es longánime y compasivo, y
espera mucho antes de castigar a los culpables. Pero por más que se demore, el
día del ajuste de cuentas sin duda llegará.
9.
La apariencia de sus rostros.
Mejor, "su aprecio por
los rostros" , es decir, "su parcialidad" (cf. Hech. 10: 34: "acepción de
personas"). Esos impíos no distinguían entre lo bueno y lo malo; hacían lo que
les agradaba. La conveniencia era lo que valía, no la justicia. 156 Sus
conceptos y sus hechos testificaban contra ellos a la vista del cielo.
Como Sodoma.
Los moradores de Sodoma pecaron abiertamente. La
ciudad fue notoria por su impiedad, y el pueblo se deleitaba en su mala fama. No
pretendían hacer el bien. Públicamente se jactaban de su maldad. Esa clase de
pecadores estaba en evidente rebelión contra Dios, y no procuraba ocultar ese
hecho. El vicio ya no rendía homenaje alguno a la virtud, aparentando hacer el
bien. Eran evidentes el vicio y la iniquidad; había total desvergüenza al hacer
lo malo. Por su disolución, las ciudades de Israel eran como las ciudades de la
llanura; estaban maduras para la destrucción.
Amontonaron mal.
El pecado siembra las semillas de su propia destrucción. La impiedad del
pecador va seguida de una copa de amargura y mal que quemará su alma y destruirá
su ser. Todos los que hacen el mal amontonan mal para sí, y no bien.
10.
Decid al justo.
Todos siegan lo
que han sembrado. Los justos siembran buena simiente, la cual producirá una
buena cosecha. La gran lección que los humanos necesitan aprender es que todo lo
que siembran, eso habrán de cosechar. Padres y maestros no pueden cometer mayor
error que el permitir que los jóvenes crean que cuando siembran el mal podrán
cosechar el bien. Inexorablemente se ha pronunciado una maldición sobre el
pecador. Por lo tanto, nadie debe decirle al pecador de Sión que en el futuro le
irá bien. Esto no puede ser, pues Dios ha pronunciado una maldición. Sólo el que
abandona el pecado y hace el bien puede esperar la bendición del cielo.
11.
¡Ay del impío!
Este no es un
decreto arbitrario de parte de Dios, sino la afirmación de un hecho fundamental.
En el mundo no hay nada más real que el hecho de que la siembra del mal produce
mal. Cuando se siembra impiedad, los que la han sembrado y quienes los rodean
sin duda recogerán una cosecha de desdicha. Por su iniquidad, Israel se estaba
destruyendo a sí mismo. Era necesario inculcar este hecho en forma permanente en
los corazones de todos, a fin de que se apartaran del pecado y que como
resultado la nación pudiera ser salvada. No hay mayor patriota ni ciudadano de
mayor valor que el predicador de justicia. Isaías mantuvo esto ante su pueblo de
principio a fin, y en cierta medida sus esfuerzos tuvieron éxito. Su predicación
influyó mucho para que hubiera una reforma, y así salvó a la nación de la
tragedia que de otro modo rápidamente habría asolado al país.
Le será
pagado.
El rollo 1QIsª de los Manuscritos del Mar Muerto (ver T. I, p.
35; t. IV, P.128) dice: "ocurrirá a él".
12.
Los opresores . . . son muchachos.
Algunos han pensado
que estas palabras se refieren a la edad de los reyes de Judá en esta época,
pero difícilmente podría ser así, pues, salvo excepciones, los reyes durante el
tiempo de Isaías no fueron demasiado jóvenes cuando asumieron el poder. Jotam
tenía 25 años cuando comenzó a reinar (2 Rey. 13: 33); Acaz, 20 (2 Rey. 16: 2),
y Ezequías, 25 (2 Rey. 18: 2). Es cierto que Azarías, también llamado Uzías,
tenía sólo 16 años cuando subió al trono (2 Rey. 15: 2); pero el ministerio de
Isaías no comenzó hasta cerca del fin del reinado de Azarías (Isa. 6: 1).
Manasés tenía 12 años (2 Rey. 21: 1) y Josías sólo 8 (2 Rey. 22: 1) cuando
comenzaron a reinar. Puesto que los reyes del tiempo de Isaías no fueron
literalmente "muchachos", tampoco es lógico pensar que sus funcionarios fueran
"muchachos" en un sentido literal. Esta frase significa que los gobernantes de
la época eran niños en su criterio y capacidad. Escaseaban los dirigentes
experimentados en el trono, en el hogar, como también en otras actividades. Esto
fue cierto especialmente en el caso de Acaz -quien comenzó a reinar unos pocos
años después de que Isaías fuera llamado por Dios-, el cual fue sucedido en el
trono por el buen rey Ezequías.
Mujeres se enseñorearon.
De
nuevo significa que el país era gobernado por hombres carentes de dones para el
mando. Aunque las palabras "muchachos" y "mujeres" no deben tomarse en su
sentido literal, la influencia de las arrogantes y disolutas " "hijas de Sión"
(vers. 16-24) debe haberse hecho sentir sobre los dirigentes, e indirectamente,
en los asuntos del Estado. En vez de ayudar a sus esposos, esas mujeres les eran
un estorbo; en vez de enseñar a sus hijos los caminos de justicia, los guiaban
por sendas de transgresión.
Los que te guían.
El dirigente ocupa
una posición de gran responsabilidad, porque adonde él conduce, el pueblo irá.
Cuando los dirigentes van por mal camino, naciones enteras se descarrían. Los
dirigentes civiles y religiosos del tiempo de Isaías guiaban al profeso pueblo
de Dios por caminos de iniquidad 157 y destrucción. El mundo hoy está bajo malas
influencias que lenta y seguramente conducen a los hombres por caminos de
impiedad, cuyo fin es la muerte eterna. En ningún momento de la historia fue más
importante que hoy el contar con un liderazgo acertado.
13.
Jehová está en pie.
Cuando la impiedad alcance cierto
límite previsto por el Señor, él se levantará para hacer juicio (PR 269; 2JT
62-63; 5T 524); la intercesión cesará y comenzará la ejecución del juicio. Dios
exhorta a su pueblo a arrepentirse y apartarse de su maldad antes de que sea
para siempre demasiado tarde.
14.
Los
ancianos.
Es decir, los ancianos y dirigentes que gobernaban el país.
Eran ciegos "guías de ciegos" (Mat. 15: 14). El pueblo esperaba de ellos
conducción y sabiduría, pero sólo era conducido por caminos de impiedad e
insensatez.
Habéis devorado la viña.
La viña representa a la
nación de Israel (cap. 5: 7; cf. cap. 1: 1, 8, 27; 2: 1, 3; 3: 1, 8, 16; 4:
3-4). Los dirigentes civiles y religiosos eran los cultivadores de la viña. En
vez de cuidarla, la habían devorado. Se preocupaban más por sí mismos que por el
bienestar del pueblo al cual gobernaban.
El despojo del pobre.
Los pobres de la tierra eran defraudados por los gobernantes. La razón
del empobrecimiento del pueblo era la codicia de los que ocupaban puestos
influyentes y de autoridad.
15.
Majáis mi
pueblo.
El pueblo de Israel era el pueblo de Dios. Los pobres y los
menesterosos eran hijos de Dios, y el Rey del cielo los tenía en tan alta estima
como a los ricos. Dios tomaba nota de cada injusticia, y habría de considerar a
cada opresor como responsable de su maldad. Por causa de su debilidad y pobreza,
los humildes y necesitados dependen de todos los que profesan ser siervos de
Dios. Oprimir a los pobres equivale a violar los principios del reino de los
cielos. Dios no mirará con agrado a los que se enriquecen a expensas de los
pobres y después tratan de aliviar su conciencia presentando ofrendas a Dios de
esas ganancias mal adquiridas.
16.
Las
hijas de Sion.
Después de haber descrito la situación de los príncipes y
ancianos de Israel, Isaías se dedica a considerar a sus esposas e hijas que eran
tan degeneradas como ellos. En ningún otro pasaje bíblico puede encontrarse una
descripción tan detallada de la corrupción femenina. Se describe a las mujeres
del tiempo de Isaías tal cual eran: vanas, arrogantes, altivas, orgullosas, más
interesadas en sí mismas que en el Señor o en las necesidades de quienes las
rodeaban. En notable contraste, Pedro presenta un cuadro ideal de la mujer
cristiana (1 Ped. 3: 1-5). La arrogancia era la característica destacada de las
"hijas de Sión"; pero la característica sobresaliente que Dios deseaba ver
reflejada en sus vidas era el "espíritu afable y apacible".
Andan.
Las hijas de Sión imitaban el modo de andar de las rameras a fin de
atraer la atención de los hombres. " "Andan con el cuello estirado y guiñando
los ojos, y andan a pasitos menudos, y con sus pies hacen tintinear las ajorcas"
" (BJ). Con cuello erguido, ojos desvergonzados, "pasitos menudos" (BJ) y
miradas llenas de coquetería, las mujeres andaban por las calles procurando
hacerse admirar para atrapar a sus víctimas (cf. Prov. 7: 6-21).
Haciendo son.
En algunos países del Cercano Oriente se ataban
campanitas de plata a los tobillos, las cuales tintineaban al caminar el que las
llevaba. Las ajorcas o brazaletes se llevaban tanto en las piernas como en los
brazos, y producían un tintineo cuando las muchachas caminaban por la calle. Las
"hijas de Sión" seguían, pues, las costumbres de las naciones corruptas que
rodeaban a Israel.
17.
Raerá la cabeza.
Las mujeres tendrían que raparse el cabello, ya fuera por enfermedad o
en señal de vergüenza. Serían víctimas de crueles invasores que las despojarían
de sus costosas ropas.
18.
Atavío.
"Adorno" (BJ), "hermosura"."
Calzado.
Heb. ' akasim, "ajorcas" (BJ), de la raíz ' akas ,
"tintinear", "sacudir brazaletes". En el vers. 16, "haciendo son" se traduce de
la misma raíz.
Las redecillas.
Heb. shebisim , algún tipo de
cinta de oro o plata llevada en la cabeza.
Lunetas.
Heb.
saharonim, "lunitas". Probablemente adornos en forma de luna creciente, que se
llevaban en el cuello. En el Cercano Oriente se ponían en el cuello muchos
adornos de oro, plata o piedras preciosas.
19.
Los collares.
Heb. netifoth , "gotas". Sin duda algún
tipo de pendientes usados en las orejas.
Los pendientes.
Mejor
"brazaletes". Los brazaletes eran, y siguen siendo, uno de los 158 adornos
preferidos en los países del Cercano Oriente. Muchas veces eran grandes y
llamativos, y se usaban varios a la vez.
Los brazaletes.
Heb.
re'aloth , "velos".
20.
Las cofias.
He. pe'erim , "tocados" de varias clases. Entre ellos coronas, cintas,
sombreros y peinetas o broches de cabello con muchos adornos. Cf. Eze. 44: 18 y
Exo. 39: 28, donde la palabra pe'erim se emplea para referirse a los turbantes
de los sacerdotes.
Los atavíos de las piernas.
Heb. tse'adoth ,
"ajorcas", "cadenillas de los pies" (BJ). Muchas veces las mujeres del Cercano
Oriente se adornaban piernas y pies tanto como manos y brazos.
Los
partidores del pelo.
Heb. qishshurim , "ceñidores" (BJ). Algún tipo de
cinta o banda que se ataba en la cabeza o en el busto. Era un adorno usado en la
vestimenta de las mujeres de los países del Cercano Oriente, especialmente de
las novias. Cf. Jer. 2: 32, donde la palabra qishshurim se traduce como "galas"
o "cinta" (BJ).
Pomitos de olor.
Literalmente, "cajas de
aliento" o receptáculos de perfumes.
Zarcillos.
Heb. lejashim,
"amuletos" (BJ, BC, NC) o encantos, los cuales probablemente se esperaba que
produjeran algún efecto mágico en quien los llevaba.
21.
Anillos.
Heb. tabba'oth, "anillos" o "sortijas" para
los dedos o las orejas. Se emplea también para referirse a los "anillos para
sellar" (cf. Gén. 41: 42; Exo. 35: 22; Núm. 31: 50; Est. 8: 8).
Joyeles
de las narices.
"Aretes de nariz" (BJ). Un adorno común en tierras del
Cercano Oriente, tanto antaño como ahora.
22.
Ropas de gala.
"Vestidos preciosos" (BJ, NC).
Mantoncillos.
"Mantos" (BJ), " "túnicas" " (NC), o vestimentas
exteriores.
Velos.
Heb. mitpajoth ; mantos o "chales" (BJ)
llevados por encima del vestido. En Rut 3: 15 se designa con este término el
"manto" de Rut. El rollo 1QIsª de los Manuscritos del Mar Muerto omite esta
palabra (ver t. I, p. 35; t. IV, pp. 128-130).
Bolsas.
Heb.
jaritim . Probablemente bolsos o carteras (2 Rey. 5: 23).
23.
Espejos.
Heb. gilyonim , de la
raíz galah , "descubrir, revelar". No puede saberse si gilyonim se refiere a
"vestidos transparentes", según lo indicaría la traducción de la LXX, o a
"espejos", siguiendo la traducción de la Vulgata. Los vestidos transparentes
eran comunes en el antiguo Egipto, y posiblemente fueron usados por las mujeres
de la apóstata Judá. También eran comunes en el antiguo Cercano Oriente los
espejos de metal pulido (ver com. Exo. 38: 8). Tanto la posición de este
elemento entre otros del ajuar femenino, como el estudio de la palabra hebrea
parecen indicar que más bien se trataba de un vestido transparente y no de un
espejo.
Lino fino.
En el antiguo Cercano Oriente eran muy
cotizados los vestidos de lino fino, algunas veces comparables con la más fina
seda o la más ligera gasa.
Gasas.
Aquí la RVR parece invertir el
orden del hebreo, que pone primero a los "tocados" o "turbantes" " (BJ) y luego
las "gasas" o "velos" o "mantillas" (BJ) con las cuales se completaba el
atuendo.
24.
Perfumes aromáticos.
Posiblemente el perfume extraído del bálsamo.
Hediondez.
También "olor a rancio". Muchas mujeres que vivían en medio del lujo
perderían toda su riqueza y serían llevadas cautivas a países extraños. Los
asirios fueron vencedores crueles. Senaquerib afirma haber llevado cautivos a
Asiria, en el año 701 a. C., a 200.150 habitantes de Judá. Entre los cautivos
menciona específicamente a hijas de la casa real, concubinas del rey y músicos,
tanto mujeres como hombres. Muchas de las "hijas de Sión" que lucían sus galas
cuando Isaías pronunció su severísima reprensión, sin duda estaban entre las
que, despojadas de sus adornos, con vergüenza y en desgracia fueron llevadas a
Asiria. En vez del perfume aromático del bálsamo, habría hediondez de miseria,
peste y muerte.
Cuerda en lugar de cinturón.
"En vez de
cinturón, un cordel" " (NC). En vez de un cinto bordado, habría harapos; en
lugar de "cinturón", una "soga" alrededor de la cintura.
Compostura del
cabello.
Heb. miqsheh , "peinado artificioso" " (BJ), "trenzas" (NC). En
vez de un hermoso cabello bien peinado, se vería la cabeza rapada de la esclava.
Ropa de gala.
Heb. pethigil , "vestido fino", de buen material y
hermosamente confeccionado. En lugar de tal vestido, no habría para cubrirse más
que un pedazo de saco en la cintura.
Quemadura en vez de hermosura.
Esta traducción se basa en el texto masorético hebreo (ver t. I, pp.
38-40), el cual reza: ki-tájath yofi . Tanto la LXX como la Vulgata omiten 159
totalmente esta frase, aunque la revisión de la LXX, hecha por Luciano incluye
la traducción interpretativa táuta sói antí kallopismóu, "todo esto para ti
[será] en vez de adorno". De este modo se entiende que la última frase del vers.
24 es un resumen de todo el versículo y no el punto final de la lista de
calamidades. La traducción de la RVR da por sentado que la palabra hebrea ki
proviene del verbo kawah , "quemar", "chamuscar", "grabar a fuego". No se conoce
ningún otro caso donde se emplee así la palabra ki , y es difícil concebir que
aquí tenga ese sentido. Muchos traductores y comentadores modernos han seguido
la traducción de la RVA, sugiriendo que las mujeres de Jerusalén recibirían,
como los animales, una marca grabada con fuego, como señal de su esclavitud. El
descubrimiento del rollo 1QIsª de los Manuscritos del Mar Muerto, que data más o
menos del año 125 a. C., o sea unos 1.000 años antes que el texto masorético de
Isaías más antiguo (ver t. I, p. 35; t. IV, pp. 128-130), resuelve el problema
con ki-tájath yofi bósheth : "así, en vez de hermosura, vergüenza" " (NC). En
esta frase, la palabra ki cumple su función normal. Equivale a "porque", "así".
En este caso presenta el resumen de Isa. 3: 24. Puede verse en la explicación de
este pasaje el valor que han tenido los rollos de Isaías encontrados cerca del
mar Muerto, para dar a conocer el texto original hebreo.
25.
Espada.
En el castigo que sobrevendría, los varones de
Judá caerían ante la espada de los ejércitos invasores. Sería imposible decir
cuántos miles perecieron en Judá, asesinados por los asirios durante el tiempo
de Isaías. Si fueron llevados cautivos más de 200.00 hombres y mujeres cuando
Senaquerib invadió a Judá en 701 a. C., es posible que el número de muertos en
esta primera campaña suya haya sido aún mayor (ver com. 2 Rey. 18: 13). Por otra
parte, es de notar que Senaquerib con frecuencia es dado a la exageración.
Tu fuerza en la guerra.
Senaquerib afirma que los mejores
soldados de Ezequías cayeron en sus manos. Sin duda, muchos de los soldados más
valientes murieron; y muchos otros fueron llevados cautivos a la lejana Asiria.
26.
Sus puertas.
Se describe a
Jerusalén con el símbolo de una mujer desolada y afligida que, sentada en el
suelo, llora amargamente por las desgracias que la han abrumado. El caso del
antiguo Israel fue registrado "para nuestra enseñanza" (Rom. 15: 4), "para
amonestarnos" (1 Cor. 10: 11), a fin de que no cometamos los mismos errores (1
Cor. 10: 1-10) y, como resultado, podamos cumplir el glorioso propósito que Dios
tiene para su pueblo hoy (ver Heb. 3: 7-8, 12-15; 4: 1-3, 11, 14- 15).
COMENTARIOS DE ELENA G. DE WHITE
1-26 1T
270
1-4 PR 239
8 PR 239
9 PP 486
10 3JT 254
10- 11 CS 596; Ed 141; 1T 469; 2T 648; 3T 272; 5T 431
12 FE 222;
PR 239; 5T 88
14- 16,18-23 PR 227
25 1T 270
CBA Isaías
COMENTARIO BÍBLICO ADVENTISTA ISAÍAS
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